Los divorcios y las separaciones son cuestiones muy personales e íntimas que las parejas deciden por una serie de circunstancias. España es un país en el que las parejas se divorcian cada vez más, sin embargo, en muchas ocasiones, esa herramienta incluso puede ayudar a una familia a disponer de un mejor ambiente.
Las casuísticas, en un divorcio o separación, pueden ser tantas, como parejas existen. Pero, lo que es más general, son los sentimientos y las incertidumbres que se crean ante esta decisión trascendental. Por regla general, se viven picos de estrés, e incluso, lo que en principio iba a ser amigable, termina por ser un litigio.
Sin embargo, la intención de los abogados expertos en familia siempre es una ayuda para recomponer la situación o, en cualquier caso, reconducirla a través de una buena mediación.
También hay que tener en cuenta factores personales, familiares, económicos y sociales a la hora de separarse. Porque separarse a los 40 lo que nadie te cuenta es que en esa etapa vital, en muchos casos, se tienen hijos en edad de crianza, hipotecas a medias y muchas cosas en común. Eso, a veces, lo que hace es limitar a los cónyuges, a tener que convivir en un matrimonio roto o que hace aguas por todos lados.
Sin embargo, existen herramientas como los divorcios express y de mutuo acuerdo, que ayudan a la pareja a formar parte de su proceso de divorcio desde las máximas cuotas de participación. Eso ayudará a sentirse parte de la solución y no víctima de un problema, que es lo que pasa cuando se decide llevar a cabo un divorcio contencioso.
A los cuarenta, los hijos también implican obligaciones, ya que su bienestar y estabilidad están por encima de todo. Por eso, el pago de manutenciones, así como de compensaciones económicas a la pareja, el uso de la vivienda compartida o tener que alquilar otra casa a la par que pagar la hipoteca, y otras muchas circunstancias en la etapa de los 40 años suelen ocurrir mucho, y son cuestiones que no se tienen siempre en cuenta.
Las crisis de pareja y las herramientas para sortearlas
Se da con mucha frecuencia que, en la cuarta década vital los seres humanos se sienten más realizados, completamente maduros y con las ideas claras. Por eso, en muchas parejas, esa etapa se hace cuesta arriba, sobre todo, cuando se cambia el objetivo de vida y las metas. También, las necesidades fisiológicas, y las que crean las nuevas tecnologías y las redes sociales.
A veces, las parejas se dejan llevar por unos objetivos que consideran no pueden ser alcanzados con la complicidad del cónyuge, y toman la decisión pronta y rápida de separarse o divorciarse, en el peor de los casos.
No hay que obviar que el divorcio es un derecho muy consolidado y que, además, es la solución a muchos problemas de convivencia. Sin embargo, existen muchas herramientas para evitar llegar a ese punto.
Como consejos antes de separarse, se suele instar a los cónyuges a asistir a terapia de parejas, a un proceso de mediación, o incluso que, en frío, acudan a un abogado matrimonialista. Todos esos profesionales darán herramientas para tomar la decisión más acertada que, en muchos casos, es la separación o el divorcio; pero en otras no.
Por tanto, es lógico tener dudas, crisis existenciales también de pareja, pero cuando existe afecto, respeto mutuo y se tiene un proyecto ya encaminado con hijos, hipoteca y mascotas, a lo mejor hay que darse otra oportunidad. Si no, pues ya se sabe, hay que acudir a los expertos que podrán asesorar con garantías. Además, cuando los hijos son pequeños, hay que mantener un equilibrio familiar que les permita disfrutar de ambos progenitores en su plenitud, sin salir de su entorno y sin más problemas adicionales.