¿Cómo la ciencia evalúa la inteligencia de los perros?

Varias razas caninas se ven frecuentemente etiquetadas como particularmente sagaces. ¿Pero qué criterios se usan para juzgar la astucia de un perro? Esto se determina evaluando su competencia en diversas áreas.

Al referirnos a la inteligencia de los perros, es común encontrar que ciertas razas siempre compiten por las posiciones superiores. Sin embargo, las listas de clasificación varían con frecuencia, lo que nos lleva a cuestionar las razones de estas discrepancias y cómo se mide realmente la inteligencia en un grupo tan diverso como el canino, especialmente cuando muchos perros son de ascendencia mixta.





Para investigar la inteligencia de los perros, se llevan a cabo pruebas específicas que miden aspectos variados como la memoria, la habilidad para resolver problemas y el pensamiento autónomo. Es común que algunas razas sobresalgan en ciertos aspectos debido a que han sido criadas para destacar en características conductuales específicas.

Para tener una visión completa de la inteligencia de un perro, es crucial considerar en qué áreas se destaca y cuán relevantes son esas áreas; por ejemplo, para los perros de trabajo como los pastores, ser independiente podría ser una cualidad más beneficiosa que para un perro doméstico.

Descifrando la inteligencia de los perros

Inicialmente, al abordar la inteligencia canina , es útil separar dos tipos de capacidades: las innatas y las adquiridas.

Las habilidades innatas son aquellas relacionadas con las propiedades biológicas del perro, como la visión o el sentido del olfato. Algunas razas tienen estos sentidos más afinados debido a la selección artificial, lo que les da una ventaja en pruebas que requieren, por ejemplo, localizar un objeto específico o solucionar un rompecabezas.

Descifrando la inteligencia de los perros
Los caninos involucrados en labores de terapia y asistencia tienden a adquirir una inteligencia empática de manera más efectiva.

Las habilidades adquiridas son las que se ganan mediante el adiestramiento y la socialización, como la memoria, la empatía y la habilidad para interpretar gestos y seguir directrices. Aunque estas capacidades pueden perfeccionarse con el entrenamiento, también dependen en cierta medida de la raza. Pero esto no es por una razón puramente biológica: la cría selectiva suele enfocarse en determinadas características de comportamiento, seleccionando a aquellos individuos que las exhiben y que, a su vez, las transmitirán a sus descendientes.

Por ejemplo, si una raza se emplea comúnmente para terapia asistida con animales, se optará por criar individuos más sociables y compasivos. Sus crías, por lo tanto, aprenderán estos comportamientos de sus padres y probablemente los continuarán. En contraste, si la raza se utiliza para pastoreo, la tendencia será seleccionar caninos más independientes con una inclinación por explorar su entorno. Esto resultará en que ciertas razas se destaquen en pruebas de inteligencia en las que estos rasgos de personalidad sean cruciales.

Cómo se realizan las investigaciones sobre inteligencia canina

Comúnmente, las investigaciones sobre la inteligencia de los perros categorizan a los sujetos según su raza y les presentan una variedad de pruebas diseñadas para evaluar distintas facetas de la inteligencia. Aunque estas pruebas pueden variar, generalmente se agrupan en seis áreas clave:

