Una reciente investigación de la Universidad de Estocolmo explora las «trampas evolutivas» en el ámbito humano y global. Se identifican 14 trampas que ponen en peligro la sostenibilidad global, clasificándolas en globales, tecnológicas y estructurales. El estudio indica que 12 de estas trampas podrían estar en una etapa avanzada, lo que implica un incremento en los riesgos de efectos negativos para el bienestar humano.
La investigación adopta un método participativo, evaluando las interconexiones, la evolución y la seriedad de estas trampas, y sugiere habilidades clave para enfrentar estos retos sistémicos en pos de una sostenibilidad global.
Policrisis en el antropoceno
El Antropoceno se propone como nombre para una nueva era geológica, marcada por el considerable impacto de las actividades humanas en los ecosistemas terrestres y procesos geológicos. En esta era, actualmente vivida, todo está interconectado de manera más compleja que nunca, dando origen a las policrisis.
Este concepto refleja que las crisis de hoy no ocurren de manera aislada, sino que están vinculadas entre sí, y sus efectos combinados pueden intensificarse mutuamente, generando situaciones más complejas y difíciles de abordar.
Ante la realidad de sistemas globalmente interconectados, emergen múltiples crisis interrelacionadas en los campos ecológico, social, económico y tecnológico. Esto lleva a cuestionar si los seres humanos están al borde de, o ya han ingresado, en un camino indeseado lleno de crisis continuas y efectos negativos crecientes en el bienestar humano.
El estudio mencionado señala que hay 14 de estos problemas interconectados, denominados “trampas”, divididos en globales, tecnológicas y estructurales. 12 de estas trampas (86%) podrían encontrarse en una fase crítica, con alto riesgo de obstáculos difíciles de revertir y efectos negativos crecientes en el bienestar humano. Se observa, además, un incremento en 10 de ellas (71%).
Estas trampas abarcan desde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad hasta desigualdades económicas y dependencia de tecnologías no sostenibles. La interrelación de estas trampas da lugar a una «policrisis» que requiere de un enfoque integrador y multidisciplinario para su resolución.
Las trampas
El estudio detalla las trampas a las que nos enfrentamos en el Antropoceno:
Trampas Globales:
- Simplificación: tendencias hacia sistemas más simples y frágiles.
- Crecimiento por el crecimiento: buscar el crecimiento económico sin considerar el bienestar.
- Sobrepaso: un aumento material que supera los límites de los puntos críticos del sistema terrestre.
- División: una elección inestable hacia la cooperación humana global, incrementando el riesgo de conflictos internacionales.
- Contagio: la interconexión global aumenta el riesgo de propagación a gran escala, como enfermedades infecciosas.
Trampas Tecnológicas:
- Bloqueo de infraestructuras: infraestructuras materiales complejas que se vuelven obsoletas, incluyendo inversiones fijas costosas.
- Tecnología existencial: competencias armamentísticas impulsan el desarrollo de tecnologías con potencial de aniquilación masiva.
- Autonomía tecnológica: la dependencia en la automatización puede ser perjudicial si los sistemas no se ajustan a las necesidades humanas.
- Desinformación y mala información: la digitalización puede exacerbar la propagación de información falsa, desestabilizando democracias.
Trampas Estructurales:
- Cortoplacismo: preferir beneficios inmediatos refuerza otras trampas y fomenta conflictos.
- Sobreconsumo: la desconexión entre producción y consumo promueve el consumo excesivo.
- Desconexión de la biosfera: la separación entre asentamientos humanos y ecosistemas disminuye la conciencia de sus beneficios.
- Pérdida del capital social local: la digitalización puede resultar en la pérdida de capital social local debido a la reducción de interacción y las cámaras de eco.
Las trampas más alarmantes identificadas en el estudio son la división global, el cortoplacismo, el sobreconsumo y la autonomía tecnológica. Estas se destacan por su potencial para generar ocho interacciones amplificadas, lo que sugiere que abordar cualquiera de estas podría ayudar a mitigar varias otras trampas identificadas.
Estrategias y desafíos
El informe sugiere un esquema para enfrentar estas trampas, destacando la relevancia de la cooperación internacional, la innovación en políticas sostenibles y la participación ciudadana. Reconoce que superar estas trampas implica una transformación profunda en los modelos de desarrollo económico, los hábitos de consumo y las políticas gubernamentales. Además, enfatiza la importancia de mejorar la educación y el conocimiento público sobre los desafíos ambientales y sociales.
El estudio concluye con un llamado a la acción colectiva, instando a gobiernos, entidades internacionales, la comunidad científica y la sociedad en su conjunto a unirse contra estas trampas evolutivas. Resalta la urgencia de adoptar una visión integral que vea la salud del planeta y el bienestar humano como objetivos inseparables, y propone la creación de nuevas alianzas y plataformas colaborativas para promover soluciones innovadoras y sostenibles.
Estos análisis sirven como un recordatorio contundente de los riesgos que enfrenta la humanidad y una guía para navegar hacia un futuro más sostenible y resiliente. Las trampas evolutivas descritas no son solo advertencias, sino realidades concretas que demandan respuestas audaces y transformadoras. El futuro de la humanidad y del propio ecosistema terrestre depende de nuestra capacidad de respuesta.