El secreto del habla de los loros: ¿Cómo y por qué lo hacen?

Es interesante notar cómo ciertas aves, como los loros y las cotorras, logran imitar con sorprendente exactitud la voz humana. Te explicamos en detalle cómo y por qué hacen esto.

Las cotorras, loros y otras especies de aves tienen una fama bien merecida por su habilidad para «hablar». En realidad, lo que logran es una reproducción de los sonidos que captan a su alrededor. Probablemente te hayas cuestionado cómo lo consiguen y por qué solo ciertas especies son capaces de tal hazaña.





La capacidad de las aves para imitar sonidos

En términos estrictos, ninguna ave «habla» ya que no disponen de cuerdas vocales. Sin embargo, hay especies que pueden reproducir los sonidos de su entorno con una precisión asombrosa gracias a su órgano vocal, conocido como siringe . Este órgano se localiza en la tráquea y es lo que permite la gran versatilidad vocal de las aves, incluyendo su habilidad para «cantar».

La siringe consta de varias membranas y anillos que vibran cuando el aire pasa a través de ellas, lo que les permite emitir un amplio espectro de sonidos y ritmos.

Existe dimorfismo sexual en este aspecto en muchas especies, con los machos capaces de emitir una gama más variada de sonidos que las hembras, ya que el objetivo principal de estas vocalizaciones son las demostraciones de apareamiento. Algunas aves, como los cuervos y las urracas, tienden a imitar los sonidos que escuchan.

las seis familias de loros
Un montaje que muestra las seis familias de loros (orden Psittaciformes; Strigopidae, Nestoridae, Psittaculidae, Psittrichasiidae, Psittacidae y Cacatuidae. Estos están representados por un kakapo ( Strigops habroptilus ), kea ( Nestor notabilis ), Ringneck australiano ( Barnardius zonarius ) , vasa menor loro ( Coracopsis nigra ), guacamayo azul y amarillo ( Ara ararauna ) y cacatúa de palma ( Probosciger atterimus ).

En particular, las especies como los loros, tienen una lengua redondeada que al moverse rápidamente hace vibrar el aire y permite replicar los sonidos que los humanos producen a través de las cuerdas vocales.

Las especies que poseen esta capacidad pertenecen al orden de los Psitaciformes , que incluye a los papagayos, cacatúas, cotorras y periquitos, aunque su capacidad para imitar difiere entre ellas.

Por qué los loros son los imitadores más afinados

Algunas de las especies que pueden imitar el habla con mayor precisión son el loro gris africano (Psittacus erithacus), el loro eclecto (Eclectus roratus) y los guacamayos (género Ara, con varias especies y subespecies); otros, como las cacatúas (género Cacatua) y los periquitos (Melopsittacus undulatus) pueden imitar el habla, pero no con la misma nitidez.

Un estudio publicado en 2015 puede dar alguna pista sobre por qué los loros son los imitadores más hábiles. En un experimento con nueve especies de loros, se descubrió que su cerebro tiene una zona «duplicada» que no se encuentra en otras aves. Todos los animales capaces de imitar sonidos tienen ciertas áreas en el cerebro conocidas como núcleos que controlan el aprendizaje vocal, pero los loros tienen anillos adicionales alrededor de estas zonas llamadas conchas, que están involucradas en la habilidad para emular sonidos. Esta área extra dedicada al lenguaje les permite reproducir sonidos con mayor exactitud que otras especies.

Por qué los loros son los imitadores más afinados
El loro gris africano (Psittacus erithacus) es una de las aves más inteligentes que existen y la que mejor imita el habla humana.

Lamentablemente, esta habilidad ha llevado a muchos de ellos al borde de la extinción.

Un ejemplo emblemático es el guacamayo de Spix (Cyanopsitta spixii), protagonista de las películas de animación Río y Río 2 . Fue declarado extinto en estado salvaje en 2019 y actualmente se está intentando reintroducir en Brasil y Paraguay a partir de ejemplares criados en cautividad.

La razón por la que los loros aprenden a «hablar»

Además de cómo los loros y otras aves logran «hablar», la pregunta es por qué lo hacen y, sobre todo, si tienen una percepción cognitiva de las palabras que reproducen, o si para ellos son simplemente sonidos.

La mayoría de los estudios sugieren que no son conscientes de que están pronunciando «palabras» y que actúan por un mecanismo de estímulo-recompensa. Esto significa que aprenden que, cuando imitan con precisión el habla humana, obtienen una recompensa. Esta hipótesis parece reforzada por el hecho de que solo aquellos loros que han sido entrenados para ello logran imitar con precisión; el resto imita sonidos, pero no articulan las palabras claramente.

guacamayo de Spix
Se cree que en su región originaria ya no quedan ejemplares de guacamayo de Spix en libertad.

Sin embargo, hay casos que sugieren que algunas especies pueden tener una cognición de los sonidos que imitan como palabras completas y asociarlos a conceptos físicos o abstractos, como las emociones. Un caso notable es el de Alex , un loro gris que fue objeto de estudio de la psicóloga animal Irene Pepperberg durante treinta años.

Alex podía asociar palabras a objetos, acciones o emociones específicas y Pepperberg concluyó que tenía la inteligencia racional de un niño de cinco años y la inteligencia emocional de un niño de dos años.

Cuando la psicóloga, que también era su cuidadora, se iba del laboratorio por la noche, el loro Alex siempre se despedía con las mismas palabras que ella le decía: «Pórtate bien. Te quiero. Nos vemos mañana». Estas fueron las últimas palabras que le dijo la noche antes de su muerte.

Existen otros casos que no son tan encantadores como Alex.

En 2020, la reserva de fauna salvaje de Lincolnshire (Inglaterra) recibió a cinco loros grises de cinco propietarios diferentes. Pronto tuvieron que retirarlos del espacio abierto al público porque los loros, que no se conocían hasta que se juntaron en la misma jaula, comenzaron a insultarse entre ellos y también a los visitantes. Incluso el propio fundador del parque fue objeto de sus insultos: «Me llamaban gordo cada vez que pasaba».

Loro gris africano en cautiverio
Loro gris africano en cautiverio, en Wanshang Bird and Flower Market en Shanghai.

Algunos visitantes parecieron divertirse e incluso respondieron a los insultos, pero el parque decidió retirarlos por considerar que daban un mal ejemplo a los niños que visitaban el lugar con sus familias.

En este sentido, los loros no solo imitan a las personas en su capacidad de hablar, sino también en cómo pueden usar esta habilidad de manera amigable o lo contrario.

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