Sin duda la cría de ganado ha beneficiado en gran medida a la humanidad durante milenios. Pero, si bien las ovejas y las vacas pueden haberse adaptado bien a la vida de la granja, hay unos animales que a muchos humanos les encanta comer que les iría muy mal al ser criados en cautiverio.
Los pulpos, según argumenta un grupo de científicos en un ensayo de mayo de 2019, nunca deberían ser cultivados. No solo por su inteligencia, sino también por el impacto ambiental que tales granjas produciría.
Pero esta práctica ya ha comenzado. La demanda mundial de pulpo como alimento está en crecimiento, generando en 2018 un alza en los precios en medio de la escasa oferta.
Impacto ambiental
El rendimiento de los pulpos capturados en la naturaleza es variable, lo que a su vez contribuye a un suministro poco fiable, por lo que ya han comenzado los intentos de criar pulpos. En varios países del mundo, se están realizando esfuerzos para producir pulpos en granjas, incluidas las pruebas de modificaciones genéticas para acelerar la acuicultura de estos cefalópodos.
Esto, por supuesto, “produciría algunos impactos ambientales conocidos”, señala el grupo de científicos ambientales, filósofos y psiquiatras autores del ensayo en una edición reciente de Issues in Science and Technology.
Entre esos impactos figuran, por ejemplo, la contaminación por nitrógeno y fósforo de los desechos animales, el mestizaje y la propagación de enfermedades, y la pérdida de hábitat.
Sin embargo, la mayor preocupación ambiental es la alimentación de los pulpos. Como la mayoría de las criaturas acuáticas de cultivo, son carnívoros y necesitan proteínas y aceite de pescado en su dieta. Y las larvas de pulpo solo comen alimento vivo, que tiene que llegar de algún lado. Según los investigadores:
La alimentación de la mayoría de los animales acuáticos de granja ejerce una presión adicional sobre los peces e invertebrados salvajes para obtener harina de pescado.
Alrededor de un tercio de la captura mundial de peces se convierte en alimento para otros animales, aproximadamente la mitad de los cuales se destina a la acuicultura. Muchas pesquerías de harina de pescado están sujetas a la sobrepesca y están disminuyendo.
Para criar pulpos en cautiverio se necesita mucha comida, al menos tres veces el peso del animal a lo largo de su vida, y asegurarse de que sus necesidades sean satisfechas en las granjas industriales crearía más presión (no menos) sobre estas pesquerías ya en declive. Esto probablemente disminuiría la seguridad alimentaria global para los humanos.
Pero, incluso si este problema se pudiera resolver, mantener pulpos en granjas industriales sería cruel.
Crueldad animal
Si alguna vez has visitado un acuario marino, probablemente lo sepas. Los pulpos son bien conocidos por su inteligencia y sus habilidades para resolver problemas. A menudo son colocados juguetes en los tanques de los pulpos para evitar que los cefalópodos se aburran.
Ellos pueden abrir frascos, reconocer humanos individualmente , resolver rompecabezas, incluso escapar de un acuario (así que, ya sabes, eso también es de considerar: imagina una granja entera de pulpos fugándose de una “cárcel”).
También han mostrado comportamientos preocupantes en cautividad, incluido el canibalismo y el comerse las puntas de sus propios tentáculos (lo cual podría ser el resultado de una enfermedad infecciosa). En un entorno sin estimulación, estos animales crecen frustrados y aburridos. Así lo explicaron los científicos:
Más allá de su salud y seguridad biológica básica, es probable que los pulpos deseen altos niveles de estimulación cognitiva, así como oportunidades para explorar, manipular y controlar su entorno. Los sistemas agrícolas intensivos son inevitablemente hostiles a estos atributos.
Con tantos problemas ya evidentes, los científicos esperan que esto se pueda cortar de raíz:
Esperamos que si tal opción se vuelve práctica, la sociedad reconozca los graves problemas ambientales y de bienestar asociados con tales proyectos y se desanime o evite la cría de pulpo.
Mejor aún sería que los gobiernos, las empresas privadas y las instituciones académicas dejen de invertir en el cultivo de pulpo ahora y, en cambio, concentren sus esfuerzos en lograr un futuro verdaderamente sostenible y compasivo para la producción de alimentos.
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