Muchas veces la interpretación es tan desastrosa que es muy fácil detectar que la voz no es en vivo, pero también se han presentado conciertos tan espectaculares que se hace difícil creer que todo se trata de grabaciones junto a un buen montaje de teatro.
El canal Slate en YouTube enumera en un vídeo algunas de las particularidades que evidencian cuando un cantante lo único que hace es mover la boca al ritmo de una canción grabada. A continuación te las mencionamos:
El micrófono
Si el artista mueve el micrófono, lo agita, le da golpes o lo aleja de su boca y aún así el sonido es el mismo, es que no está cantando.
Las cuerdas vocales
El esfuerzo físico que se hace al cantar es significativo. Cuando se interpreta una canción a pleno pulmón se producen vibraciones en las cuerdas vocales y tensión visible en los músculos del cuello. En primeros planos es algo que puede verse con facilidad.
El baile
Son pocos los artistas que tienen la capacidad de cantar y al mismo tiempo brincar, bailar y hacer maromas que cansarían incluso a un atleta olímpico. Si hace demasiados movimientos, seguramente es que no canta de verdad.
La falta de sincronización
Observa bien el comienzo y el final de las estrofas para encontrar fallos. Es común que los artistas comiencen el movimiento de labios o terminen de hacerlo a destiempo.
La calidad del sonido
Uno de los detalles más simples. Si la música del concierto suena tal cual como se escucha en la versión original grabada en estudio es casi seguro que está fingiendo.
Si bien el hecho de cantar en falso directo generalmente es considerado como un acto tramposo, hay intérpretes que han llevado esta práctica muy lejos y de forma exitosa. Freddie Mercury, Mariah Carey o el propio Michael Jackson en ocasiones cantaron con esta “estrategia”, pero eso no quiere decir que su voz y talento fueran una mentira.