Las diferencias culturales juegan un papel clave en la manera en que las personas de distintas regiones del mundo perciben cuándo resulta aceptable el sacrificio de un individuo para salvar a un grupo más grande. Así lo ha señalado una nueva investigación dirigida por el profesor Edmond Awad, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Exeter (Reino Unido).
En su trabajo, publicado en la revista PNAS, el equipo de Awad analizó cómo personas de diferentes continentes reaccionaron a dos situaciones basadas en un experimento mental ético conocido como “el dilema del tranvía”.
Descubrieron que las personas pertenecientes a comunidades más tradicionales, como las asiáticas, se inclinaban menos a apoyar el sacrificio de alguien para salvar más vidas.
Los resultados podrían tener serias implicaciones en el desarrollo de sistemas controlados por Inteligencia Artificial, como los coches autónomos, y el futuro de la programación ética.
Según explica el profesor Awad:
Los dilemas de sacrificio proporcionan una herramienta útil para estudiar y comprender cómo el público quiere que los coches sin conductor distribuyan un riesgo inevitable en la carretera.
El dilema del tranvía
Primera situación
Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar una palanca que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería accionarse la palanca?
Segunda situación
Como antes, un tranvía descontrolado se dirige hacia cinco personas. El sujeto se sitúa en un puente sobre la vía y podría detener el paso del tren lanzando un gran peso delante del mismo. Mientras esto sucede, al lado del sujeto sólo se halla un hombre muy gordo; de este modo, la única manera de parar el tren es empujar al hombre gordo desde el puente hacia la vía, acabando con su vida para salvar otras cinco. ¿Qué debe hacer el sujeto?
En ambas situaciones, existe la opción de no hacer nada y dejar que el tranvía mate a las cinco personas que están en la vía principal. Las otras dos únicas opciones son: accionar la palanca y que el tranvía mate solo a una persona en vez de cinco (primera situación), o empujar al hombre gordo desde el puente y que con su vida salve a las cinco personas (segunda situación).
Una visión “moralmente cuestionable”
Según los resultados, la gente de Europa, Australia y América estaban más dispuestas que las de los países orientales a accionar la palanca o sacrificar al hombre para salvar más vidas.
Especialmente en países como China, Japón y Corea, se presentaron índices mucho más bajos de gente que probablemente apoyara esta visión “moralmente cuestionable”.
La investigación consultó a 70.000 personas en 42 países sobre el dilema ético, lo que la hace uno de los trabajos interculturales más grandes de las preferencias morales en dilemas de sacrificio, es decir, las circunstancias bajo las cuales las personas consideran aceptable sacrificar una vida para salvar varias.
En general, el 81% de los encuestados estaba dispuesto tirar de la palanca para encaminar el tranvía hacia un trayecto diferente y así matar solo a una persona en lugar de cinco, mientras que el 51% empujaría al hombre gordo desde el puente para salvar a las cinco personas.
El profesor Awad destacó que estos resultados podrían dar un nuevo impulso fundamental en el desarrollo de una programación ética para la Inteligencia Artificial, incluyendo los coches sin conductor.
Dijo además que, al regular la programación futura, los encargados de formular políticas tendrían que tomar en consideración cómo las éticas locales difieren en todo el mundo.
Por último, el experto agregó que es difícil ver a partir de ahora si estas diferencias entre países solo lo suficientemente grandes como para requerir reglas específicas para máquinas según la región, pero los resultados sugieren que merece la pena continuar investigando.
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