Científicas británicas de la Universidad Metropolitana de Cardiff afirman que las dietas veganas —llamado también ‘vegetarianismo estricto’ por ser una práctica que rechaza cualquier producto de origen animal— podrían no suministrar un balance adecuado de nutrientes que requieren los bebés en crecimiento.
“Totalmente inadecuada”
A través de una publicación en el diario The Conversation, las expertas en nutrición Ruth Fairchild y Shirley Hinde aseguran que la dieta vegetariana basada en consumir poca grasa y mayor cantidad de fibra es “totalmente inadecuada” para aquellos niños con menos de dos años.
El argumento de las nutricionistas es que durante esta etapa los niños tienen necesidades particulares en lo que refiere a vitaminas y minerales. Luego del periodo de lactancia —los seis meses posteriores— su alimentación debe contener “buenas fuentes de grasas y proteínas”, una cantidad mínima o nula de alimentos ultraprocesados y cero dosis de sal agregada. “Cuanta más variedad de alimentos consuman los bebés, menor es la probabilidad de que les falte algún nutriente”, destaca la publicación.
La obtención de minerales
El mayor problema de ingerir únicamente vegetales es lo complicado que resulta el suministro de minerales como el calcio, zinc, yodo y hierro al organismo, al igual que vitaminas como la D y la B12. En los vegetales, estas sustancias no solo están condicionadas a ciertas fuentes, sino que además su absorción es difícil. Esto no ocurre con productos como los huevos o los lácteos, los cuales pueden proporcionar estos elementos sin problema.
Las especialistas advierten en que una dieta vegana a una edad tan prematura es potencialmente una causante de alteraciones del desarrollo y crecimiento. Al no existir consumo de carne, son los suplementos alimenticios los únicos que contienen una fuente segura de vitamina B12, y en caso de no ser ingerida puede causar daños en el sistema nervioso.
Asimismo es complicada la obtención del yodo, elemento esencial para el desarrollo del cerebro. Se puede suplir con sal yodada o suplementos, aunque no sería conveniente para los bebés por el riesgo de proporcionarles excesos.
La investigación basa sus recomendaciones en evidencia científica y las expertas en nutrición destacan que no está del todo mal confiar solo en alimentos de origen vegetal, pero no es lo ideal. Por último, explican que un niño podría ser inducido a seguir los pasos de sus padres veganos, eso sí, agregando una extensa variedad de alimentos e incorporando en ocasiones “cantidades controladas de cereales integrales, huevos y leche”.