Si caminar es parte de tu rutina, quizás quieras hacer pequeñas pausas para apreciar el entorno, según un nuevo estudio.
Un grupo de investigadores en Italia ha descubierto que hacer pequeñas paradas durante la caminata puede activar más el metabolismo en comparación con recorrer la misma distancia sin detenerse.
Caminar no solo pone en movimiento los músculos de las piernas, sino también los del pecho, los brazos, la espalda, el abdomen y la pelvis. Aunque no requiere un gran esfuerzo consciente, el cerebro también trabaja significativamente mientras caminas.
El famoso objetivo de los 10.000 pasos al día se remonta a 1965, cuando una empresa japonesa lanzó al mercado un podómetro conocido como Manpo-kei, que significa «medidor de 10.000 pasos».
Este objetivo, inicialmente algo arbitrario pero eficaz, ha sido analizado en numerosas ocasiones, arrojando resultados variados. Sin embargo, una nueva investigación llevada a cabo por fisiólogos de la Universidad de Milán sugiere que no todos los pasos tienen el mismo valor.
Francesco Luciano, autor principal del estudio, y sus colegas explican en su publicación que calcular el consumo de energía a través de una caminata prolongada «subestima considerablemente el gasto energético en intervalos cortos».
Esto es relevante tanto para quienes buscan quemar más calorías como para aquellos que intentan conservarlas.
Según los investigadores:
Los programas de ejercicio que incluyen caminatas breves se emplean en la rehabilitación de diversas afecciones clínicas, como la obesidad y los accidentes cerebrovasculares.
Además, esta información podría ser útil para diseñar programas dirigidos a personas que buscan mantener su peso, aprovechando los beneficios del ejercicio, como los programas para tratar trastornos alimentarios.
Como destaca el equipo:
Comprender el gasto energético en sesiones cortas es esencial para adaptar los programas de ejercicio, especialmente en individuos con baja capacidad aeróbica y que tardan más en alcanzar un estado metabólico estable.
Cabe mencionar que estos resultados se basan en un grupo reducido de solo 10 participantes sanos (5 hombres y 5 mujeres) con una edad media de 27 años, por lo que podrían no ser representativos de una muestra más amplia.
En el estudio, los participantes caminaron en una máquina de escaleras durante intervalos de 10, 30, 60, 90 y 240 segundos. En otro experimento, caminaron esos mismos intervalos en una cinta.
Los investigadores midieron el consumo de oxígeno de los participantes tanto en reposo como después de caminar en los distintos intervalos.
Durante las caminatas más largas de 240 segundos, también midieron el consumo de oxígeno en cuatro ocasiones para evaluar el efecto de la «camina continua», cuando el metabolismo se adapta a un movimiento sostenido durante más tiempo.
Según los autores:
Nuestros resultados revelan que el consumo de oxígeno y el gasto metabólico promedio son mayores en las caminatas más breves que en las más prolongadas.
Durante sesiones de 30 segundos, los participantes consumieron entre un 20 y un 60 por ciento más de oxígeno que los cálculos estándar basados en caminatas largas y continuas, en las que el cuerpo se vuelve más eficiente.
El consumo de oxígeno es un indicador común para medir la energía gastada durante el ejercicio, y este estudio sugiere que la duración del paseo podría tener un gran impacto en las calorías quemadas.