Se suele decir que la memoria va fallando a medida que avanza la edad. Y lo mismo ocurre con otras funciones del intelecto; por ejemplo, la capacidad de razonar. Sin embargo, no está todo perdido: es posible reprogramar el cerebro.
Para incrementar el poder mental solo hay que seguir un entrenamiento con las siguientes técnicas y consejos ofrecidos en el programa “Cómo tener un mejor cerebro“, de la BBC:
1. Hacer ejercicio
Está demostrado: el cerebro crece cuando se empieza a practicar ejercicio. El ejercicio estimula la creación de más conexiones cerebrales, la comunicación a nivel celular y la formación de nuevas células. Otro beneficio se encuentra en la salud cardiovascular, con lo que el nivel de oxígeno aumentará y se eliminarán más toxinas.
Por otra parte, si el ejercicio se realiza al aire libre, el organismo tendrá la oportunidad de absorber mayor cantidad de vitamina D. Lo más recomendable es practicar ejercicio mientras se descubre algún ambiente diferente, haciendo las cosas de otra forma y conociendo a otras personas. El hecho de compartir la experiencia y de intercambiar opiniones ayudará a las células.
Una opción interesante es alquilar un huerto y practicar la horticultura al mismo tiempo que se conocen a nuevas personas, o unirte a un grupo que practique tus mismas aficiones. De esta forma es posible practicar en compañía. Lo más importante es pasarlo bien y disfrutar con la experiencia: en el cerebro se multiplicarán los efectos de la interacción social y del ejercicio.
2. Memorizar en movimiento
Esta técnica la utilizan muchos actores de forma habitual y su eficacia ha sido probada en varias investigaciones. Consiste en memorizar las palabras de un texto que se desea aprender mientras la persona está en movimiento. Haciéndolo de esta forma, la probabilidad de recordar la información es mayor.
Por lo tanto, cuando sea necesario aprenderse un discurso, es una buena idea pasear mientras se memoriza el texto e incluso ponerse a bailar.
3. Comer los alimentos adecuados
El cerebro absorbe aproximadamente un 20% del azúcar que se ingiere y de la energía del cuerpo. Es por eso que las funciones del cerebro dependen de forma directa de los niveles de glucosa.
Si los niveles de azúcar del cuerpo se descontrolan, eso repercute en la mente alterando sus funciones. Por otra parte, se siente placer al comer nuestros alimentos preferidos porque el área de recompensa del cerebro recibe dopamina química cuando los ingerimos.
No obstante, no solo hay que alimentar el sistema de recompensa cerebral, también es muy importante alimentar el estómago. El sistema digestivo está conectado con el cerebro a través de lo que se conoce como eje cerebro-intestino. El bienestar del cerebro depende directamente del equilibrio existente entre los 100 billones de microbios que forman parte del sistema digestivo.
De hecho, se suele decir que “el segundo cerebro” del cuerpo humano se encuentra en la barriga. Una dieta sana y variada es importante para que los microbios del sistema digestivo mantengan un buen equilibrio, lo que repercutirá en el cerebro.
Es aconsejable no eliminar del todo la grasa de la dieta, pues las células del cerebro se forman con grasas. Son beneficiosos para el cerebro los ácidos grasos de las semillas, aguacates, nueces y del pescado, además de la cúrcuma y el romero. También es recomendable no comer solo. La interacción social incrementa todos los efectos positivos que puede causar en el cerebro una dieta saludable.
4. Desconectar y escaparse
Tener un poco de estrés no es negativo porque ayuda al cuerpo a reaccionar con más rapidez cuando tiene lugar una emergencia. Esto se debe a que el estrés ayuda a producir una hormona llamada cortisol, la cual hace incrementar la energía del cuerpo rápidamente.
Sin embargo, tener un nivel de estrés muy alto durante mucho tiempo resulta bastante perjudicial para el cerebro. Por eso resulta fundamental aprender a desconectar de forma periódica. De este modo, el cerebro también podrá relajarse. Cuando se decide desconectar, se empieza a ejercitar otra parte del cerebro.
