Hoy en día, es habitual realizar compras online en alguna de las muchas tiendas disponibles, ya sea habitualmente o de manera casual. De hecho, se trata de una modalidad que todos hemos asimilado en mayor o menor medida. Sin embargo, no somos capaces de hacernos una idea de cómo es el proceso que se realiza para que un producto llegue a nuestras manos. Quizá no es tan evidente que, detrás de este recorrido, se esconde un sinfín de curiosidades sobre la manera de transportar mercancías que aquí te queremos comentar.
El transporte marítimo es el modelo más eficiente
De media, el coste de fabricar un gran buque portacontenedores sobrepasa con creces los 200 millones de dólares. Una cifra desorbitada a la cual hay que sumar los materiales y el mantenimiento. Sin embargo, tienen una vida útil de varias décadas y son capaces de transportar cargas increíblemente pesadas.
Para que te hagas una idea, se estima que, cada día, el transporte marítimo mueve mercancías por valor de 300 000 millones de dólares. Algo que solo ha sido posible gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías en el sector. El mercado está representado en una cuarta parte por solo tres países. Actualmente, China, Estados Unidos y Alemania son los principales exportadores del mundo. Curiosamente, también son los tres mayores importadores.
Por su parte, el éxito del transporte marítimo se debe, fundamentalmente, a su mayor eficiencia que los medios terrestres y aéreos. Esto no solo se traduce en mayores márgenes de beneficios para las empresas, sino también en un menor impacto medioambiental derivado del uso de combustibles fósiles.
La principal crítica al transporte marítimo no viene dada por el uso de dichos combustibles, sino por las aguas de lastre. Imagina que un buque recoge agua en China para compensar su carga y flotabilidad. Después, la libera en España antes de entrar a puerto. Cientos de miles de millones de microorganismos entran en un ecosistema que no es el suyo y lo alteran por completo.
Otros datos curiosos relacionados con el transporte marítimo
Lo dicho anteriormente es bastante impactante. Sin embargo, supone solo la punta del iceberg. Hay muchas otras curiosidades relacionadas con este tipo de transporte:
- Se estima que en este momento hay más de 20 millones de contenedores desplazándose por el mar.
- Para mover la mercancía, un buque necesita un motor 1000 veces más potente que el de un camión.
- Los buques utilizan Internet vía satélite. Esto les sirve para calcular las rutas en base a algoritmos que tienen en cuenta la previsión meteorológica, el oleaje y muchos otros factores.
- El 90 % de los envíos a nivel mundial se realizan a través de esta vía. Un aspecto en el que España no es puntera, tal y como demuestra que nuestro país se quede en un 80 %.
A pesar de la modernización del sector y de la implantación de nuevas tecnologías, la descarga de las mercancías en el puerto sigue siendo realizada por estibadores. Estos, a través de transpaletas y carretillas elevadoras, siguen jugando un papel clave en el proceso.
Por su parte, enviar una bicicleta desde China a España en barco tiene un coste aproximado inferior a los 10 dólares. Si hablamos de una lata de refrescos, tendríamos que pensar en fracciones de céntimo. Otro dato interesante es que, debido a la densidad del tráfico marítimo, solo son inspeccionados 2 de cada 100 contenedores, aproximadamente.
Pero hay más. El mercado logístico marítimo está realmente segmentado, sobre todo, si se compara con el terrestre o similares. En concreto, los 10 operadores de mayor envergadura a nivel mundial tienen una participación que apenas supera el 20 %. Por su parte, los dos puertos más importantes del Atlántico Norte se encuentran en Estados Unidos. De hecho, están muy cerca el uno del otro, en Nueva Jersey y Nueva York, que son localidades vecinas.
Todo un mundo por conocer
En definitiva, el transporte logístico marítimo juega un papel clave en la economía a nivel global. Prueba de ello fue el colapso que provocó el buque Ever Given al quedarse atrapado en el Canal de Suez, que conllevó pérdidas que se contaron por miles de millones de dólares. Una parte del proceso imprescindible entre que un cliente compra un producto y lo recibe en casa al que no solemos prestar especial atención salvo que vivamos cerca de un puerto.