Voto electrónico: el nuevo paradigma para unas elecciones sostenibles

El voto electrónico dejó de ser una utopía futurista para convertirse en una realidad. Y, pese a que aún falta mucho para que se implemente en todas las democracias del globo, ya hay un nada desdeñable número de naciones que han transformado sus comicios para dar cabida a esta nueva modalidad de participación ciudadana.





A continuación, hablaremos de los beneficios del sistema de voto electrónico de Scytl, una de las empresas de votación con la tecnología más avanzada del mercado.

Beneficios para el Gobierno y para los votantes

La principal ventaja de la votación electrónica es que las personas pueden ejercer su derecho a voto desde cualquier lugar en el que se encuentren, mediante una aplicación muy fácil de usar.

Los votantes pueden decidir el destino de su nación o de su empresa a través de un clic, sentados cómodamente en el sofá de su casa, o de viaje, durante una visita guiada al museo del Louvre. Esto mejora considerablemente las estadísticas de abstención, cifra que suele verse muy afectada por factores como las grandes distancias que deben cubrir los votantes para acercarse a su colegio electoral más cercano, o el tiempo de descanso invertido en largas colas para poder oficializar su elección política.

Este tipo de votos también incentivan la transparencia del proceso electoral, gracias a un contaje electrónico automatizado y fácilmente auditable.

Algunos Pros de Scytl y el voto electrónico, uno de los sistemas con mayor demanda internacional, es que es seguro, eficiente y accesible. Sus servicios incluyen desde el adiestramiento del staff que administrará el sistema durante la elección y después de ella, hasta el seguimiento de los resultados e incidencias del proceso en tiempo real. También se encargan del envío de papeletas electrónicas a los electores para que emitan su voto.

Beneficios para las arcas públicas y para el medio ambiente

Cada vez más gobiernos son conscientes de la imperiosa necesidad de aplicar medidas sostenibles en todos los ámbitos de una nación. De ahí que los procesos electorales estén siendo reformados, con nuevas dinámicas que aseguren, a la vez, una participación ciudadana transparente, y un impacto reducido en el medio ambiente.

El voto electrónico se ha convertido en una herramienta eficaz para poder conseguir tan importante objetivo. La planificación de elecciones siempre implica un alto costo económico, pero también ambiental.

La impresión de papeletas y sobres que terminan desechándose, y la organización logística, con la movilización de urnas y cabinas de votación a los colegios electorales, y el pago a los miembros de mesa, son solo algunos de los gastos que tienen que afrontar los contribuyentes, muchos de los cuales suponen una enorme carga para medio ambiente, en forma de tala de árboles y de emisiones tóxicas derivadas de la producción de tintas de impresión, de las urnas de votación y de la gran cantidad de material de papelería necesario para el desarrollo del acto.

Sin duda, el voto electrónico es una excelente alternativa para disminuir los costes económicos y ambientales de las elecciones. Scytl y la sostenibilidad medioambiental son conceptos que van de la mano, demostrando que la organización y realización de un proceso electoral no tiene por qué ir en detrimento de la conservación de nuestro planeta.

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