Uno de los tradicionales actos de exhibición más duraderos fue el esqueleto viviente. Un artista extremadamente delgado, que naciera con un extraño trastorno genético o que forma deliberada mantuviera un peso peligrosamente bajo, sería exhibido al público para asustar, excitar y, sin más alternativas, ganarse la vida con esto. Uno de los más nombrados, o tristemente el más famoso, fue el estadounidense Isaac W. Sprague.
Luego de participar en una serie de carnavales y ferias en su natal Massachusetts, Isaac Sprague marcó una huella en la historia de los actos de exhibición como el auténtico esqueleto viviente, pero su vida fuera del escenario fue realmente trágica.
Cómo Isaac Sprague se convirtió en el ‘esqueleto viviente’
Isaac nació en el pueblo de East Bridgewater (Massachusetts) el 21 de mayo de 1841. Sus padres gozaron de buena salud, y también Isaac, aunque solo duró hasta que cumplió 12 años. Un día cualquiera, el joven Isaac comenzó a sufrir de calambres y, si bien solía tener un apetito voraz, nada pudo detener su incesante y rápida pérdida de peso.
Sus desconcertados padres, sin ideas para ayudarlo, consultaron a distintos médicos , pero ninguno de ellos, con los conocimientos médicos de la época, fue capaz de diagnosticar la causa de la extrema delgadez de Isaac.
Independientemente de la causa, Sprague mantuvo un apetito saludable pese a que cada vez adelgazaba más y más. Al llegar a su adultez, alcanzó un peso de 19 kilogramos y una estatura de 167 centímetros.
Junto a su padre se dedicó un tiempo a la zapatería y más tarde al oficio de tendero, durante gran parte de su juventud. Pero con esa incesante pérdida de peso, le fue complicado conservar su aliento. Cuando fallecieron sus padres en la década de 1860, el mermado joven Isaac no tenía fuerzas para trabajar y comenzó a buscar la forma de sacar partido de su extraña condición.
Isaac Sprague se une a los actos de exhibición
En 1865, el promotor de un espectáculo ambulante observó a Isaac Sprague y de inmediato le ofreció un “trabajo”. Aunque en un comienzo no lo aceptó, pronto se dio cuenta que podría vivir de su apariencia. Por lo tanto, Isaac decidió tocar las puertas del centro neurálgico del entretenimiento en ese momento: el Museo Americano Barnum (Barnum’s American Museum), cuyo propietario era el artista circense Phineas Taylor Barnum .
Barnum fue también un autor, editor, filántropo e incluso llegó a ser político, pero como él mismo lo afirmaba, su único objetivo era “tener los bolsillos llenos de dinero”.
Originalmente conocido como el Museo Americano Scudder (Scudder’s American Museum), Barnum diversificó su genuina colección de objetos científicos de valor con estatuas de cera, animales vivos, actos de magia y otras formas populares de entretenimiento. El año en que Isaac Sprague llegó a Nueva York, las instalaciones de Barnum se habían incendiado y el empresario necesitaba desesperadamente conseguir nuevos artistas y atracciones para restablecer su negocio.
A través de un representante, Isaac Sprague se presentó ante Barnum, quien comentó de manera concisa :
Hombre bastante delgado, ¿dónde lo asustaste?
El codicioso hombre debió haber percibido el gran potencial de Isacc porque de inmediato le ofreció un trabajo de 80 dólares por semana (unos $1400 proyectados a 2023). Ahora el hombre delgado tenía un lugar entre los gigantes y las damas barbudas, atrayendo a curiosos emocionados por ver al “esqueleto viviente”.
Su carrera en Barnum & Bailey Circus
Durante los tres años siguientes, Isaac Sprague continuó exhibiéndose en el Museo Americano Barnum como un espectáculo habitual. Más tarde, en 1968, el museo nuevamente se incendió, y Sprague apenas consiguió escapar con vida de las instalaciones en llamas. Barnum no quiso arriesgarse a un tercer incendio, por lo que en 1870 decidió cambiar su estrategia, llevando su espectáculo de gira bajo el nombre de el «Gran museo ambulante, casa de fieras, caravana e hipódromo de PT Barnum».
Isaac, luego de un tiempo, decidió hacer una pausa para descansar del mundo del espectáculo, momento en el que conoció y cortejó a Tamar Moore , con quien finalmente contrajo matrimonio.
Los esposos Sprague se establecieron para llevar una tranquila vida doméstica. Tuvieron tres hijos, todos completamente sanos y normales, lo que generó en Isaac un motivo para escribir tiempo después:
La vida, que a veces parecía tan poco digna de ser preservada, ahora parece más preciosa.
Pero, con 19 kilos de peso, Isaac aún se sentía demasiado débil para conseguir un trabajo regular. Y con la necesidad de sustento para su familia, no tardó mucho para volver a recurrir a Barnum. Con el acto de exhibición ambulante, Sprague ganó mucha popularidad entre el público estadounidense, canadiense e inglés.
El éxito sostenido del esqueleto viviente
Si bien disfrutó de una fama duradera como “el hombre delgado” y “el esqueleto viviente”, Sprague realmente no se sintió a gusto con la vida del circo y varias veces quiso trabajar en otras actividades. Sin embargo, cada vez se iba debilitando más, sin poder superar su peso más allá de los 19 kilos. Incluso se vio obligado a llevar un frasco de leche colgando de su cuello, solo para no desmayarse y conservar su cuerpo nutrido durante todo el día.
Su situación financiera nunca prosperó debido a las deudas que continuamente contrajo por su adicción a los juegos de azar y la mala suerte. Como siempre tuvo una multitud interesada en su acto de exhibición, Isaac regresaba al circo una y otra vez solo para llegar a fin de mes.
Su exitoso acto también inspiró a varios imitadores, muchos de los cuales murieron de hambre buscando alcanzar peligrosos pesos y así garantizarse un puesto en el mundo de los espectáculos de rarezas . Pero hubo otros que, como Isaac Sprague, extrañamente tenían esta misma condición genética que les impedía ganar peso y mantener una vida saludable.
La triste muerte de Isaac Sprague
Tras someterse a múltiples exámenes médicos a lo largo de su adultez, a Isaac Sprague le fue diagnosticado en 1882 un caso de atrofia muscular severa, una enfermedad que le ocasionó desgaste o pérdida del tejido muscular.
Un año más tarde, acordó que, una vez muriera y a cambio de mil dólares, la Facultad de Medicina de Harvard debía:
Abrir mi cuerpo y hacer un examen post-mortem para averiguar, si es posible, por qué estoy tan delgado; entonces ellos… lo colocarán en el museo de la universidad, donde permanecerá, pero lo voy a necesitar para mí por el momento: no pueden tenerlo hasta que termine con él.
Al final, el estrés de simplemente ganar apenas lo necesario para comer pasó factura. De 45 años, Isaac W. Sprague murió de asfixia y en la pobreza el miércoles 5 de enero de 1887 en Chicago, un par de días después de supuestamente apostar $250 a que lograría sobrevivir más allá del sábado. Por supuesto, perdió la apuesta.
La suerte fue cruel con él, incluso en la muerte.
Aunque no está claro si la Escuela de Medicina de Harvard estudió finalmente su cuerpo, su tumba reposa en el pueblo de Hanson, Massachusetts, cerca del lugar donde nació.