Hace aproximadamente 5,5 millones de años, casi el 75 % del agua del mar Mediterráneo se evaporó. Este evento, conocido como la crisis salina del Messiniense (MSC, por sus siglas en inglés), ha intrigado a los científicos durante décadas. Un nuevo estudio arroja luz sobre las causas y el desarrollo de este fenómeno extraordinario.
El estudio revela que esta evaporación extrema tuvo lugar en dos fases distintas, según descubrió un equipo internacional de investigadores.
La primera etapa: restricciones en el flujo de agua
A través del análisis de isótopos de cloro en la sal acumulada en el fondo marino y el uso de modelos numéricos, los investigadores pudieron reconstruir cómo se perdió el 70 % del agua del Mediterráneo.
La primera fase de este evento abarcó un período de 35.000 años, durante el cual el flujo de agua entre el Mediterráneo y el Atlántico, a través del Estrecho de Gibraltar, se redujo significativamente.
Esta limitación en la renovación del agua marina provocó una intensa evaporación y la acumulación de depósitos de sal en el lecho marino, marcando el inicio del fenómeno.
La segunda fase: el aislamiento total del Mediterráneo
En la siguiente etapa, que duró 10.000 años más, el Mediterráneo quedó completamente aislado del Atlántico. Este aislamiento aceleró la pérdida de agua, llevándola a niveles críticos.
Los investigadores, dirigidos por Giovanni Aloisi del CNRS de Francia, concluyeron que en algunas áreas el nivel del agua descendió hasta 2,1 kilómetros. Durante esta fase, la dorsal submarina del estrecho de Sicilia quedó al descubierto, dividiendo el Mediterráneo en dos cuerpos de agua separados y creando un puente terrestre entre África y Europa.
Esto intensificó la evaporación en la región oriental del Mediterráneo, donde se registraron los descensos de nivel más pronunciados y se acumularon grandes depósitos de sal en ambas fases.
Un proceso de dos etapas resuelve un debate histórico
Durante mucho tiempo, los científicos han debatido si la MSC ocurrió debido a una separación total del Mediterráneo del Atlántico o si fue un proceso gradual. Este estudio concluye que ambas teorías son válidas, ya que el fenómeno se desarrolló en dos fases claramente diferenciadas.
Aunque no se profundiza en las causas exactas del aislamiento del Mediterráneo, el estudio menciona que el Mioceno tardío fue un período marcado por una intensa actividad tectónica. Además, la MSC habría provocado una desestabilización adicional debido a la presión reducida sobre la corteza terrestre y la aridez en las áreas circundantes.
Impacto global de un evento extraordinario
La inmensa depresión creada por la reducción del nivel del agua, equivalente a la pérdida del 69 % del volumen del Mediterráneo, habría tenido consecuencias climáticas globales. Los investigadores sugieren que este evento alteró los patrones de precipitación en todo el planeta, según los datos proxy disponibles.
Actualmente, el Estrecho de Gibraltar es más amplio y profundo que durante la primera fase de la MSC. Si esta conexión con el Atlántico no existiera, el nivel del Mediterráneo estaría disminuyendo aproximadamente medio metro cada año.
La inundación de Zanclean: el final del MSC
La crisis salina del Messiniense terminó con la inundación de Zanclean, que revirtió el impacto del fenómeno. Sin embargo, este estudio aporta nuevos datos sobre los cambios en la región mediterránea durante este período crítico de la historia.
“Los resultados obtenidos tienen implicaciones significativas para comprender la evolución biológica, geológica y climática tanto en la cuenca mediterránea como a escala global”, concluyen los autores en su artículo publicado en Nature Communications.