Metas de Año Nuevo: Cómo establecerlas y lograrlas eficazmente

Existen múltiples maneras de alcanzar los objetivos de Año Nuevo, sin embargo, si no se seleccionan adecuadamente, las estrategias pueden resultar infructuosas. Comencemos por este punto.

El fin de 2023 se aproxima y con él, la oportunidad de reflexionar sobre el año que concluye y establecer metas para el siguiente. Algunos habrán logrado cruzar todos los ítems de su lista, mientras que otros aún verán su lista sin marcar. Lograr los objetivos de Año Nuevo no es una tarea fácil.





Usualmente, estos retos son complejos y los elegimos en un día significativo, conscientes de que en otro momento quizás no lo haríamos. El desafío es que, al no alcanzarlos, nos sentimos frustrados y posiblemente no lo intentemos de nuevo. Incluso, podríamos desistir de ese objetivo o de cualquier otro en el futuro.

Para prevenir esto, es crucial que, antes de definir nuestras metas de Año Nuevo, nos tomemos un momento para reflexionar sobre ellas. Una vez elegidas, para alcanzarlas debemos considerar ciertos aspectos. No es solo cuestión de intentarlo a ciegas. Veamos algunos consejos que, aunque no son perfectos, pueden facilitarnos al menos un poco la tarea.

¿Cuál es el motivo de establecer propósitos de Año Nuevo?

Previo a explorar las estrategias para lograr los propósitos de Año Nuevo, es valioso entender el porqué de estos objetivos .

Es una práctica común en el mundo occidental. ¿Pero cuál es la razón detrás? La respuesta parece residir en lo que se conoce como el «efecto del nuevo comienzo». Este concepto se describió en un estudio de 2014 , donde se identificaron momentos que representan nuevos inicios y que nos predisponen a formar nuevos hábitos.

Estos momentos incluyen cumpleaños, cuando dejamos atrás una edad para comenzar otra, el término de las vacaciones y el retorno a la rutina, o incluso los lunes. Estas fechas, a las que se suma el fin de año, facilitan la creación de límites, permitiéndonos diferenciar claramente entre el «antes» y el «después». Son puntos temporales de referencia que nos ayudan a distinguir entre lo ya vivido y lo que está por venir.

Además, es el momento ideal para dejar atrás los errores del pasado, atribuyéndolos a una versión pasada de nosotros mismos. Todo esto constituye una razón perfecta para fijar propósitos de Año Nuevo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los propósitos son igual de sencillos de mantener.

Selecciona tus objetivos con cuidado

Al establecer metas de Año Nuevo, los especialistas sugieren principalmente dos recomendaciones.

En primer lugar, evitar fijar muchos desafíos simultáneamente. Podemos enfocarnos en una meta, trabajar en ella y, una vez alcanzada, pasar a la siguiente. Tal vez dos metas a la vez, pero no más, ya que de lo contrario podemos abrumarnos y dificultar la consecución de nuestros objetivos.

Además, es crucial evaluar cuidadosamente los propósitos de Año Nuevo para asegurarse de que sean alcanzables. Si nos proponemos retos demasiado difíciles y no los logramos, nos sentiremos frustrados, lo cual puede ser contraproducente. Algunos estudios sugieren que es más factible lograr metas que implican introducir algo nuevo, en comparación con modificar lo que ya existe. Por ejemplo, es más fácil decidir caminar cinco días a la semana que dejar de jugar videojuegos para combatir el sedentarismo. Ambos objetivos son similares, pero el enfoque es completamente distinto. Uno implica eliminar un hábito, lo cual es difícil, mientras que el otro implica crear uno nuevo, lo cual suele ser más sencillo.

Sin embargo, esto no significa que no debamos intentar eliminar hábitos. Dejar de fumar, por ejemplo, es uno de los propósitos más saludables que podemos plantearnos. Pero es importante pensar bien cómo abordarlo, y tener en cuenta que puede no ser tan sencillo como crear nuevos hábitos.

Compartir tus objetivos de Año Nuevo

Diversas investigaciones indican que compartir nuestros objetivos de Año Nuevo con otros puede ser de gran ayuda para mantenerlos, gracias al apoyo que recibimos en momentos de debilidad. Además, si los propósitos se pueden realizar en grupo, es aún mejor.

Por ejemplo, podríamos empezar a ir al gimnasio con amigos. De esta manera, el apoyo mutuo facilita la formación del hábito con el tiempo.

Escribe tus metas

Si tenemos pocos objetivos de Año Nuevo, podríamos simplemente recordarlos. O, como mucho, anotarlos en la agenda de nuestro móvil.

Sin embargo, se sugiere elaborar una lista , preferiblemente escrita a mano, y trabajar sobre ella. Podemos adornarla, usar diferentes colores o hacer columnas para anotar el avance de cada meta.

Esto se recomienda por varios motivos, principalmente dos. Primero, porque nos brinda una sensación de control. Al escribir los objetivos y modificarlos conforme los vamos alcanzando, sentimos que efectivamente todo depende de nosotros.

Y, en segundo lugar, es beneficioso porque nuestro cerebro procesa mejor esa información. Los neuropsicólogos hablan del efecto de generación, por el cual nuestro cerebro procesa y recuerda mejor lo que ha creado. Es decir, es más fácil trabajar con algo que hemos escrito nosotros mismos que con algo que solamente leemos. Lo mismo sucede con los propósitos de Año Nuevo. Será más sencillo trabajar con una lista de objetivos escritos por nosotros, que con metas difusas en nuestra mente.

Con estas estrategias, ya estaríamos listos para comenzar. Lo más importante es recordar que cualquier objetivo logrado debe considerarse un triunfo. Alcanzar metas realizables nos hará felices y nos motivará a continuar. Y si algo no se logra, tampoco hay que frustrarse. Tal vez solo sea necesario replantear lo que queremos alcanzar el próximo año.

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