¿Por qué son tan dolorosos los golpes en el dedo del pie? Esto dice la ciencia

Es algo que todos hemos sentido en algún momento. Vamos con los pies desprotegidos por la casa y nos golpeamos el dedo del pie, lo cual desata un terrible dolor, muy intenso y rápido ¿Cuál es la razón por la que este tipo de impacto resulta tan doloroso y cómo es posible que sea tan fugaz? Para hallar respuestas hay que recurrir a la ciencia.





Aunque tenga todas las características de ser un traumatismo leve o insignificante, al golpearnos el dedo del pie hay mucha fuerza tras este movimiento, en parte por el peso del cuerpo y toda la velocidad e impulso que se focaliza en esta área tan pequeña. La fuerza del golpe puede incluso llegar a ser de dos a tres veces el peso corporal, eso si caminas a paso rápido o vas trotando, algo muy similar a la fuerza de un karateca cuando envía golpes.

Nervios en alerta

El dedo del pie es una superficie mínima que no permite que esa fuerza se disperse, provocando que el trauma se concentre en una sola área. De allí que el dolor punzante y violento cuando nos golpeamos el dedo en realidad implica que estamos atacando al mismo tiempo a los nociceptores, una gran cantidad de terminaciones nerviosas muy especiales.

Como respuesta, y para comprender mejor el fenómeno, los nociceptores se disparan al mismo tiempo para activar una suerte de alerta de peligro. Algunas de estas alertas recorren los nervios de manera más rápida que otras. Así que no importa en qué parte del dedo recibas el golpe o cómo ocurrió, pues el impulso nervioso irá directo al cerebro, siendo modulado en su camino por las neuronas sensoriales o nociceptores que advierten al cerebro de la presencia de estímulos externos que pueden dañar al organismo.

El dedo del pie

Los nociceptores están distribuidos por todo el cuerpo, aunque se concentran más en zonas que dedicamos para comprender el entorno y movernos en él, siendo la punta de los dedos o los labios algunas de estas antenas receptoras (eso explica por qué duele más de lo que debería el cortarse con una hoja de papel o tener los labios cuarteados).

Zona desprotegida

Otro detalle es que cuando te golpeas el dedo del pie, no solo los nervios reciben la lesión, sino además la uña, la piel y el sistema óseo. La mayor parte de las veces este dolor se desvanecerá en unos segundos o en pocos minutos y de no ser así, es muy probable que la lesión sea más seria de lo que en verdad parece.

Es importante recordar también que los huesos que están distribuidos en el dedo del pie carecen de cojines de grasa y no cuentan con protección como ocurre con las nalgas o el abdomen, por lo que el resguardo es casi inexistente. Esta falta de amortiguación puede causar contusiones en los huesos de la articulación podal y desatar fuertes dolores que pueden prolongarse por semanas y hasta meses, sin que se haga evidente alguna lesión.

Por supuesto que es probable romperse un dedo si recibes un golpe fuerte. De ser así, el dolor se tornará demasiado intenso, la extremidad se hinchará y adquirirá una coloración azulada o negra.

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