Esta red particular del cerebro se corresponde a la parte que nos hace soñar despiertos y fantasear, la cual también resulta importante para conservar la memoria. Al desconectar, se activa esta parte determinada del cerebro, que es la que comenzará a realizar su trabajo. Por lo tanto, si el jefe te sorprende con la mirada ausente y soñando despierto, puedes justificarte explicando que ejercitabas otra parte importante de tu cerebro.
En el caso de tener dificultades para conseguir desconectar y relajarse, es muy útil optar por algunas técnicas de meditación y relajación, que ayudarán a que los niveles de estrés desciendan y entren dentro de la normalidad.
5. Buscar nuevos desafíos
Los desafíos son positivos para el cerebro, pues sacan a relucir todo su potencial. Aprender cosas nuevas es ideal. Estudiar un idioma nuevo o realizar actividades artísticas, como clases de arte, incrementa la elasticidad del cerebro.
Otra alternativa son los juegos online, en los que también pueden participar familiares y amigos. De esta forma se compartirá el desafío. En las competiciones contra otras personas se produce interacción social y esto, junto al desafío, será de gran ayuda para el cerebro.
6. Vivir la música
La música es uno de los mayores estímulos que puede recibir el cerebro. Los científicos han comprobado que en las imágenes cerebrales de una persona que escucha música o toca un instrumento musical se aprecia que hay actividad en las diferentes partes del cerebro.
Por lo tanto, la música ayuda a reforzar las capacidades mentales. Además, en los pacientes que sufren demencia, la memoria musical es la última que desaparece. La recomendación es asistir a los conciertos de tus grupos favoritos o empezar a participar en un coro.
7. Estudiar y dormir
Cuando se estudia durante el día algo nuevo, en el cerebro se forman nuevas conexiones entre las células nerviosas. Después, durante el sueño, esas conexiones se reafirman y fortalecen, y de este modo los nuevos conocimientos pasan a formar parte de la memoria.
Por este motivo el sueño es un aspecto crucial para conservar la memoria. Si se memoriza algún texto o lista por la noche, antes de ir a dormir, la persona es capaz de recordarlo mucho mejor que memorizándolo por la mañana a primera hora.
En el caso de estudiar para un examen, lo mejor es realizar un repaso mental del temario y las respuestas justo al ir a dormir.
Por otra parte, hay que evitar pensar en hechos traumáticos o en recuerdos que no sean positivos al meterse en la cama para dormir, ya que durante el sueño se reforzará ese pensamiento y las emociones negativas provocadas por él se incrementarán.
Por esta razón tampoco es aconsejable ver películas de terror justo antes de dormir. Lo mejor es recordar todo lo positivo que has hecho y aprendido durante el día, para que el cerebro lo retenga sin problemas en su memoria.
8. Levantarse bien
Dormir bien y durante el tiempo necesario es muy importante. Hacerlo durante menos de cinco horas reduce la eficiencia mental, mientras que prolongar el sueño durante diez horas puede provocar una especie de jetlag.
Sin embargo, el factor clave para alcanzar el mejor estado mental se encuentra en la forma de levantarse por la mañana. Lo ideal es dormir completamente a oscuras y despertarse con la luz del sol, que poco a poco vaya incrementando de intensidad, como ocurre cuando amanece.
De este modo, la luz va llegando hasta el cerebro a través de los párpados y lo prepara gradualmente para que su respuesta sea mejor al despertar. La cantidad de cortisol que se encuentra en el cuerpo humano cuando este despierta es crucial para determinar el rendimiento del cerebro a lo largo del día.
Por este motivo es aconsejable comprar una alarma-despertador que disponga de un sistema de luces que vayan incrementando su intensidad, como si se tratara del amanecer. No obstante, lo mejor para quienes duermen muy profundamente es que el despertador también incluya sonido.