¿Realmente existen los extraterrestres? ¿Estamos realmente solos? Es una pregunta interesante. A día de hoy, no hay pruebas de vida en otros planetas, pero el universo es enorme, y resulta difícil creer que entre los billones de planetas que se estima que hay en nuestro universo de 13.800 millones de años, solo la Tierra haya sido hogar de vida.
Esta discrepancia entre la vastedad del universo y la ausencia de evidencia de vida extraterrestre se llama Paradoja de Fermi . Por eso, buscar seres de otros mundos es un tema serio, y los científicos tienen cada vez más conocimientos sobre cómo buscar a estos seres.
Los primeros intentos de buscar vida extraterrestre comenzaron mucho antes de que los humanos pudieran salir de nuestro propio planeta.
De acuerdo con el Instituto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), la invención de la radio abrió la posibilidad de recibir transmisiones de otros mundos, y los inventores Nikola Tesla y Guglielmo Marconi creían que podrían estar captando señales de Marte a principios del siglo XX.
El comienzo de la búsqueda de vida extraterrestre
La primera búsqueda seria basada en radio para hallar vida extraterrestre tuvo lugar en 1960. Fue concebida por el astrónomo Frank Drake , quien empleó dos radiotelescopios para buscar señales de planetas que orbitaran potencialmente estrellas a 10 y 12 años luz de distancia. El Proyecto Ozma , como se le llamaba, no tuvo éxito. Tampoco lo tuvo el Proyecto Phoenix, un esfuerzo privado del Instituto SETI que se llevó a cabo entre 1995 y 2000 y exploró 800 sistemas estelares a menos de 200 años luz de la Tierra.
El esfuerzo sigue en marcha con el Allen Telescope Array , un conjunto de 42 antenas que pueden sintonizar frecuencias de microondas provenientes de toda la Vía Láctea. El Instituto SETI también está trabajando en un proyecto para detectar pulsos láser que seres extraterrestres inteligentes podrían haber enviado como mensajes al cosmos.
Claro que estos intentos presuponen la existencia de especies extraterrestres tecnológicamente avanzadas. Los científicos también buscan formas de vida más sencillas, y los avances en naves espaciales no tripuladas y tecnologías de detección a distancia les permiten buscar moléculas que podrían indicar la presencia de vida en otros lugares.
Telescopios sofisticados, como el telescopio espacial James Webb , pueden detectar ligeras variaciones en la luz que emiten exoplanetas lejanos, lo que permite a los investigadores encontrar oxígeno, azufre u otros gases que podrían sugerir la existencia de microbios allí. Esfuerzos recientes también podrían haber detectado el primer campo magnético alrededor de un planeta lejano similar a la Tierra, una condición necesaria para que la vida resista la intensa radiación de las estrellas cercanas.
En nuestro propio sistema solar, robots como el rover Perseverance de Marte están recolectando muestras en busca de fósiles o moléculas que puedan indicar que la vida microbiana prosperó en el Planeta Rojo hace miles de millones de años, cuando era más cálido y húmedo. Por su parte, los científicos en la Tierra, estudian entornos extremos, como los desiertos de Chile y las profundidades de las fosas oceánicas, para ayudar a orientar esta búsqueda.
Aunque las posibilidades son escasas, los científicos planetarios se muestran optimistas en que los nuevos métodos revelarán que no estamos solos en el universo.