El aspecto y el color de las heces son dos de los elementos más fundamentales a los que debemos prestar atención si queremos saber qué tan sano está nuestro sistema digestivo. Probablemente, fijarnos en este tipo de cuestiones nos puede ser muy beneficioso, no solo para prevenir posibles complicaciones, sino también porque es un gesto sencillo y rápido que nos puede servir para darnos cuenta de manera fácil de cómo está nuestro organismo.
La forma de las heces es un tema delicado al que debemos atender de la manera correcta y de forma habitual. Para poder hacer esto, es necesario conocer cómo influye este asunto en el buen funcionamiento de nuestro aparato digestivo y también dentro del cuidado del buen tránsito intestinal, así como qué aspecto deben tener para poder alertarnos ante posibles complicaciones.
Para ayudar en este tema, en el día de hoy hemos querido estudiar a fondo la cuestión y exponer los puntos más relevantes a tener en cuenta, analizando por ejemplo por qué debemos prestar la debida atención a este asunto, cómo deben de ser unas heces normales o qué problemas concretos pueden indicar cuando no tienen el aspecto que deberían.
¿Por qué es tan importante controlar el color y forma de las heces?
A pesar de que esto no es algo que le resulte agradable a nadie, lo cierto es que controlar el color y la forma de nuestras heces es uno de los mejores métodos para estar alerta sobre nuestro estado de salud. En este sentido, controlar las heces puede ser algo totalmente relevante para una persona, ya que son una auténtica evidencia de lo que ocurre dentro de nuestro organismo.
Para mantener un buen estado de salud es sumamente importante que nuestro aparato digestivo funcione correctamente. Además de ser uno de los centros neurálgicos de control de nuestro cuerpo, el sistema digestivo es el encargado de que absorbamos todos los nutrientes que necesitamos de los alimentos. Por eso, prestar atención al tamaño, el color y la forma de nuestras heces nos puede indicar que algo dentro de nosotros no funciona correctamente.
Con esto, podremos estar alerta, evaluar qué podría estar ocurriendo y tomar decisiones preventivas que nos ayuden a solucionar cualquier problema digestivo de salud en el menor tiempo posible.
Una forma de mantener nuestro tránsito intestinal saludable
Controlar cómo son nuestras heces también es una estupenda forma de cuidar de nuestro tránsito intestinal. Este es uno de los aspectos que más inciden en la salud general de nuestro organismo, ya que además de ayudarnos a absorber todos los nutrientes de la comida que ingerimos, también nos ayuda a producir energía y a mantener en buen estado nuestras defensas.
Por este motivo, cuidar de nuestro tránsito atendiendo a cómo son nuestras heces es un punto imprescindible para cuidarnos cada día. Así, se pueden controlar problemas tan frecuentes como el estreñimiento o la diarrea con mayor facilidad y ponerle solución a la mayor brevedad posible.
El hecho de saber identificar a través de la forma y el color de nuestras heces si nuestro tránsito funciona de manera correcta, o no, es un punto que todos deberíamos tener en cuenta, ya que puede llegar a ocasionar problemas mayores si lo ignoramos. Un buen ejemplo de esto es, sin duda, las complicaciones ocasionadas por un mal funcionamiento del tránsito intestinal, como pueden ser la deshidratación provocada por la diarrea o las hemorroides provocadas por el estreñimiento.
Cómo deben ser unas heces normales
Para que podamos controlar de manera correcta nuestra salud y mantener un correcto tránsito, lo primero que debemos hacer es saber qué aspecto tienen unas heces normales. De esta forma, si vemos algo que se salga de lo habitual, podremos actuar con anticipación y prevenir males mayores.
En términos generales, es normal que se produzcan pequeños cambios en el color, la consistencia o el tamaño de nuestras heces, por ejemplo, dependiendo de lo que hayamos comido. Sin embargo, dentro de estos límites, la materia fecal habitual suele ser de una sola pieza, con una textura uniforme y de color marrón. Además, no debe desprender un olor demasiado repulsivo y su tamaño debería estar alrededor de los 20 centímetros de largo, con forma ligeramente curvada.
Todo lo que se salga de estos parámetros generales debería ponernos alerta, ya que nos puede estar indicando algún tipo de complicación en nuestro aparato digestivo. Más allá de esto, si queréis ampliar más información sobre este tema, os recomendamos que consultéis el Blog Tu Equilibrio y Bienestar, un blog especializado donde se pueden encontrar múltiples consejos y cuidados para la salud escritos por profesionales sanitarios como médicos y farmacéuticos.
¿Qué pueden indicar las heces sobre nuestro estado de salud?
Como ya hemos visto, su control puede ser un aspecto clave para conocer y reconocer un poco más a fondo cómo se encuentra nuestro organismo. Sin embargo, además de intentar mantener nuestras heces dentro de estos parámetros más normales, también debemos conocer qué pueden indicar cuando su color o su forma no cumple estos requisitos.
Por ejemplo, unas heces que tienden a flotar pueden estar alertándonos acerca de una mala absorción de los nutrientes en cada comida o también de la aparición de gases en exceso dentro de nuestro sistema digestivo.
Por otra parte, si las heces son duras, pequeñas y redondas son un síntoma claro de que sufrimos estreñimiento que debemos controlar tomando fibra e hidratándonos para poder librarnos de él.
Otro ejemplo muy común es que las heces sean demasiado finas, planas o de diámetro muy reducido, como un bolígrafo; esto puede indicar que, en nuestro intestino, existe algún tipo de obstrucción que no nos permite expulsar las heces de manera adecuada.
Sea como sea, el mejor consejo es siempre estar alerta y observar nuestro cuerpo. Si los cambios que se observan no son puntuales y se prolongan en el tiempo, lo más probable es que debamos acudir al médico para que pueda evaluar nuestra situación de manera concreta.