La piel es el órgano más grande y extenso del cuerpo humano y, al igual que a los huesos, se le presta poca atención. Por lo general, se acude al médico cuando ya hay síntomas de patologías ligadas a la salud de estos tejidos celulares. A continuación, compartimos un conjunto de consejos para prevenir patologías y mantener sanos ambos sistemas.
Los huesos
Sin el sistema esquelético del organismo no habría cuerpo. Los huesos dan soporte a todo. Por eso mantenerlos sanos desde el nacimiento es algo de importancia capital. La ingesta de calcio y vitamina D desde la infancia garantizará, en un primer paso, su buen funcionamiento y crecimiento. Además, hay que seguir estos consejos:
Consumir calcio
El calcio es un mineral que permite la densidad de los huesos (además de la salud dental). Si el organismo no lo consume el sistema óseo se debilitará. Está presente en los lácteos, los pescados azules como la sardina y el atún, el tofu, los frutos secos como nueces y almendras y los vegetales verdes.
Ejercicios de fuerza
Estos son magníficos para la salud de los huesos. Cuando se levanta peso, se somete al esqueleto a un esfuerzo adicional que lo fortalece. Sin embargo, el peso debe ser acorde a la masa muscular y ósea para no causar daños, lesiones o hernias.
Tomar sol
Para que los huesos crezcan fuertes se requiere, además de calcio, vitamina D, pero para que esta sea absorbida mejor por el organismo se requiere la exposición a la luz del sol. Para no tener problemas de piel hay que tomar sol solo durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.
Consumir complementos alimenticios
Se pueden tomar compuestos polivitamínicos que contengan calcio y vitamina D, pero también ayudará el magnesio, el colágeno, el hierro, zinc y demás elementos que suelen tener estos suplementos que ayudan no solo a los huesos, sino a todos los sistemas del organismo.
La piel
La piel es considerada el órgano más grande o extenso del cuerpo humano. Cuando se habla de “la piel”, no solo se hace referencia a la dermis y epidermis como sus capas y lo que recubre a los músculos. Se refiere, asimismo, a sus derivados. En otras palabras, se habla del cabello, glándulas sudoríparas y sebáceas y uñas. En suma, todo este conjunto de elementos conforman el sistema tegumentario.
Entre sus principales funciones entran en juego el factor de protección del organismo contra microorganismos nefastos, agentes químicos y las variaciones extremas de temperatura. Estos son los consejos para cuidarla:
Protección del sol
Para cuidar la piel hay que protegerse del sol. Si bien es cierto que los rayos solares ayudan a fijar la vitamina D, una exposición en exceso puede llevar a la aparición de pecas, manchas o lunares que pueden ser el inicio de patologías como el cáncer. También produce arrugas prematuras, deshidratación y pérdida de elasticidad.
No fumar
El hábito de fumar produce un aspecto avejentado, manchado y ayuda a la aparición de arrugas.
Cuando se es fumador los vasos sanguíneos pequeños que están en las capas superficiales de la piel sufren alteraciones que evitan la circulación normal del oxígeno y de los nutrientes que ayudan a la formación natural de las células cutáneas.
Cuidar la salud de la piel
La limpieza abrasiva, el afeitado y los baños frecuentes pueden perjudicar la salud de la piel. Esta debe ser tratada con suavidad. Por eso hay que controlar el tiempo de los baños con agua caliente porque barren las grasas naturales de la piel que la protegen de agentes externos.
También hay que usar jabones suaves, se debe hacer el afeitado con cremas, lociones o geles protectores y llevar a cabo una rigurosa humectación diaria.
Dieta saludable
Una alimentación saludable con una base de frutas frescas, verduras, cereales integrales, carnes o pescados magros, así como grasas no saturadas ayudará no solo a la salud de la piel, sino a todo el organismo.
Se deben evitar las grasas no saludables, los carbohidratos refinados o procesados y los químicos, colorantes y preservantes de las comidas envasadas o enlatadas. Beber agua contribuye a eliminar toxinas y mantener las células cutáneas hidratadas.
