Este químico presente en alimentos procesados ​​puede dañar el sistema inmunológico

El químico, llamado TBHQ, mostró efectos potencialmente dañinos en estudios realizados en animales y en platos de laboratorio.

Un compuesto químico presente con frecuencia en los alimentos procesados ​​puede dañar el sistema inmunológico, según una nueva investigación.





Se trata del conservante terc-butilhidroquinona (TBHQ), que se encuentra en Pop-Tarts, Cheez-Its de Kellogg y más de otros mil alimentos. A esto se suma la presencia del perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), un grupo de sustancias químicas que pueden filtrarse a los alimentos desde los envases, según los autores del estudio del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG), una organización sin fines de lucro enfocada en la salud.

Según la doctora Olga Naidenko, vicepresidenta de investigaciones científicas del EWG y autora principal del estudio:

La pandemia ha centrado la atención pública y científica en los factores ambientales que pueden afectar el sistema inmunológico. Antes de la pandemia, los productos químicos que pueden dañar la defensa del sistema inmunológico contra la infección o el cáncer no recibían suficiente atención por parte de las agencias de salud pública. Para proteger la salud pública, esto debe cambiar.

En su trabajo, el equipo encontró que estos químicos mostraron efectos potencialmente dañinos sobre el sistema inmunológico en pruebas realizadas en animales y en platos de laboratorio. Sin embargo, los resultados de este tipo de investigaciones no siempre se reflejan en humanos, por lo que el nuevo estudio no puede probar que estos químicos dañen el sistema inmunológico de las personas.

Cheez-Its de Kellogg
Cheez-Its de Kellogg.

Aún así, los hallazgos son suficientes para suscitar preocupación, según el Dr. Kenneth Spaeth, especialista en medicina ambiental y ocupacional de Northwell Health en Great Neck, Nueva York:

Los productos que ha analizado este estudio en particular son obviamente productos alimenticios muy populares y ampliamente utilizados. Eso se convierte en un elemento clave, porque obviamente cuando ocurren exposiciones, cuanto más amplia es la exposición, mayor es la posibilidad de que se produzcan daños.

Históricamente ha habido una serie de problemas de salud y seguridad que resultan de los contaminantes alimentarios y los aditivos alimentarios. Algunos de estos productos químicos están ahí “por diseño”, porque se agregan directamente a los alimentos. Pero otros surgen a través de la descomposición de otros químicos y algunos, como el PFAS, pueden ingresar a los alimentos a través del empaque, explicó Spaeth.

Por esas razones, es importante asegurarnos lo mejor que podamos de que los productos que usamos y los alimentos que comemos sean evaluados para detectar posibles peligros. Estudios como este son un medio para monitorear eso.

Los autores del estudio dijeron que las pruebas adicionales de estos productos químicos y sus efectos potencialmente tóxicos deberían ser una prioridad para la investigación, y pidieron a la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) que revise la ciencia más reciente sobre TBHQ y otros aditivos alimentarios.

Por su parte, en una declaración a los medios, el portavoz de Kellogg, Kris Bahner, dijo:

Nuestra principal prioridad es proporcionar alimentos seguros, deliciosos y de calidad para los consumidores. TBHQ es un antioxidante común, aprobado para uso seguro por la FDA, que muchas empresas utilizan en numerosos productos para ayudan a proteger el sabor y la frescura de los alimentos.

¿Químicos nocivos?

Los investigadores del EWG analizaron datos del programa Toxicity Forecaster (ToxCast) de la Agencia de Protección Ambiental, que utiliza la automatización para analizar una gran cantidad de sustancias químicas por sus efectos en las células de las placas de laboratorio y en las proteínas de los tubos de ensayo.

Querían probar qué tan bien el programa podía predecir el daño potencial de las sustancias químicas al sistema inmunológico. Analizaron los datos de ToxCast para determinar cómo las sustancias químicas que se agregan o terminan con mayor frecuencia en los alimentos, como TBHQ y PFAS, afectan a los genes y proteínas relacionados con la función inmunológica.

Los investigadores también revisaron la literatura científica para ver si los estudios habían informado que una determinada sustancia química afectaba el sistema inmunológico.

Para TBHQ, los resultados de las pruebas ToxCast y la revisión de la literatura indicaron que la sustancia química afecta el sistema inmunológico. Indicaron que TBHQ afecta las proteínas, como las quimiocinas y las citocinas, que coordinan la respuesta del sistema inmunológico a los patógenos, informaron los autores del estudio.

Es difícil predecir solo a partir de los datos de ToxCast si esos efectos podrían ser dañinos para el sistema inmunológico en animales o humanos, señaló el coautor del estudio y toxicólogo del EWG, Alexis Temkin. Sin embargo, según la revisión de la literatura, los estudios en animales han encontrado que TBHQ se asoció con cambios en la función inmune y la inmunomodulación, el ajuste hacia arriba o hacia abajo de la respuesta inmune, reportaron los autores en su artículo.

En cuanto al PFAS, los estudios epidemiológicos y en animales sugieren que estos químicos pueden ser tóxicos para el sistema inmunológico. Los niveles más altos de PFAS en las personas se han asociado con una menor producción de anticuerpos en respuesta a las vacunas. Por ejemplo, un estudio de 2013 en el Journal of Immunotoxicology informó que los niños que estuvieron expuestos en el útero a niveles más altos de sustancias químicas PFAS tenían una menor producción de anticuerpos en respuesta a las vacunas infantiles.

Sin embargo, los datos de ToxCast no revelan los efectos del sistema inmunológico de PFAS. Por ejemplo, de acuerdo con las pruebas de ToxCast, el PFOA, un tipo de PFAS que los estudios epidemiológicos indican que puede inhibir el sistema inmunológico humano, afectó débilmente a solo una de las 19 moléculas del sistema inmunológico analizadas.

Con base en los estudios que involucran a TBHQ, los investigadores concluyeron que ToxCast puede identificar moléculas que presentan riesgos para el sistema inmunológico. Pero según los autores del estudio, el hecho de que ToxCast no marque las sustancias químicas PFAS como dañinas para el sistema inmunológico no significa que sean seguras; más bien, apunta a las limitaciones de la selección,

La FDA aprobó TBHQ hace décadas. Agencias nacionales e internacionales, como el Programa Nacional de Toxicología de EE.UU. y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, revisaron TBHQ en cuanto a seguridad, sin embargo, los efectos de las sustancias químicas en el sistema inmunológico pasaron en su mayoría por debajo del radar.

Para la EGW, esta investigación muestra lo importante que es que la FDA revise estos ingredientes y pruebe la seguridad de todos los productos químicos de los alimentos.

Según Spaeth, los resultados de este estudio y otros similares ponen a los consumidores en una posición difícil, ya que puede ser virtualmente imposible saber si ciertos químicos están en los productos alimenticios. No todos los productos químicos que se encuentran en los alimentos se enumeran como ingredientes, porque algunos de los productos químicos, como el PFAS, no son aditivos directos.

A medida que aprendemos más sobre los contaminantes, para aquellos que se demuestra que presentan riesgos para la salud, el consumidor queda en un aprieto, porque puede haber conocimiento de un daño potencial, pero no hay suficiente información para que los consumidores realmente tomen decisiones en tiempo real.

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