Cómo mantener caliente tu vivienda y no morir en el intento

En fechas invernales todo sufrimos las inclemencias del clima, los fallos de aislamiento de las viviendas y las abusivas facturas de electricidad. Conoce, de una vez por todas, cómo calentar tu casa de forma eficaz y con los mínimos recursos.

Estamos en época de primeros fríos, por lo menos, en las regiones más cálidas de la península, y ya comenzamos a ver cómo suben las facturas de la luz y el gas. Los más afortunados encienden la caldera y abren las válvulas de los radiadores. Los menos, se “arrejuntan” en la mesa camilla, buscando el calor de algún aparato con resistencia eléctrica. Pero no os agobiéis, hay muchas opciones para conseguir un ambiente confortable en invierno que se adaptan a casi todos los bolsillos.





Cómo mejorar el aislamiento térmico

Empezando por la opción más económica, no dejéis de colocar burletes en todas las puertas y ventanas. Por sus rendijas se puede perder gran cantidad de calor y, si las sellamos, llegaremos a ahorros de hasta el 30 % en la factura de la luz.

Si tenéis persianas, bajadlas por la noche, ayudarán a conservar el calor del interior. De día, abridlas para que entre el sol y caliente las estancias. Ventilad lo mínimo necesario, así evitaréis pérdidas innecesarias.

Si vuestras ventanas son de vidrio simple o correderas, y os lo podéis permitir, cambiadlas por otras de doble vidrio y que sean abatibles. En cuanto a materiales, podéis elegir entre estos tres materiales: PVC (buen aislante, económico, el peor desde un punto de vista ecológico), aluminio (buen aislante; si tiene rotura de puente térmico, más caro; malo desde un punto de vista ecológico) o madera (excelente aislante, el más caro, ecológico).

Muchas viviendas, sobre todo, si son anteriores a los años 80, no tienen aislamiento. Es posible aislarlas de varias maneras: por el exterior (muy eficiente, aunque más caro), insuflando aislamiento en la cámara de aire (si la hay) o por el interior (la manera más sencilla y económica).

Cómo calentar el aire

Seguro que habéis visto infinidad de trucos milagrosos para calentar una vivienda, incluso con una vela. Olvidaos del tema, son paparruchas. Nadie da duros por pesetas, y menos la termodinámica. Para calentar una vivienda hay que gastar dinero, es inevitable. Pero hay opciones más o menos económicas.

Sistemas de calefacción centralizada

Lo más habitual y eficiente, aunque requiere de una inversión inicial alta, es un sistema de calefacción compuesto por un equipo calefactor, que calienta un fluido, y unos emisores, que lo distribuyen a todas las estancias.

El equipo calefactor puede utilizar electricidad o algún tipo de combustible para realizar su función.  En cuanto a equipos eléctricos, están las bombas de calor, dentro de las cuales, las de aerotermia son las más eficientes, aunque no son baratas. Por otro lado, tenemos las calderas que usan algún combustible (gas, gasóleo…), entre las que se encuentran las de pellets, que son las más ecológicas.

En cuanto a los emisores, también hay diversas opciones. Tenemos los clásicos radiadores, el suelo radiante, las paredes radiantes… Lo más interesante es elegir sistemas de baja temperatura que son de bajo consumo (aunque más caros).

Pequeños equipos autónomos

Son más baratos que los anteriores en la inversión inicial, pero más caros en cuanto al consumo. En cualquier caso, creemos que merece la pena invertir un poco, así que desecharemos los que son simples resistencias eléctricas, por ineficaces y peligrosos.

Por un lado, tenemos los emisores térmicos con fluido, que no son otra cosa que los radiadores de aceite de toda la vida. Calientan rápido, pero consumen mucho.

Por el otro, están los emisores térmicos secos, que tardan en arrancar, pero son de bajo consumo, al trabajar a bajas temperaturas. Recomendamos especialmente los cerámicos.

Aire acondicionado, no, gracias

Calentar un espacio con un equipo de aire acondicionado es, desde un punto de vista de confort térmico, la peor opción que podemos elegir. Con estos sistemas se produce una estratificación en las temperaturas de las estancias, que hacen que el aire de las capas superiores esté más caliente que el de las inferiores. Además, se crean molestas corrientes de aire. Esta opción la desaconsejamos totalmente.

Pequeñas costumbres que ayudan

Para terminar, no podemos dejar de recomendar una serie de comportamientos que, incorporados a nuestra vida diaria, contribuirán a nuestro objetivo, que no es otro que pasar un invierno lo más calentito posible.

Subid las persianas, abrid contraventanas, levantad toldos, lo que sea para que entre el sol por la mañana, y durante todo el día, en la casa. El astro rey calentará el interior de la vivienda de forma gratuita y, si somos eficientes, podremos mantener dicho calor hasta bien entrada la noche.  Bajadlas por la noche.

Colocad alfombras, para evitar las pérdidas de calor a través del suelo. Si podéis, colocad suelos laminados de madera, que garantizarán una temperatura constante y confortable en el pavimento de la vivienda. No hay nada más desagradable que tener la cabeza caliente y los pies fríos.

Poned la temperatura del termostato entre 20 y 21 ºC, no hace falta más para estar bien. Y un grado más supone un 7 % de aumento en el consumo energético.

Y, cómo no, abrigaos, poneos jerseys calentitos y no pretendáis ir con camiseta de manga corta en pleno enero. Eso es para ricos, y no es nada ecológico.

Daniel Castillejo Pons
Arquitecto especializado en Passivhaus y arquitectura bioclimática.

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