Todos hemos oído esa historia: alguien gana una fortuna en la lotería, una suma descomunal de dinero, y de alguna forma se las arregla para gastar hasta el último céntimo. Una y otra vez surge la misma pregunta: “¿Cómo es posible despilfarrar semejante cantidad?”. ¿Será que quienes juegan a la lotería no saben manejar el dinero al no haber tenido nunca semejante fortuna? ¿Los ganadores, en medio de la euforia, pierden de vista cómo gestionar adecuadamente sus nuevas riquezas? ¿Se convierten en el objetivo de engaños y violencia? La respuesta simple es: sí.
Según Associated Press, Suzanne Mullins ganó 4,2 millones de dólares en 1993 (más de 9 millones ajustados a la inflación) y terminó recibiendo 47.000 dólares anuales tras repartir el premio con su esposo e hija, y acabar perdiendo el dinero al cubrir facturas médicas de su yerno. En 1991, Ibi Roncaioli ganó 5 millones de dólares en la lotería, y su esposo Joseph descubrió que ella había entregado 2 millones a un hijo que él desconocía, “malgastando” el dinero en lugar de ahorrar para su retiro, lo cual le llevó a asesinarla, según el Toronto Star. William Post ganó 16,2 millones en 1988 y su hermano contrató a un sicario para matarlo, un triste desenlace entre muchos otros problemas que su billete ganador le trajo, según describe The Washington Post.
Entonces, ¿cuál es el consejo de Matt Schulz, experto en finanzas personales y conferencista, para quienes ganan la lotería? El autor de «Ask, Save Money, Make More: How to Take Control of Your Financial Life» lo tiene claro. Contactamos con él para conocer sus recomendaciones: obtener asesoría financiera y guardar silencio.
Consejo nº 1: No vayas gritando tu suerte
Lo primero que suele querer hacer un ganador de la lotería es anunciar su fortuna. Querría saltar de alegría, contarlo a todo el mundo, abrazar a alguien, tal vez incluso llorar de emoción, imaginar sus sueños realizándose y todas sus preocupaciones desvaneciéndose. Y como estamos en pleno siglo XXI, algunos podrían recurrir inmediatamente a sus móviles para contarlo en redes sociales y recibir toda la atención posible. Hoy, las redes sociales e Internet vuelven a los ganadores de lotería más vulnerables que nunca.
Por esto, Matt Schultz recomienda un consejo clave:
Definitivamente, definitivamente, definitivamente no deberías contarle a todo el mundo.
Nada atrae más a estafadores y oportunistas que un premio de lotería. De forma específica, señala las redes sociales:
No publiques sobre tu suerte en ellas. No presumas de tu fortuna en aplicaciones de citas, a menos que alguien desee arriesgarse a ser engañado.
Schultz sugiere mantener un perfil discreto y contarle la noticia solo a un grupo selecto, como “tu familia directa y los amigos y parientes más cercanos”, pero nunca “a ese primo lejano o al compañero de contabilidad que te pone incómodo”. Si no quieres correr el riesgo de secuestro, no anuncies tu éxito en el bar de tu barrio invitando a todos. Como mínimo, Schultz recomienda incluso cambiar tu número de teléfono y tu dirección de correo electrónico.
Consejo nº 2: Busca asesoría financiera especializada
Para algunos, mantener la noticia en secreto puede ser tan complicado como trazar un buen plan financiero. Pero esto último, como señaló Matt Schultz a Grunge, es tan importante como lo primero. Basta recordar algunos de los casos anteriores donde decisiones financieras impulsivas o una escasa educación financiera llevaron a perdidas millonarias.
Schultz asegura que obtener asesoría financiera de calidad es crucial para conservar ese “dinero que cambia vidas” y evitar que el ganador termine en la ruina como tantos otros. Recomienda buscar “un asesor financiero que cobre honorarios”, es decir, que no dependa de comisiones, sino de tarifas fijas por servicio. Schultz insiste en la importancia de elegir un asesor acostumbrado a trabajar con “clientes de alto patrimonio”. Además, si cuentas con una gran cantidad de dinero, no sería mala idea contratar también a un abogado.
Asimismo, un ganador de lotería no tiene por qué quedarse con el primer asesor que encuentre. Es preferible dedicar tiempo a comparar opciones, evaluar propuestas y no tomar decisiones precipitadas sobre asesores o planes financieros, como si se tratara de compras impulsivas con el premio.
Celebrar es normal, darse algún gusto también, pero como dice Schultz, “hasta eso debería planearse bien”. En resumen: las decisiones apresuradas no valen la pena cuando se trata de aprovechar un premio de una sola vez en la vida.
