El pasado 11 de abril, Colombia registró su primer incidente de tráfico relacionado con un hipopótamo , donde un automóvil chocó contra el animal, dejándolo muerto en la carretera. Este hipopótamo era descendiente de los cuatro animales que el narcotraficante Pablo Escobar importó de un zoológico en EE. UU. a su lujosa Hacienda Nápoles en Colombia en la década de 1980.
Esos cuatro hipopótamos iniciales (tres hembras y un macho), fueron abandonados tras la muerte de Escobar en 1993 debido a la dificultad de trasladarlos a un santuario de vida silvestre. Los hipopótamos escaparon de la hacienda y se dispersaron a lo largo del río Magdalena .
Los hipopótamos de Pablo Escobar y los problemas actuales
Desde entonces, se han multiplicado a alrededor de 130 animales. Los hipopótamos están causando problemas en Colombia, como ataques a personas y el desarrollo de una industria ilegal de tráfico en torno a su captura y venta.
Además, los ecologistas advierten que estos grandes herbívoros están alterando los delicados ecosistemas acuáticos de Colombia. Al excretar desechos en lagos y ríos, los hipopótamos pueden cambiar la composición del agua circundante, afectando el hábitat de animales como manatíes y capibaras.
Los hipopótamos ahora están oficialmente catalogados como una especie invasora que debe ser controlada , pero el cómo hacerlo ha sido un dilema para el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia.
En 2009, la agencia ambiental colombiana ordenó a cazadores matar tres hipopótamos debido a preocupaciones sobre daños a los cultivos y peligros para los humanos. Sin embargo, la muerte de un hipopótamo llamado Pepe generó indignación mundial, y la medida de caza se detuvo.
Estrategias propuestas para controlar la población de hipopótamos
Se han propuesto tres estrategias para controlar la población de hipopótamos en Colombia : eutanasia, reubicación en zoológicos y santuarios en el extranjero y control de la fertilidad.
La eutanasia es la opción más rápida y económica, pero también la más controvertida, ya que implica sacrificar hasta 30 hipopótamos al año.
El programa de reubicación implica trasladar a 70 hipopótamos a zoológicos y santuarios en India y México que puedan cuidarlos. Sin embargo, los hipopótamos son animales agresivos y muy grandes, lo que dificulta su captura y transporte.
Por otro lado, el programa de control de fertilidad utilizará un fármaco llamado Porcine Zona Pellucida para reducir la fertilidad de las hembras . Este medicamento también se utiliza para controlar las tasas de natalidad de los hipopótamos en zoológicos. Esta estrategia reducirá la cantidad de hipopótamos salvajes a lo largo del tiempo y disminuirá la amenaza que representan para las personas y el medio ambiente.
Avanzando en la gestión de especies invasoras
Al combinar las estrategias de control de fertilidad y reubicación, se podrá controlar la población de hipopótamos en Colombia de manera más humana que la eutanasia. Sin embargo, estas no son soluciones perfectas.
El control de la fertilidad no reducirá de inmediato la población salvaje y, en el corto plazo, no protegerá el medio ambiente. Además, investigaciones sugieren que entre el 70% y el 80% de las hembras de hipopótamos salvajes en Colombia tendrían que ser esterilizadas para que la estrategia sea efectiva.
Ambas estrategias también son costosas. La reubicación de los hipopótamos costará alrededor de US$ 3.5 millones, y el tratamiento de fertilidad cuesta US$ 50,000 por cada hipopótamo . Es posible que los fondos sean desviados de otros esfuerzos de conservación para abordar humanamente el crecimiento de la población de hipopótamos en Colombia.
Las especies invasoras suelen percibirse como amenazas que deben ser exterminadas, y muchos países permiten que los animales invasores sean eliminados de cualquier forma necesaria para controlar su población. Sin embargo, el caso de los hipopótamos colombianos demuestra que se pueden controlar las especies invasoras y tener en cuenta sus intereses al mismo tiempo.
Es importante reconocer que, en comparación con otras especies invasoras, los hipopótamos pueden haber recibido un trato preferencial debido a la atención pública que ha capturado este caso, especialmente por su asociación con Pablo Escobar . Aun así, algunos aspectos del caso de los hipopótamos colombianos podrían aplicarse a la gestión de especies invasoras en general, priorizando métodos que limiten el sufrimiento animal cuando la eutanasia sea la opción preferida.
En conclusión, la población de hipopótamos salvajes en Colombia se ha convertido en un problema que debe ser manejado para evitar daños a los animales, al medio ambiente y para prevenir conflictos con los humanos.
El caso de los hipopótamos invasores de Pablo Escobar es único, pero podría considerarse un paso en la dirección correcta para la gestión de especies invasoras. A pesar de que las opciones de manejo preferidas son costosas y no frenan de inmediato la propagación de los animales, evitan matanzas innecesarias y fomentan soluciones más creativas.