Las serpientes son animales únicos. Poseen una estructura corporal carente de extremidades, una lengua que chasquea y son capaces de devorar presas enteras. La mayoría de especies acuden a su sentido del olfato para atrapar a sus presas, aunque también utilizan la vista y el oído. Pero, ¿Cómo pueden escuchar si no tienen orejas?
Sara Ruane, herpetóloga de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, explicó a LiveScience que las serpientes, como muchos reptiles, no tienen una estructura de oído externo. No obstante, en sus cabezas se encuentran huesos del oído que usan para escuchar. Según Ruane:
Cuando piensas en animales, ya sea un perro o un conejo , escuchan un ruido en una dirección diferente y cambian su oído externo para capturar mejor ese sonido en caso de que vuelva a suceder. Un oído interno es la parte donde ocurren los aspectos prácticos de la audición.
El oído suele estar formado por tres partes principales. El oído externo enfoca el sonido en el tímpano, que separa el oído externo del oído medio. El oído medio contiene tres huesos que transmiten el sonido desde el tímpano al oído interno a través de vibraciones. El oído interno convierte estas vibraciones en impulsos nerviosos que viajan al cerebro.
Las serpientes carecen de oído externo y medio, según un estudio de 2012 en el Journal of Experimental Biology. Sin embargo, tienen un hueso del oído medio que conecta el oído interno con la mandíbula. Esto permite que las serpientes escuchen vibraciones, como las de un depredador acercándose por el suelo del bosque. Aún así, no son tan hábiles para escuchar los sonidos transmitidos por el aire.
Dada esta configuración de oído, las serpientes escuchan solo un rango estrecho de frecuencias. Pueden escuchar frecuencias bajas pero no altas, porque esos sonidos se transmiten principalmente a través del aire. Por ejemplo, las pitones reales son mejores para escuchar frecuencias entre 80 y 160 hercios, según el estudio de 2012. A modo de comparación, el rango de frecuencia humana normal es de 20 Hz a 20 000 Hz.
Este rango estrecho de audición no es un problema para las serpientes, en parte porque no usan vocalizaciones para comunicarse entre sí. Las vocalizaciones que hacen, como silbidos o gruñidos, tienen frecuencias más altas de las que escuchan y probablemente estén destinadas a depredadores de aves y mamíferos, según el estudio.
La razón principal por la que las serpientes no necesitan una audición sensible es porque dependen de otros sentidos. Para Ruane, el sentido del olfato de estos reptiles es particularmente útil:
Las serpientes están sacando la lengua, recogiendo todas las moléculas de olor que están en el aire en las cercanías, devolviéndolas a un órgano especializado que tienen para procesarlas y a su cerebro.
Así que, aunque no tienen la oportunidad de escuchar a la mayoría de los otros animales, “las serpientes son los reyes quimiosensoriales”.