Alejandro Cánovas, nutricionista del hotel Barceló Montecastillo, asegura que “la piel de la fruta es muy importante, principalmente por la fibra que contiene”. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día hay que ingerir aproximadamente entre 30 y 35 gramos. Además, la fibra vegetal genera sensación de saciedad y, por consiguiente, ayuda a controlar el peso.
“Cuando se pelan algunas frutas y hortalizas, lamentablemente se están eliminando valiosos nutrientes que permiten que el cuerpo y la piel sigan en un óptimo estado, además de que ayudan a combatir las enfermedades. La piel de algunas frutas y verduras influye en que se mantenga fuerte el sistema inmunológico y en una adecuada microbiótica intestinal”, explica Cánovas.
Lavar la fruta antes de consumirla
Muchas personas deciden pelar la fruta debido a la cera que le ponen para que la piel brille más en el supermercado. Esta cera es una grasa comestible que protege a las frutas de la deshidratación, además de hacerlas más atractivas. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), las ceras y los fungicidas son aptos para el consumidor, siempre que los productos se hayan manipulado con corrección.
De todas formas, hay que lavar la fruta con agua abundante antes de consumirla. También es aconsejable optar por las frutas cultivadas ecológicamente, con el fin de evitar que se acumulen posibles pesticidas y gérmenes.
La piel de estas frutas también beneficia la salud
Es bastante habitual comer con piel los melocotones, albaricoques, nectarinas, ciruelas, cerezas, uvas y hasta las manzanas, pero hay otras frutas que no se suelen comer con piel y, sin embargo, eso beneficiaría la salud. Te contamos sus propiedades:
Naranja
La piel de la naranja es una fuente natural de fibra y antioxidantes (vitamina C) y aporta más fitonutrientes y flavonoides que la pulpa. También tiene propiedades antiinflamatorias. No suele comerla mucha gente porque la piel de los cítricos acostumbra a ser aún más ácida, pero se puede rallar o triturar, e incluso preparar infusiones. Otra opción es confitarla o hacer mermelada.
Pera
El nutricionista Alejandro Cánovas comenta que la piel de la pera es muy rica en pectina, por eso tiene la capacidad de incrementar la masa muscular y de reducir la grasa corporal. Además, ayuda a prevenir un nivel alto de colesterol y el estreñimiento. También es rica en magnesio, mineral que facilita que el funcionamiento intestinal sea óptimo, y mejora la intolerancia a la glucosa. Solo hay que asegurarse de lavar bien la fruta y comerla con piel.
Kiwi
Según un estudio que publicó Food Chemistry, la piel de esta fruta contiene dos variantes de la vitamina E (alta y delta tocoferol), que son antioxidantes muy beneficiosos para combatir las enfermedades cardíacas, el envejecimiento de las células y la anemia. Puede parecer desagradable comer la piel, pero se trata de una capa muy fina. Lo más recomendable es lavar la fruta, eliminando los pelitos, y comerla entera.
Mandarina
Tiene un alto contenido de antioxidantes (vitaminas A y C) y de fibra. Además, ayuda a eliminar del organismo el cadmio, el mercurio y el plomo. Según una investigación realizada por un grupo de científicos de la Escuela de Farmacia de Leicester (Reino Unido), la piel de la mandarina cuenta con un compuesto, el Salvestrol Q40, que resulta beneficioso para combatir algunos tipos de cáncer. Se puede triturar y mezclar con el zumo, rallarla para aromatizar las ensaladas, hacer infusiones y para dar sabor a ciertos postres.
Limón
Este cítrico destaca por su contenido de vitamina C: 100 ml de zumo de un limón cubren el 62% de la necesidad diaria de esta vitamina, que es muy beneficiosa para el buen estado de la piel, los dientes y los huesos. Otros componentes son la vitamina A, que regenera la piel, el fósforo y la fibra. La piel del limón se puede confitar, preparar infusiones, picarla muy fina y utilizarla en aliños, o para aromatizar sopas y postres. Un consejo es no utilizar la piel con las partes blancas, pues resulta muy amarga.