Como ocurre con los orígenes de todos los deportes, hay diferentes versiones sobre el nacimiento del pádel, aunque es una la que ha sido confirmada oficialmente por la Federación Internacional, y nos lleva hasta México.
El empresario mexicano Enrique Corcuera es considerado el inventor de este deporte allá por el año 1962 en Acapulco. Enrique era muy aficionado al frontón, pero ese año decide adaptar la cancha colocando una pared más en el otro fondo y en los laterales. En un principio, su intención era que la vegetación no invadiese su pista. Además, colocó una red en el medio dando lugar al nacimiento del entonces conocido como pádel-tenis, que se practicaba con palas de madera.
Era habitual que Corcuera invitase a numerosos amigos y socios de negocios a practicar en su casa. Pasaban tardes relajadas y entretenidas, lo que produce un entorno clave para el desarrollo del juego.
Uno de estos amigos era el príncipe Alfonso de Hohenlohe, que poseía numerosas propiedades en diferentes destinos turísticos, siendo, entre otras cosas, el fundador de la marca Marbella de hoteles y unos de los máximos impulsores del desarrollo turístico en España. En una de esas visitas a su buen amigo se quedó completamente prendado de este nuevo deporte. Así pues, a su vuelta a España y tras analizar y perfeccionar algunos detalles como el reglamento, construyó las dos primeras pistas en el Marbella Club.
Fue tal el éxito de la iniciativa que en poco tiempo atrajo a figuras destacadas del tenis como Manolo Santana que empezó a organizar torneos y a expandir el juego por toda la Costa del Sol, provocando que diferentes clubes construyeran más pistas.
La historia se repitió. Como muchos argentinos veraneaban en España, también se quedaron enganchados a este nuevo juego y fue precisamente en Argentina donde el pádel se convirtió en un deporte con una importancia sin precedentes que lo llevó a otro nivel.
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En aquel entonces, el pádel era todavía un deporte desconocido a nivel global, al que solo tenían acceso unos pocos privilegiados. Tardó un poco más en llegar al resto del mundo, aunque acabó extendiéndose a otros países como Brasil o Uruguay. Pero es en Argentina donde se comienza a instalar en los clubes más reconocidos, lo que propició que deportistas y personalidades entrasen en contacto con esta disciplina.
A continuación, vinieron las pertinentes mejoras, como canchas más grandes y cómodas, esencial para su propagación por el país, llegando incluso a ser el segundo deporte más jugado por los argentinos. Fue a partir de 1982 cuando el crecimiento del juego fue imparable y comenzó a llamar la atención de los medios de comunicación. Los siguientes años continuaron las inauguraciones de canchas por diferentes puntos del país. En 1987 se funda la Asociación de Pádel Argentino y, con ella, se organizan los primeros torneos.
Además, se organiza el primer encuentro internacional entre España y Argentina con un éxito de público nunca antes visto, lo que provoca el lanzamiento definitivo del pádel a nivel mundial hasta lo que conocemos hoy en día, con eventos como el nacimiento de la Federación Internacional en 1991 y la consolidación por el reconocimiento del Consejo Superior de Deportes como modalidad deportiva, impulsando el deporte por diferentes países europeos, al igual que hizo Argentina en su propio continente. Se puede decir que México, España y Argentina han tenido una importancia capital en el nacimiento y el crecimiento del pádel en el mundo.