  • Retención de la memoria: Se mide la habilidad del perro para memorizar palabras y escenarios. Los exámenes habituales incluyen solicitar al perro que recoja un objeto específico, ocultar algo bajo uno de varios recipientes y luego pedirle que señale cuál lo contiene, o almacenar uno de sus juguetes favoritos en un armario, sacarlo de la habitación, reorganizarla y ver si es capaz de identificar el lugar donde se guardó su juguete, aunque haya cambiado de posición.
  • Empatía: Aquí se juzga la conducta del perro cuando se relaciona con personas, tanto conocidas como desconocidas. Las actitudes pueden variar desde hostilidad hasta euforia. También se evalúa si el perro solo reacciona a las interacciones o si las busca de manera proactiva. Las pruebas emocionales también consideran la habilidad del perro para identificar expresiones faciales y su respuesta a manifestaciones emocionales como la felicidad, el temor o la tristeza.
  • Curiosidad exploratoria: Se examina el grado de interés del perro en investigar su entorno. Esto puede implicar o no un incentivo adicional, como el aroma de un alimento. Las pruebas de búsqueda implican esconder un objeto con un olor familiar y solicitar al perro que lo localice.
  • Disciplina y obediencia: Aquí se evalúa la actitud del perro frente a las directrices de su cuidador, incluyendo el número de órdenes que conoce y la velocidad con la que las lleva a cabo. También se pueden realizar pruebas que midan su nivel de disciplina cuando las instrucciones contradicen sus instintos naturales, como dejarlo solo en una habitación con comida y ordenarle que no la ingiera.
  • Capacidad para resolver problemas lógicos: En esta área se evalúa la habilidad del perro para obtener una recompensa de algún dispositivo que requiere una manipulación específica, como accionar una palanca o desplazar un artefacto. Una variante implica presentarle un problema sin solución (como un objeto dentro de un contenedor que no se puede abrir) y observar si se da cuenta, y cuánto tiempo tarda en hacerlo, de que el problema es irresoluble.
  • Pensamiento autónomo: Se juzga la aptitud del perro para tomar decisiones y formar conclusiones sin la intervención humana. Algunos de estos exámenes miden la capacidad del perro para detectar «engaños»: por ejemplo, mostrándole un premio bajo un recipiente, pero señalándole otro, y evaluando si el perro confía más en su memoria o en las indicaciones humanas.

Las especialidades de cada raza

Debido a que estos estudios, por motivos prácticos, suelen enfocarse en un número limitado de razas en cada ocasión (existen alrededor de 450 razas oficialmente reconocidas, sin considerar los mestizos), es comprensible que las listas que clasifican a «los perros más inteligentes» varíen. Además, merece la pena señalar que ciertas razas sobresalen en áreas específicas de las pruebas.

Un ejemplo palpable son las razas desarrolladas para funciones particulares, como los perros de caza o pastoreo. Por ejemplo, los border collies son célebres por su asombrosa memoria, lo que a menudo les sitúa en las cimas de los rankings de inteligencia canina. Esta raza fue originada para pastorear ovejas y se ha criado selectivamente para potenciar su obediencia. En consecuencia, su capacidad para memorizar comandos rápidamente es excepcional.

Las especialidades de cada raza
Los border collies son reconocidos como los perros con la memoria más sobresaliente, capaces de recordar más de mil palabras y distinguir entre personas, otros animales y hasta sus propios juguetes mediante sus nombres específicos.

Es crucial tener en cuenta que estas clasificaciones representan una media de los resultados acumulados en todas las áreas de pruebas. A menudo, las fortalezas de un perro en un aspecto pueden convertirse en debilidades en otro. Un caso ejemplar es el de los golden retrievers , perros de compañía que suelen obtener altas puntuaciones en pruebas de empatía, pero al mismo tiempo, muestran puntuaciones más modestas en pruebas de pensamiento independiente. Esto se debe en gran parte a su tendencia a confiar demasiado en sus cuidadores humanos.

Otra variable influyente es la inteligencia adquirida de razas especializadas en tareas específicas. Los pastores alemanes y belgas, que comúnmente participan en operaciones de rescate, son un buen ejemplo. Los canes incentivados desde una temprana edad para actuar de manera autónoma tienden a desarrollar habilidades más avanzadas en resolución de problemas y en pensamiento autónomo. De igual manera, los perros criados para asistencia y terapia suelen ser más eficientes en habilidades sociales y en la respuesta a comandos.

En última instancia, resulta inviable evaluar de manera objetiva y cuantitativa la inteligencia de los perros, dado que esta abarca múltiples facetas, al igual que la inteligencia humana . Sería similar a intentar determinar quién es superior entre un virtuoso músico, un destacado científico o un afamado escritor.

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