Como ya sabemos, son varios los factores que influyen en el peso de una persona, incluidos los relacionados con el estilo de vida y la genética. Pero ahora los científicos han identificado algunos ejercicios específicos que al parecer son más convenientes para mantener un bajo peso, incluso si los genes se resisten a ello.
Los ejercicios más efectivos para perder peso
De acuerdo con un estudio llevado a cabo con 18.424 adultos del grupo étnico de los Han en Taiwán, con edades entre los 30 y 70 años, las formas más efectivas de reducir el índice de masa corporal (IMC) en personas predispuestas a la obesidad son: trotar regularmente, escalar montañas, hacer caminatas rápidas, bailar (a un “estándar internacional”), y realizar extensas sesiones de yoga.
Pero, curiosamente, no se encontró evidencia de que muchos otros tipos populares de ejercicio resultaran efectivos para aquellas personas cuya calificación de riesgo genético las hace más propensas a la obesidad.
En concreto, los ejercicios que incluyen ciclismo, estiramiento, natación y el legendario videojuego arcade Dance Dance Revolution no parecen tener la eficacia para contrarrestar el sesgo genético (aunque benefician mucho en otros aspectos).
Según explican los autores del estudio en un artículo publicado en la revista PLOS Genetics en agosto de 2019:
Nuestros hallazgos muestran que los efectos genéticos en las medidas de obesidad pueden reducirse en diferentes grados al realizar diferentes tipos de ejercicio.
Los beneficios del ejercicio físico regular son más impactantes en personas que están más predispuestas a la obesidad.
Además del IMC, los científicos también analizaron otras cuatro medidas de obesidad para obtener una imagen más completa: porcentaje de grasa corporal (BFP), circunferencia de la cintura (WC), circunferencia de la cadera (HC) y relación cintura-cadera (WHR).
Trotar regularmente (30 minutos, tres veces por semana) resultó ser la forma más efectiva de contrarrestar los genes de la obesidad en todos los participantes del estudio.
Por otra parte, los científicos señalaron específicamente que las actividades en agua fría, como la natación, podrían estimular el apetito de las personas y hacer que coman más.
Tendencia a la obesidad
El estudio pudo demostrar que tener una disposición genética hacia la obesidad no significa que esta condición no se pueda evitar. El tipo correcto de ejercicio, realizado regularmente, puede luchar contra ese código genético incorporado. Así lo indicó a Newsweek el epidemiólogo Wan-Yu Lin, de la Universidad Nacional de Taiwán:
La obesidad es causada por la genética, los factores del estilo de vida y la interacción entre ellos. Si bien los materiales hereditarios son innatos, los factores del estilo de vida pueden ser determinados por uno mismo.
Cabe señalar que no todas las formas de ejercicio fueron lo suficientemente populares entre la población de la muestra como para ser incluidas: actividades como el entrenamiento con pesas, tenis de mesa, bádminton o baloncesto también pueden o no ser efectivas.
Pero en vista que las cifras de obesidad registran un crecimiento abrupto en todo el mundo, y ahora se considera que al menos el 13 por ciento de la población es obesa, está claro que es necesario tomar medidas para revertir la tendencia.
Ser obesos afecta nuestra salud fisiológica al mismo tiempo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y otros problemas. Incluso hay evidencia de que también puede afectar negativamente nuestro cerebro.
Estudios como este pueden sugerir formas de mantener un peso saludable, aun cuando las tarjetas genéticas se apilan en contra. En algunos casos, todo lo que se necesita son unos minutos de esfuerzo por día.
Según la conclusión de los científicos:
Estudios anteriores han encontrado que realizar ejercicio físico regularmente podría mitigar los efectos genéticos sobre el IMC. Sin embargo, pocos estudios han investigado BFP o medidas de obesidad central. Estas medidas de obesidad son aún más relevantes para la salud que el IMC.