Existe una controversia constante acerca de si una dieta basada en plantas es más saludable o no que una que incluye carne. Cada quien defiende su postura: los omnívoros señalan que los vegetarianos y veganos necesitan suplementos de vitamina B12, mientras ellos no. Por su parte, quienes siguen dietas vegetarianas critican las grasas presentes en la carne roja. Este enfrentamiento, por supuesto, no siempre considera los motivos éticos que hay detrás de cada elección. Uno de los argumentos recurrentes es que quienes evitan la carne tienden a consumir más ultraprocesados. Pero, ¿qué tan cierto es esto?
Para despejar las dudas, un grupo de investigadores del Imperial College de Londres, junto con las universidades de Sao Paulo y Ghent, ha llevado a cabo un estudio con datos del Biobanco del Reino Unido, que analiza a más de 200.000 personas.
Este recurso es una extensa base de datos que recopila información proporcionada voluntariamente por los participantes sobre sus hábitos y salud a lo largo del tiempo. Gracias a esta herramienta, es posible realizar estudios observacionales sin necesidad de reclutar a nuevas personas. En este caso, se evaluaron las dietas de los participantes y los alimentos que consumían regularmente. Los resultados confirmaron que los veganos y vegetarianos consumen más ultraprocesados, aunque con ciertos matices.
Sí, los vegetarianos consumen más ultraprocesados, pero ¿qué implica esto?
El análisis reveló que la diferencia en el consumo de ultraprocesados entre vegetarianos, veganos y carnívoros es significativa, pero no tan grande como se podría pensar. En concreto, los vegetarianos consumieron un 1,3 % más, y los veganos un 1,2 % más que los consumidores de carne roja. Estos resultados reflejan que, aunque quienes siguen dietas basadas en plantas comen más ultraprocesados, la variación es mínima.
Sin embargo, el estudio no concluye que este mayor consumo de ultraprocesados empeore la salud de quienes evitan la carne. Esto se debe a que no existe una definición universal sobre qué constituye un alimento ultraprocesado.
¿Cómo definir un alimento procesado?
Algunas personas consideran procesados aquellos alimentos que contienen más de un ingrediente. Por ejemplo, un vaso de leche no sería procesado, ya que solo tiene leche, pero un batido de chocolate sí lo sería, pues incluye cacao, azúcar y aditivos. Según esta lógica, un filete de carne roja no es procesado, pero un bote de legumbres cocidas sí lo sería, aunque sea mucho más saludable.
Otros opinan que un alimento es procesado según la posibilidad de distinguir sus ingredientes. Por ejemplo, en un bote de legumbres puedes identificar cada componente, pero en un batido de chocolate no es posible ver el azúcar o los aditivos de forma separada. Aunque esta definición parece más acertada, sigue presentando excepciones. En general, los ultraprocesados se asocian a altos niveles de grasas saturadas, azúcar o sal, que son los verdaderos responsables de los efectos negativos en la salud.
Por eso, no se puede afirmar que las personas que consumen carne roja tengan mejor salud que los vegetarianos, incluso si estos últimos comen más ultraprocesados. La carne roja, a pesar de ser un alimento no procesado, tiene impactos perjudiciales en la salud que han sido ampliamente documentados.
De hecho, hay numerosos estudios que avalan los beneficios de una dieta basada en plantas, siempre que esté bien planificada. Estas dietas pueden reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión o ciertos tipos de cáncer, incluso si incluyen una cantidad moderada de ultraprocesados.
Un estudio limitado al contexto inglés
Es importante señalar que este estudio se llevó a cabo exclusivamente con datos de Inglaterra, por lo que no se puede generalizar que los vegetarianos consuman más ultraprocesados en otras regiones del mundo.
¿Por qué los vegetarianos tienden a consumir más ultraprocesados?
La razón principal por la que los vegetarianos y veganos consumen más ultraprocesados es porque muchos de los sustitutos de la carne disponibles en el mercado están elaborados con soja u otros ingredientes que contienen altos niveles de sal, grasas o almidones.
Consumir este tipo de alimentos ocasionalmente no representa un problema, pero abusar de ellos no es recomendable. Si queremos avanzar hacia una alimentación más sostenible basada en plantas, es esencial fomentar una buena educación alimentaria. Las legumbres, por ejemplo, son una excelente fuente de proteínas que, combinadas con especias, pueden sustituir el sabor de los productos animales. Aunque el sabor o la textura no sean exactamente iguales, estas alternativas son mucho más saludables.
Además, sería ideal que la industria alimentaria desarrollase más productos procesados con niveles reducidos de sal, azúcar y grasas. También se necesitan más opciones en bares y restaurantes. En lugar de criticar las elecciones alimentarias de los demás, es fundamental trabajar juntos para lograr una transición hacia una alimentación más equilibrada y respetuosa con el planeta.
