¿Estás protegiendo a tu mascota frente a los parásitos?

Es bien sabido que cada vez los parásitos son más resistentes a los tratamientos químicos. Ya sea por el abuso de ciertas industrias (como la agrícola) o porque los parásitos son, al fin y al cabo, seres vivos que se adaptan a las condiciones, las clínicas veterinarias han visto incrementadas las cifras de parásitos presentes en animales de compañía.





A todo ello debemos sumar que muchas enfermedades transmitidas por los parásitos son zoonóticas, es decir, se transmiten fácilmente a los seres humanos, cuyo sistema inmunológico no es como el de nuestros animales.

Por ello, es importante desparasitar y proteger a los animales de los parásitos y, para ello, los veterinarios recomiendan la doble desparasitación.

Desparasitación interna

Llamamos desparasitación interna a la limpieza y prevención de parásitos en el cuerpo de nuestro animal, especialmente en los intestinos. Los animales, y especialmente los perros, suelen comer todo tipo de sustancias nada recomendables, como hierbas o heces.

En este sentido, es imprescindible que nuestro animal esté desparasitado correctamente. De hecho, existen parásitos internos sumamente peligrosos para la salud de nuestro animal, ya que estos parásitos se alimentan de sangre, intestinos o incluso el corazón de los seres en los que habitan:

  • Gusanos pulmonares: se instalan en los vasos sanguíneos de los pulmones, aunque las larvas penetran en los mismos. Provoca serios problemas respiratorios y, si no se trata, la muerte.
  • Gusanos de corazón: transmitido a través de los mosquitos, estos parásitos cada vez son más comunes en la zona sur de Europa. Actúan de manera similar a los gusanos pulmonares, pero en el corazón.
  • Gusanos redondos: son los más usuales y se alojan en los intestinos. Se expulsan por las heces, que contienen huevos que pueden infectar a humanos.
  • Gusanos ganchudos: al igual que los redondos, se almacenan en los intestinos, donde ponen huevos. En los seres humanos son especialmente peligrosos, ya que las larvas pueden penetrar nuestra piel. En los animales provocan hemorragias internas.
  • Gusanos látigo: se pegan a los intestinos y se alimentan de sangre. La transmisión es sumamente fácil, ya que cualquier superficie contaminada puede provocar infección.

Desparasitación externa

Los parásitos externos son aquellos que se alojan en el pelaje o piel de los animales. Para aniquilarlos es necesaria una desparasitación externa. Normalmente proliferan durante los meses de calor intenso (de marzo a octubre), aunque el calentamiento global favorece a estos parásitos.

  • Garrapatas: cada vez son más usuales. Son parásitos que se agarran a las patas de los animales cuando andan y chupan la sangre. Pueden transmitir enfermedades mortales.
  • Pulgas: al igual que las garrapatas, saltan al animal durante sus paseos. El problema de las pulgas es su rápida reproducción, ya que estos parásitos ponen miles de huevos rápidamente.
  • Sarna: la sarna es causada por pequeños ácaros microscópicos que, de no tratarse, pueden provocar descamación, dermis enrojecida, dolor, picor… Su tratamiento es eficaz, pero requiere analizar al animal en cuestión.

Dada la gran multitud de parásitos y su resistencia acelerada, los veterinarios recomiendan llevar a cabo una desparasitación doble (interna y externa) que mantenga a los animales lo más sanos y desinfectados posible.

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