De 1910 a 1945, la península de Corea estuvo bajo el férreo control del Imperio Nipón. Tras la derrota de Japón en la Segunda GM, Corea fue repartida entre las potencias vencedoras. El sur estuvo controlado por los Estados Unidos y el norte por la Unión Soviética. La nación quedó dividida por el paralelo 38. Tras una larga guerra y sin la firma de un tratado de paz, dicha división continua hasta nuestros días.