Cómo poner orden en nuestro hogar

Cuando llega el fin de semana parece imposible que sea una realidad, se convierte casi en un espejismo difícil de creer. Y es que, al salir el viernes a última hora del trabajo parece también imposible que tengamos que seguir trabajando en nuestro hogar. Cada vez nos cuenta más seguir con las tareas de casa después de una jornada laboral; pero es que nos cuesta todavía más hacerlo durante nuestros días libres; cuando se supone que lo que debemos hacer es relajarnos y disfrutar de lo que más nos gusta hacer con nuestros seres queridos.





Y es que hay veces que, casi sin poder evitarlo, se nos acumula el desorden y las tareas por hacer. Vienen los quebraderos de cabeza y comenzamos a hacer listas, listas y listas… que nunca terminamos de completar del todo. Y la realidad es que nos da cierta fobia poner y quitar lavadoras, colocar la vajilla en su sitio, pasar la mopa y quitar el polvo, regar las plantas y podar el jardín o simplemente reorganizar el armario. Algunos incluso evitamos, esquivamos, rehuimos llegar al punto de acometer todo esto hasta límites infranqueables.

Pero lo cierto es, que puede llegar a ser más fácil de lo que creíamos. Con un poco de organización y algo (solo algo) de voluntad, podemos completar los ‘deberes’ de una forma rápida y eficiente. Y es que un poco de planificación nunca viene mal…

  • Lo primero y más importante es una lista de tareas que se puedan hacer todos los días, “poco a poco”. Se trata de organización. Podemos crear un calendario semanal donde elijamos qué día haremos la colada, qué día cambiaremos las sábanas, qué día haremos la compra semanal, qué día limpiaremos el frigorífico, qué día organizaremos la ropa de la temporada dentro del armario, etc.
  • ¡Repartir tareas! Si en nuestra casa vivimos con más gente, es hora de dividir los quehaceres entre todos. Por mucho que lo intentemos, hay veces que debemos relegar responsabilidades. De esta manera, podemos incluir al número de personas con el que vivamos las diferentes tareas diarias a acometer. Así, serán menos los minutos que invirtamos en hacerlas.
  • Hacerlo día a día. Y es que tan sólo hace falta 10 minutos diarios para poner una lavadora y cambiar las sábanas de una cama. Poco más. Como táctica podemos poner un temporizador con el tiempo que queramos invertir en organizar la cocina, la habitación y é voilà, jugaremos con esto para avanzar sin dar titubeos y perder tiempo sin el “lo hago después”, “a las en punto empiezo…”. Al final, la satisfacción de esos 15 o 20 minutos haciendo X nos ayudará a sentirnos más satisfechos con nosotros mismos.
  • Intentar desordenar lo menos posible. Y es que con muy poco que hagamos y algo de fuerza de voluntad, puede ser menor el desastre que tengamos que recoger después. Y si el caso es que, aunque quieras no puedes, porque por ejemplo ese día llegas a casa tarde después del trabajo y no te quedan fuerzas humanas para ponerte a planchar la ropa del día siguiente, es tan fácil como buscar centros de planchado para que te echen una mano.
  • Cuanto más almacenaje, mejor. Y es que uno de los trucos para no dejarlo todo tirado está en tener la mayor cantidad posible de armarios y cajones para organizar todas nuestras pertenencias de la forma más fácil y rápida posible. Al final, si metemos todo en el mismo sitio, acabaremos por no encontrarlo y, por ende, lo dejaremos todo desordenado en el intento.

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