Hacer viajes en familia durante el invierno siempre tiene su propio atractivo, inclusive a pesar de las previsiones importantes a tomar debido a las inclemencias del clima.
Independientemente si el viaje se realiza hacia las cercanías o si se toma una ruta más larga, es importante tener en cuenta ciertas precauciones para que el traslado sea más cómodo, ameno y seguro para toda la familia, especialmente, si el viaje se realiza con bebés.
Las siguientes recomendaciones podrán ser de mucha ayuda durante el viaje con los pequeños de la casa:
- La ropa es lo primero que debemos considerar al viajar con un bebé durante el invierno. Es necesario proteger especialmente su cabecita, manos, pies, ojos, piel y oídos aparte de su salud en general. Es por ello que la ropa para viajar durante el invierno debe tener capas térmicas para mantener el calor. Considera llevar un gorrito tapa orejas, calcetines, mantas, saco de dormir y demás accesorios que contribuyan a proteger al cuerpo del bebé del frío, siempre incorporando prendas extra en caso de que algunas de ellas se humedezcan con la nieve o la lluvia durante el recorrido. En https://bebesdemama.com/ existen diversas telas y diseños de ropa especial y accesorios para bebés en invierno. No olvides llevar neceser y bolsos impermeables para transportar la ropa sin que se humedezcan las prendas.
- La comodidad es un punto focal durante el viaje. Por ello, se recomienda llevar algún tipo de dispositivo portabebés para el libre y cómodo traslado del bebé. En el caso de un niño más grande, un carrito plegable es suficiente.
- Algunas consideraciones de salud indispensables. Es necesario tener en cuenta que la nieve puede humedecer parte de la vestimenta del bebé, así que es necesario mantenerlo seco para evitar enfermedades. También es importante llevar un medicamento anti catarros, en caso de que se resfríe por el frío. No olvides llevar una crema para evitar rozaduras en la piel del bebé debido al frío, un analgésico en caso de dolor de cabeza o de oídos (ya que el riesgo de que ocurran aumenta debido al cambio de presión), así como un kit elemental para casos de emergencia.
- Otras consideraciones de tipo físicas. Si el niño es aún un bebé, puede subir una montaña hasta una altitud de 1800 metros, siempre en ascensión lenta para que su cuerpo se adapte paulatinamente al cambio de presión. Ten en cuenta que si un niño padece de anemia o de problemas del corazón, así sean leves, su adaptación será aún más lenta, debido a la menor cantidad de oxígeno presente en el aire a mayor altitud.
- Preparativos respecto a la alimentación. Es recomendable llevar alimentos altos en calorías y carbohidratos, debido a que el ejercicio y el frío hacen quemar mayor cantidad de calorías que las normales. Adicionalmente a las comidas principales, proporciona a tus pequeños un desayuno completo con carbohidratos, lácteos y fruta, reforzado a mitad de la mañana con alguna merienda rica en azúcares y proteínas, de manera que dispongan del combustible necesario para el recorrido.
- Un detalle que no debemos olvidar es el intercomunicador o vigilabebés. Es posible que tengamos algunos momentos para descansar al alojarnos en un apartamento, por lo que es necesario mantenernos al tanto si nuestro bebé está en la habitación contigua.
- Y Lo más importante, un bebé feliz. No olvidemos transportar con nosotros su juguete preferido. Su cercanía le hará sentir tal como en casa, su grata compañía le distraerá en los fastidiosos momentos de espera y también en muchos casos, evitará realizar gastos innecesarios. Si los niños ya son más grandecitos, será de mucha ayuda un juego de mesa, un cuento, o un libro para colorear.
En conclusión, lo más importante a considerar al viajar con niños pequeños es el sentido común. Evitemos cargar con objetos innecesarios que al salir de casa nos molesten y estorben, quitándonos la energía y disposición que pudieran necesitar nuestros pequeños.