Por qué visitar Acapulco

En el estado de Guerrero, con salida al mar Pacífico, se encuentra una de las ciudades más conocidas de México. No solo sus playas dotan de fama al paraje. La gastronomía, su gente o las posibilidades culturales y artísticas que ofrece la ciudad han convertido a Acapulco en destino preferido para muchos, entre ellos sus vecinos norteamericanos. Además, hoteles como el Grand Hotel Acapulco están situados cerca de la playa, de modo que los viajantes no tienen que desplazarse para estar en pleno centro.





Sol, mar y arena

Las costas de Acapulco han aparecido en infinidad de películas hollywoodienses. Esto se debe a la gran belleza de sus playas, su clima idóneo y su extensión. Por ello, la principal actividad de todo el que visita la ciudad es, en primer lugar, pasar un día de playa y bañarse en sus cálidas aguas.

Existen muchas posibilidades a la hora de elegir una playa para descansar. Desde las más agitadas, como La Quebrada, donde acuden sufistas especializados por sus olas, hasta rincones alejados en parques naturales como el de Isla Roqueta. Escojas la opción que escojas, no tendrás dificultad a la hora de encontrar transporte para moverte o restaurantes cercanos para picar algo. Además, si eres un apasionado del deporte, en las costas de Acapulco encontrarás miles de opciones a tu disposición. ¿A qué estás esperando?

Acapulco histórico

Acapulco, además de ser la ciudad más grande del estado, posee una situación geográfica idónea para actuar como puerto. Por ello, es una ciudad extensa y poblada que ofrece enormes posibilidades. Esto ha sido así desde la época de la conquista, en la que Acapulco se convirtió en uno de los puertos principales de comercio de Nueva España.

Esta historia ha quedado reflejada en su aspecto y arquitectura. Aunque desde los años cincuenta, con la llegada del turismo, se comenzaron a construir enormes hoteles en Acapulco, el centro histórico conserva el colorismo y los edificios de la época colonial. El Fuerte de San Diego, antigua fortaleza edificada para la defensa de ataques piratas, es uno de los rincones más característicos. Tampoco puedes olvidar hacer una visita a la catedral, decorada al más puro estilo de las mezquitas.

Además, en la Casa de los Vientos se exhibe el mural “La serpiente emplumada” de Diego Rivera, el gran muralista mexicano que recuperó la cultura precolombina en sus obras.

Planes alternativos

Los parajes naturales de Acapulco no se resumen en sus playas. Alrededor de la ciudad existen lagunas en las que se concentran diversas especies de aves (la laguna de Coyuca o la laguna de Tres Palos, por ejemplo) que, además, ofertan rutas para conocer la biodiversidad que albergan. En Playa Larga podrás visitar un centro especializado en el cuidado e información sobre las tortugas marinas.

Por último, otro de los planes que no te puedes perder es la visita al Jardín Botánico, situado entre los 200 y 400 metros de altura y con más de seis hectáreas de extensión. En sus múltiples rutas podrás vislumbrar la fauna y flora típicas de la zona, así como atravesar arroyos o cascadas.

¿Todavía necesitas más excusas para visitar Acapulco?

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