Caminar lento a los 45 años, un indicador de envejecimiento acelerado

El ritmo de caminata de las personas de 45 años podría servir como indicador del envejecimiento de su cuerpo y cerebro, señala una investigación con más de 4 décadas de duración.

Un estudio ha revelado que la velocidad de los pasos de las personas de 45 años podría indicar cómo envejece tanto su cuerpo como su cerebro, según información emitida por la Universidad de Duke, en Nueva Zelanda.





Los datos corresponden a una investigación que tuvo origen a comienzos de la década de 1970 en la que participaron alrededor de 1.000 bebés y cuyas últimas mediciones fueron realizadas en abril de 2019. El trabajo fue publicado en JAMA Network Open.

Para obtener los resultados, los científicos tomaron en cuenta una serie de mediciones relacionadas con la función física diaria. Los individuos que caminaban despacio evidenciaban “un envejecimiento acelerado” dentro de una escala compuesta por 19 parámetros que los investigadores crearon. Así, pudieron notar que los pulmones, los dientes y en general el sistema inmunitario presentaban mayor deterioro que el de las personas que caminaban rápido.

Al respecto, Line J.H. Rasmussen, científico de la Universidad de Duke, señaló:

Lo que es realmente sorprendente es que esto se da en personas de 45 años, no en pacientes geriátricos que generalmente son evaluados con tales medidas.

Al revisar el estado de salud de los participantes, el grupo de investigadores pudo descubrir que la velocidad a la que se camina en la mediana edad al parecer ofrece un panorama único de los procesos de envejecimiento de toda la vida, que comprende incluso la infancia.

Esto ayuda a explicar por qué la velocidad de caminata puede ser un indicador tan poderoso del riesgo de discapacidad y muerte en los ancianos. También fomenta el replanteamiento de la caminata no solo como una preocupación motora, sino como una medida integradora de la salud.

Según la doctora Terrie E. Moffitt, autora principal del estudio:

Los médicos saben que las personas que caminan lentamente entre los setenta y ochenta años tienden a morir antes que las personas que caminan rápido de su misma edad.

Pero este estudio cubrió el período desde la edad preescolar hasta la mediana edad, y encontró que una caminata lenta es un signo de problemas décadas antes de la vejez.

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