Lesiones musculares, ¿qué hay que saber?

El deporte, en todas sus disciplinas, conlleva a practicar una serie de esfuerzos físicos que, si bien reportan beneficios a la salud de los que lo practican, también hay que tener en cuenta que una falta de pautas saludables en su práctica, malos hábitos o exceso de esfuerzos, pueden derivar en lesiones dolorosas que, si bien, en la mayoría de los casos pueden ser subsanables con un tratamiento adecuado, en otras, la lesión puede pasar a ser crónica, pudiendo crear un verdadero problema físico en quien la padece.





Por todo ello, los deportistas profesionales cuentan para su asesoría con un amplio equipo de expertos, preparadores físicos, incluso su propio traumatólogo y demás especialistas que atienden las lesiones con solvencia y rigor. Pero, qué pasa si no se tiene acceso a ese equipo profesional, pues la evidencia arroja que hay que informarse antes de las prácticas deportivas, especialmente si no se está familiarizado con el deporte en sí a practicar.

En los últimos años, especialmente después de los confinamientos provocados por la pandemia, muchas son las personas que han decidido iniciarse en practicar alguna disciplina deportiva y, aunque muchas de esas personas han sido diligentes a la hora de equiparse adecuadamente y acudir a profesionales que los inicien, otras han pasado de un sedentarismo acusado a practicar deportes sin previsión. Las lesiones pueden ser casuales, fruto de un infortunio del momento, a las que se les da tratamiento y se restablecen, mientras otras se pueden convertir en crónicas. A continuación vamos a enumerar las más comunes, y cómo se provocan, para acabar dando algunos consejos que puedan ayudar a evitarlas.

Lesiones provocadas en los músculos y los tendones

Existen varias causas que provocan este tipo de lesiones musculares, sin embargo, las más habituales son posturas incorrectas y forzadas, también la musculatura sufre con las contusiones, estas pueden derivar en molestias como calambres o desgarros de las fibras. Asimismo, los tendones también suelen sufrir, sobremanera con la práctica deportiva, por lo que cabe recordar que estas son fibras que unen la musculatura con los huesos, y que su tensión indebida, da como resultado inflamaciones tales como la tendinitis. En los deportistas, especialmente en los atletas, se da con mucha frecuencia una dolencia llamada tendinitis de Aquiles y que afecta a la zona del talón, pero hay que señalar que en la mayor parte de los casos, un descanso programado de la zona afectada es la solución más habitual.

Los huesos y las articulaciones también sufren lesiones

A pesar de la fortaleza de los huesos, no están exentos de sufrir roturas, bien sea por una práctica, golpe o caída que los pueda provocar, o incluso, si dilatadamente en el tiempo alguna parte del conjunto óseo se ve sometida a una carga excesiva y continuada, esto puede conllevar también a roturas por desgaste.

La sinovitis y la bursitis, también entre las más frecuentes

La primera de ellas es una lesión que viene derivada de una inflamación de la membrana sinovial, que es la encargada de retener el líquido que permite lubricar las articulaciones y suele ser detectado por la inflamación de la zona.

En cuanto a la bursitis, se trata de una lesión en la bursa que hace de amortiguador entre las articulaciones, los tendones y músculos, y que se provoca, en muchas ocasiones, por movimientos repetitivos de algunos deportes que afectan a esta estructura protectora.

Consejos para evitar que el deporte reporte lesiones

En primer lugar, el principal consejo es acudir a entrenadores personales para que aporten una tabla de ejercicios o muestren los pormenores del deporte en cuestión, para corregir desde el inicio cualquier mal hábito que pueda ser contraproducente. Pero también, físicamente, como hacer calentamientos previos a la práctica deportiva, algo esencial, así como también hacer estiramientos una vez se acabe el ejercicio para evitar brusquedad. Y también hay que tener en cuenta consejos como el de una alimentación sana que reporte todos los nutrientes necesarios, así como evitar enfriamientos y mantener siempre una hidratación adecuada.

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