Ingerir bebidas energéticas puede incrementar el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, según señalan los resultados preliminares de una investigación de 2018 publicada en el sitio web de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).
Análisis del endotelio
Según el trabajo, llevado a cabo por un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (Estados Unidos), las bebidas energéticas hacen que los vasos sanguíneos se compriman de tal forma que restringen la circulación de sangre hacia los órganos vitales.
Para obtener los resultados, efectuaron una prueba de ultrasonido al endotelio –un tejido que recubre la zona interna de todos los vasos sanguíneos– de 44 estudiantes “sanos” que no fumaban. El examen se realizó antes de que estas personas consumieran una bebida energética de 700 mililitros y hora y media después de haberla tomado.
En el resultado se observó que tras ingerir la bebida, el diámetro interno de los vasos sanguíneos se redujo, en promedio, casi en un 50%, lo que indica un serio deterioro en el funcionamiento vascular. Los expertos estiman que ese impacto negativo en el endotelio puede estar asociado con la mezcla de sustancias que contienen las bebidas energéticas, como el azúcar, la taurina y la cafeína, entre otras.
El corazón trabaja más pero con menos oxígeno
En el mundo mucha gente, incluyendo menores, consumen este tipo de bebidas a la vez que hacen ejercicio, sin saber que la actividad arterial alcanza su máxima capacidad cuando se ejercitan, explicó el doctor John Higgins, director de la investigación.
Hacer ejercicio o practicar deportes requiere un máximo flujo de sangre para que pueda llegar rápidamente oxígeno a las células. Y el efecto de las bebidas energéticas limita esta función, pues disminuyen el diámetro de los vasos sanguíneos restringiendo el flujo sanguíneo y la oxigenación en el organismo, agregó Higgins.
Esto significa “mayor trabajo para el corazón con menor suministro de oxígeno” para este órgano principal del aparato circulatorio, lo que explicaría en cierto modo por qué han ocurrido casos en donde niños han sufrido paros cardíacos tras consumir una bebida energética, advirtió el especialista.