Reconocer a un ser vivo suele ser algo sencillo. Se mueve, come, crece, excreta, se reproduce… En biología, los científicos lo describen generalmente empleando el acrónimo ‘ MRS GREN ‘. Significa movimiento, respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción, excreción y nutrición.
Pero la ex astronauta y doctora en Química Helen Sharman, ha señalado recientemente que las formas de vida extraterrestres que son imposibles de detectar pueden estar viviendo entre nosotros. ¿Cómo podría ser eso posible?
Si bien la vida puede ser fácil de reconocer, lo cierto es que resulta muy difícil de definir y esto ha generado numerosos debates entre científicos y filósofos desde hace siglos (si no milenios). Por ejemplo, una impresora 3D puede reproducirse, pero no la consideramos un ser vivo. Por otra parte, una mula se caracteriza por ser un animal híbrido estéril, pero nunca afirmaríamos que no vive.
Cuando de buscar vida en el espacio se trata, la falta de definición se convierte en un gran problema. La incapacidad de definir la vida de otra forma supone que en realidad nos estamos limitando a teorías geocéntricas, tal vez incluso antropocéntricas.
Y debido a tanta discrepancia, han surgido más de 100 definiciones de ‘vida‘. El Instituto de Astrobiología de la NASA ha definido alternativamente la vida como “Un sistema químico autosuficiente capaz de la evolución darwiniana”, que funciona en muchos casos que queremos describir.
¿Extraterrestres invisibles?
Cuando pensamos en extraterrestres, por lo general nos imaginamos a una criatura con aspecto parecido al humano. Pero la vida inteligente que estamos buscando no necesariamente tiene que ser humanoide.
La doctora Sharman está convencida que los extraterrestres existen. La mujer explica que con tantos miles de millones de estrellas en el universo debe haber todo tipo de formas diferentes de vida. Y se pregunta:
¿Serán como tú y yo, compuestos de carbono y nitrógeno? Tal vez no. Es posible que estén aquí ahora y simplemente no podemos verlos.
Tal vida existiría en una “biosfera de sombra“, pero no refiriéndonos a un reino de sombras, sino a criaturas no descubiertas probablemente con una bioquímica distinta. Es decir, seres que no pueden ser estudiados o incluso percibidos porque no están al alcance de nuestra comprensión. Y suponiendo que exista, lo más probable es que esa biosfera de sombra sea microscópica.
Entonces, ¿Por qué aún no la descubrimos? Existen limitaciones para estudiar el mundo microscópico, ya que solo se puede cultivar en laboratorio un mínimo porcentaje de los microorganismos. Esto quiere decir que podría haber muchas formas de vida que todavía no hemos visto. Si bien ahora tenemos la capacidad de secuenciar el ADN de cepas no cultivables de microbios, esto solo puede detectar vida tal como ya la conocemos, con ADN.
No obstante, en caso de encontrar tal biosfera, no esta claro si debería considerarse “alienígena”, pues dependerá de si se trate de algo “de origen extraterrestre” o simplemente “desconocido”.
La vida, pero no como la conocemos
Una teoría popular que sugiere una bioquímica alternativa es una vida basada en silicio en vez de carbono. Y es razonable, aun si lo vemos desde una perspectiva geocéntrica. Aproximadamente el 90% de la Tierra se compone de silicio, magnesio y oxígeno, lo cual significa que hay mucho por descubrir en cuanto al fomento de vida potencial.
Y si miramos otros lugares en el espacio, como Titán -la luna más grande de Saturno- o los planetas que orbitan otras estrellas, es claro que no podemos descartar un eventual hallazgo de vida basada en silicio.
Para encontrarla, tenemos que salirnos del cuadro que encierra la biología terrestre y descubrir cómo detectar formas de vida fundamentalmente distintas a las basadas en carbono. De hecho, hay muchos experimentos probando estas bioquímicas alternativas, entre los que se destaca uno que dio a conocer en 2016 el Instituto de Tecnología de California (Caltech).
Si bien cada vez más personas creen que existe vida fuera de la Tierra, todavía no hay evidencia clara de eso. E independientemente de qué forma pueda tomar la vida en otros lugares del universo, debemos asegurarnos de protegerla en nuestro planeta. Al fin y al cabo es la única que conocemos, o al menos la que por ahora podemos ver.
