Regalar a las madres es una de las cosas más difíciles que existe, sobre todo porque lo hacemos en diferentes ocasiones, varias veces al año. No repetir el regalo y lograr que nuestro presente sea de su agrado, se convierte con frecuencia en una situación para rompernos la cabeza.
Luego, nunca estamos seguros si le ha gustado el obsequio y frecuentemente tratamos de interpretar las expresiones de su rostro. A veces nos sorprenden con un: “es muy bonito, es idéntico, pero con color diferente al de aquel verano del 2005 que pasamos en Aranjuez”, recordándonos que ya le habíamos regalado la misma cosa. Porque además las madres tienen una excelente memoria y todo lo guardan.
En otras oportunidades son más directas y nos pueden asombrar con un: “para qué quiero yo unos zapatos como estos, si siempre ando en chanclas” o “con eso que te has gastado en el perfume, que solo uso de vez en cuando, podrías haberme comprado un vestido que es lo que necesito”.
Existen muchas anécdotas sobre las madres y los regalos. Por ahí cuentan que les regalaron a sus madres un taladro y en otra ocasión una brújula y quedaron encantadísimas.
Dicen que un taladro es lo máximo para reafirmar la independencia de una mujer y también que para muchas es la caña saber hacia qué punto cardinal se mueve el tren cuando van de viaje.
En fin, hay madres de todo tipo, suelen ser complicadas pero divertidas, y para ellas existen opciones de regalos que ni siquiera se te habían pasado por la mente.
Detectives por un día
Si vivimos con nuestra madre, quizás conocemos bien sus hábitos y podemos detectar fácilmente si necesita o desea algo en particular. Aunque no necesariamente, si somos el tipo de hijo o hija que sale temprano y regresa tarde.
En cualquier caso, la mejor idea es inventar una buena excusa y quedarnos todo un día en su casa, para observar lo qué hace desde que se levanta hasta que se acuesta. Si vamos a hacerle preguntas, no sería bueno por teléfono porque ella nos conoce “como si nos hubiera parido” y de inmediato notaría que nuestra conducta no es usual.
Pero como el plan es analizarla, no debemos invadir su espacio sino estar “por ahí”, como de casualidad, y a ratos propiciar alguna conversación. Revisar su vestuario, visitar su baño y abrir sus cajones disimuladamente para ver qué guarda también nos puede ayudar bastante.
Alguien podría decir “¿Para qué hacer todo esto si yo conozco muy bien a mi madre?”, pero no necesariamente es así, porque en la medida que nos dedicamos a nuestra vida nos vamos alejando y hay facetas de ella que olvidamos o que no tenemos presente a la hora de elegir el regalo.
Ir de tiendas para comprar el regalo de mamá
Si nos gusta ir de tiendas, podemos dedicarnos a recorrer varias durante toda una tarde a ver si descubrimos algo atractivo. Pero claro, esto tiene el inconveniente de que habría que visitar una gran cantidad de lugares porque existen infinidades de opciones.
Y otra posibilidad, si no contamos con mucho tiempo o no somos del tipo de personas que les gusta salir a caminar, mirar escaparates y entrar en las tiendas, es usar una herramienta que seguramente tenemos a mano y que equivaldría a ir de tiendas: internet.
En la web existen diferentes opciones para adquirir originales regalos para mamá que nos darán pistas de lo que ella puede querer. Quizás descubramos alguna alternativa que no se nos había ocurrido. Incluso, podemos encontrar posibilidades de bajo presupuesto, pero de muy buen gusto.
En fin, una madre merece que dediquemos tiempo a elegir lo que a ella le gustaría, no simplemente que compremos cualquier cosa para salir del paso, y aquí está la clave para triunfar.