Felix Hoffmann creó el analgésico más popular, la aspirina, pero también sintetizó una peligrosa droga, la heroína

Decidido a aliviar la artritis de su padre, Felix Hoffmann fabricó un analgésico que era seguro para el uso diario. Pero luego sintetizó algo mucho más potente.

De no ser por la por la medicina moderna de Felix Hoffmann, podríamos no conocer uno de los medicamentos de venta libre más populares, la aspirina. Pero sin Hoffmann, la sociedad también estaría sin heroína, uno de los opioides más más adictivos y dañinos.





La historia de Felix Hoffmann

Felix Hoffmann nació en 1868 en medio de un ambiente industrial. Su padre era un fabricante en Ludwigsburg, Alemania, y fue allí donde un joven Hoffmann desarrolló el gusto por la fabricación y los procesos químicos.

Hoffmann se propuso aprender su oficio trabajando en farmacias en toda Alemania. Asistió a la Universidad de Munich donde obtuvo su Ph.D. y se graduó magna cum laude en 1893.

La aptitud de Hoffmann en química y farmacología fue rápidamente notada por su profesor, Adolf von Baeyer. Baeyer, ganador del Premio Nobel de Química en 1905 por su trabajo en la síntesis de tintes, sugirió que Hoffmann trabajara en el gigante farmacéutico y de tintes alemán, Bayer.

Felix Hoffmann creó el analgésico más popular, la aspirina, pero también sintetizó una peligrosa droga, la heroína
El científico Felix Hoffmann.

Y precisamente eso fue lo que hizo en 1894, cuando Hoffmann se unió al departamento de investigación farmacéutica recién establecido en la Compañía Bayer en Elberfeld, Alemania.

Hoffmann pertenecía a una clase de investigadores que deseaban crear nuevas sustancias que pudieran usarse como medicamentos y no simplemente recrear los ingredientes activos a partir de productos naturales.

Según se dice, Felix Hoffmann también estaba motivado por el deseo de aliviar el dolor paralizante de su padre.

La creación de la aspirina

El padre de Hoffmann sufría de una artritis debilitante. Se le dificultaba moverse y los analgésicos en ese momento eran lamentablemente inadecuados o hacían que el paciente se sintiera peor debido a los peligrosos efectos secundarios.

La búsqueda de Hoffmann lo condujo al ácido salicílico, una sustancia que se encuentra ampliamente en la corteza del sauce. En la década de 1830, los científicos ya habían aislado el ácido salicílico en un laboratorio para crear una forma pura del mismo. Para 1859, los químicos ya habían creado el ácido salicílico sintéticamente, pero lamentablemente la sustancia provocó dolores de estómago que impidieron su uso diario.

La creación de la aspirina
Botella con aspirina, 1899. de Bayer Archives

Sin embargo, Felix Hoffmann encontró una manera de hacer que este compuesto fuera seguro para la ingestión habitual. Usando ácido acético, que es el químico activo en el vinagre, Hoffmann pudo crear una forma químicamente pura y estable de ácido salicílico el 10 de agosto de 1897.

Al comienzo, la comunidad científica dudaba del descubrimiento de Hoffmann, pero una vez que un compañero químico verificó sus hallazgos, comenzaron los ensayos en humanos.

Heinrich Dreser, director del laboratorio farmacéutico de Bayer, ensayó esta nueva sustancia en sí mismo. La sustancia química redujo los niveles de dolor y redujo la fiebre sin los efectos secundarios de malestar estomacal que había venido con el anterior ácido salicílico.

Así entonces, el ácido acetilsalicílico recibió el nombre de Aspirina, de la «A» para acetilo y la «espirina» de Spirea, el nombre de los arbustos en los que se puede encontrar una fuente alternativa de ácido salicílico.

Se ha dicho que Hoffmann y Dreser recibieron un apoyo importante del supervisor de Felix Hoffmann, Arthur Eichengrün, en la invención de la aspirina, pero debido a que Eichengrün era judío, fue apartado del éxito.

aspirina de Bayer
Anuncio de aspirina de Bayer en The New York Times (1917).

De hecho, Bayer fue una de esas marcas famosas que eventualmente apoyaron la causa de los nazis.

En 1899, Bayer ya comercializaba la aspirina en forma de polvo embotellado. Aunque Bayer solicitó una patente alemana sobre el producto, esta no fue aprobada, ya que el ácido acetilsalicílico se había sintetizado antes.

A diferencia de lo que había creado Hoffmann, estos primeros aislamientos no habían podido producir ácido acetilsalicílico en una forma pura y estable que pudiera usarse a diario.

Aun así, las ventas despegaron y convirtieron a Bayer en un nombre familiar en todo el mundo. El padre de Hoffmann tuvo su alivio del dolor sin la toxicidad del ácido salicílico puro y Hoffmann se convirtió en el jefe de la división farmacéutica de Bayer poco después de que la aspirina se convirtiera en un éxito de ventas.

Pero por otra parte, surgió la heroína, que tiene una historia de origen diferente.

Hoffmann y la heroína

Mientras Hoffmann desarrollaba la aspirina, Dreser había investigado las propiedades analgésicas de la codeína, un alcaloide que proviene del opio y es una forma más débil de morfina. Dreser buscaba descubrir cómo la codeína afectaba la respiración y le pidió a Hoffmann que realizara el mismo proceso que tenía con el ácido salicílico en la morfina con la ilusión de crear codeína.

Botella de heroína Bayer
Botella de heroína Bayer, que originalmente contenía 5 gramos de sustancia heroína.

Pero en lugar de codeína, cuando Felix Hoffmann acetiló la morfina, el resultado fue heroína.

La heroína no era patentable, pero no por su extrema adictividad, sino porque ya había sido descubierta en la década de 1870 por Charles Romley Alder Wright.

Los científicos aún no se percataron de los peligros de la heroína, por lo que Bayer la vendió ampliamente para suprimir la tos, aliviar dolores de parto y de heridas de guerra graves, anestesiar a los pacientes y controlar ciertos trastornos mentales.

Felix Hoffmann y su legado

El farmacéutico alemán se retiró en 1928 y murió como un hombre rico, aunque solitario, en Suiza en 1946.

Hoy, más de un siglo después, la creación de Hoffmann todavía está en uso. La aspirina se ha utilizado para aliviar el dolor y reducir la fiebre, y también para las dolencias cardíacas y la recuperación de cirugías del corazón. La aspirina puede incluso reducir la posibilidad de que se formen coágulos de sangre y salvar vidas al prevenir la obstrucción de las arterias.

ácido acetilsalicílico
Felix Hoffmann encontró una manera de hacer que este compuesto fuera seguro para la ingestión habitual.

Seguramente la aspirina ha salvado millones de vidas. Solo en los Estados Unidos, se estima que se ingieren al menos 15 millones de tabletas de aspirina por año. Una encuesta de 2015 sugirió que hasta una cuarta parte de los pacientes cardíacos en los Estados Unidos se automedicaban con aspirina en dosis bajas para prevenir enfermedades cardiovasculares.

Aunque por otra parte, la heroína, se ha convertido en una especie de epidemia. Solo en los Estados Unidos en 2017, unas 15.900 personas murieron debido a una sobredosis de heroína.

Pero tal vez las vidas salvadas por la aspirina algún día puedan equilibrar la muerte y la destrucción causadas por la heroína.

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