Andorra: una región de gran atractivo para residir e invertir

Aunque se ha tendido a distorsionar lo concerniente a su régimen tributario y apertura económica, en Andorra existen criterios importantes para la residencia fiscal . Un microestado, con extraordinarias condiciones de vida, exuberante naturaleza y bajas tasas de impuestos tiende a ser un lugar muy atractivo para vivir e invertir.





Los gobiernos andorranos desde hace más de una década, han sostenido esfuerzos para su desarrollo económico. Otrora catalogado y enlistado como paraíso fiscal, desde hace años, Andorra ha avanzado en cumplir los estándares internacionales para estar fuera de esa lista. En 2017 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo calificó como “ampliamente cumplidor”, indicador de la transparencia fiscal con la que se ha comprometido.

Entre los convenios que suscribió y que ha honrado, incluyen el dejar a un lado el secreto bancario y accedió al intercambio de información de sus clientes. Detrás del secreto bancario tendían a ocultarse enormes capitales de lo que se denomina dinero sucio.  Los paraísos fiscales se caracterizan por la permisividad de ingreso de formidables movimientos de dinero al sistema bancario, sin importar su origen.  La legitimación de capitales es un delito que se protege en los paraísos fiscales mediante el secreto bancario.

Que Andorra tenga una baja tasa impositiva, no significa que constituya un paraíso fiscal.  Desde 2018 la Unión Europea y OCDE sacaron a Andorra de la lista negra. Además, el microestado pirineo ingresó como miembro N° 190 al Fondo Monetario Internacional desde octubre de 2020, indicador del cumplimiento de diversas exigencias en materia económica.

La polémica sobre los sistemas fiscales

La baja presión tributaria de algunas regiones es considerada por otros países como una ventaja desleal. Existe mucha controversia alrededor de ello. Algunos sistemas políticos sostienen que un régimen fiscal estricto es necesario para lograr equidad y asegurar justicia social y que los Estados con baja tasa impositiva afectan el desarrollo equilibrado de algunas naciones.

Algunos grandes capitales migran hacia países con menos presión fiscal; los estados afectados arguyen que eso ocasiona que se reste ingresos y se afecten los servicios públicos y en general a los más pobres. Sin embargo, en algunos países la población esgrime que los altos tributos al fisco no siempre repercuten en mejores condiciones de vida y que sus porcentajes fiscales son muy elevados.

Algunos estudiosos de las transformaciones en las políticas fiscales exponen que la idoneidad de un sistema aplicado en un país está relacionada con la evolución económica del mismo. No todos los países con altas tasa de impuestos presentan un crecimiento económico, ni tienen altos índices de desarrollo humano. La recaudación fiscal en relación con el gasto público no siempre parece correlativa en materia de beneficios sociales. Estos aspectos controversiales y contradictorios se ponen de manifiesto en el debate sobre los cambios en la concepción de los sistemas tributarios.

Algunos estudios arrojan que un alto porcentaje de la población española considera injusto su régimen tributario y un porcentaje mucho menor considera que la recaudación se reinvierte adecuadamente en el gasto público. Esta tendencia es similar en muchos países del mundo, en realidad los impuestos nunca han sido muy queridos por la población.

Extraordinarias condiciones de Andorra

El asunto es que Andorra, un microestado con poco más de 77 mil habitantes, se caracteriza por tasas de impuestos bajas y altas condiciones de calidad de vida. Un lugar hermoso, con servicios de primera calidad y bellezas de gran atractivo turístico, tiene un sistema de salud óptimo. El principado está considerado entre los países más saludables y con el más alto índice de esperanza de vida. La inversión en el sistema educativo es positiva. Ello, son realidades que contribuyen a su mejora constante en sus IDH (índices de desarrollo humano)

El régimen político de Andorra de acuerdo con su Constitución (aprobada en 1993 en un referéndum) es un Coprincipado parlamentario y se caracteriza por ser un Estado independiente con una democracia firme y estable. Su sistema parlamentario se basa en un Consejo General escogido cada 4 años en elecciones libres. Esta estabilidad política, en un país pacifista que no posee ejército, es un elemento que inspira confianza al inversionista.

Otro elemento que causa interés a la inversión en Andorra es su apertura económica, su fomento del comercio exterior, a la vez de un crecimiento económico. El gobierno de Andorra ha venido realizando reformas desde inicios de 2010 en diversos escenarios de la vida nacional, a fin de impulsar transformaciones económicas para un mayor desarrollo.

El incentivo a la inversión extranjera y al comercio exterior en combinación con un atractivo sistema tributario, es apuntalado por una ley de inversión que estimula la participación y la conformación de empresas en el territorio andorreño. Tales condiciones socioeconómicas, sumadas a la cordialidad, a un escenario natural majestuoso de los montes pirineos, hacen, de esta zona encantadora, un lugar privilegiado para residir e invertir.

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