El trabajo del arquitecto y su influencia en la temperatura del hogar

La construcción de una vivienda requiere la participación de los profesionales adecuados y en este proceso está, incuestionablemente, la figura del arquitecto como protagonista principal. Es un profesional formado en la fabricación y reforma de viviendas cuya ayuda se presenta imprescindible desde el proceso inicial hasta los últimos flecos, tanto a nivel legal como en el proceso de construcción.





Hay quien quiere construir su vivienda en un punto determinado, pero quizá éste no sería el más adecuado por diferentes motivos que se escapan a los conocimientos de la persona que financiará la edificación. El arquitecto es aquí fundamental, pues tiene los conocimientos adecuados para saber qué la idoneidad o no de construir en un punto determinado y qué tipo de vivienda se adapta mejor a los diferentes terrenos. Es, de acuerdo con la legislación española, el encargado de firmar un proyecto de obra; así que su sello es necesario antes de poner la primera piedra. También es influyente sobre el resultado final y las posibilidades en la decoración.

En la búsqueda de la practicidad y de conseguir la vivienda más adecuada y con el mejor precio, un graduado en Arquitectura tiene la capacidad para cumplir con este objetivo. Se encarga de planificar el proyecto en función de las preferencias del particular y de pedir presupuesto con la capacidad de aproximarse con bastante certeza al coste final. La participación de un arquitecto en la fase previa a la construcción es clave para conseguir el mejor precio y evitar gastos innecesarios. A partir de la idea, el profesional puede hacer un cálculo del coste de los materiales de la mano de obra.

Documentación y revisión

La documentación legal es un requisito imprescindible para la construcción de una vivienda y sigue un proceso tedioso que muchos usuarios quieren evitar. El arquitecto conoce con detalles todos los documentos necesarios y puede suponer una gran ayuda que se traduce en un ahorro considerable de tiempo y en la aceleración del proceso. El trabajo del arquitecto no se acaba cuando empieza la construcción. Lejos de esta idea, se encarga de supervisar la obra y tiene la responsabilidad de confirmar que ésta se lleva a cabo por el camino correcto. Su presencia es prácticamente diaria.

El mejor aliado del sol

La capacidad de un arquitecto sobre las futuras condiciones que tenga la vivienda es muy alta y se ha incrementado gracias a los avances tecnológicos y las mayores posibilidades. La construcción de la vivienda puede establecerse en función de las condiciones climatológicas con el objetivo de conseguir siempre la mejor temperatura en el interior. La dirección y la intensidad del sol en cada momento del día son factores que se tienen en cuenta en el diseño del proyecto. También se valoran aspectos como los niveles de lluvia o la proximidad de la vegetación en el objetivo de aprovechar todos los recursos externos para optimizar las posibilidades del hogar. El suelo también es un condicionante térmico y se utiliza como amortiguador de las temperaturas. Esta influencia externa se compensa con los materiales utilizados y la altura, que es un factor de resistencia.

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