Sí, otra vez el tema del fin del mundo. Nos enfrentamos al juego apocalíptico preferido por los agoreros: «¿Cómo será nuestro final?» ¿Será por armas nucleares esta vez? ¿Por robots controlados por IA? ¿O por las catastróficas consecuencias del cambio climático? ¿Quizás una horda de zombis ansiosos de carne fresca recorriendo la tierra? ¿Un evento cósmico inexplicable que se extiende desde el vacío del espacio, consumiendo no solo la Tierra sino todo nuestro sistema solar, o incluso más allá, la galaxia? ¿O tal vez una invasión alienígena? No, todo esto parece poco probable. Hay demasiados humanos.
Básicamente, esa fue la perspectiva del físico y profesor austríaco-estadounidense Heinz von Foerster , quien enseñaba en la Universidad de Illinois. Nacido en Viena, Austria, en 1911, von Foerster completó su doctorado en física en 1944 y se trasladó a los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Allí, obtuvo una beca Guggenheim, publicó varios artículos y realizó avances significativos en la comunidad académica. Desarrolló una fascinación por la cibernética, como lo señala los Archivos de la Universidad de Illinois . Además, en 1958, fundó el Laboratorio de Computación Biológica (BCL) en la Universidad de Illinois, dedicado al estudio de los «principios computacionales en organismos vivos».
¿Y cuál fue la perspectiva de este individuo tan perspicaz sobre el destino de la humanidad? Según explica Time , von Foerster predijo que la prosperidad conduciría a la desaparición. Considerando que no nos exterminemos entre nosotros y que nuestros recursos alimentarios se mantengan intactos, von Foerster realizó un cálculo en 1960 y concluyó que la humanidad sería «exprimida hasta la muerte» en 2026. En otras palabras, la humanidad se multiplicará hasta su desaparición.
Ocho mil millones de bocas y aumentando
En 2024, resulta difícil contemplar nuestro entorno y concebir que la población humana sobrepasará al planeta en solo dos años, especialmente si alguien reside en un lugar como, por ejemplo, Alaska. Sin duda, el número de seres humanos ha experimentado un aumento vertiginoso a lo largo del siglo XX, pasando de 3 mil millones en 1960 (cuando Heinz von Foerster realizó su predicción apocalíptica) a 8 mil millones en la actualidad, según datos de Worldometer . Hace apenas mil años, la población mundial apenas alcanzaba los 275 millones de personas.
Esto indica que no solo la población humana está aumentando, sino que lo está haciendo a un ritmo cada vez más acelerado. Este hecho persiste, independientemente de lo que se haya escuchado sobre la disminución de las tasas de fertilidad en las últimas décadas, como lo señalan sitios como el Foro Económico Mundial . Las Naciones Unidas atribuyen este crecimiento demográfico a las mayores tasas de supervivencia humana en edad reproductiva. Según las proyecciones de las Naciones Unidas , la población humana alcanzará casi los 10 mil millones de personas para el año 2050 y superará los 11 mil millones para el año 2100.
Con más personas, surge una mayor necesidad de alimentos. Según Our World in Data , actualmente se utiliza el 46% de la masa terrestre habitable de la Tierra para la agricultura. Sin amoníaco, la base de los fertilizantes de nitrógeno, no podríamos alimentar a casi la mitad de la población actual. Nuestra dependencia del amoníaco sugiere que deberíamos estar atentos a las interrupciones en el suministro de alimentos. Sin embargo, aunque von Foerster estaba preocupado por tales dificultades, las veía más como una consecuencia del exceso de reproducción.
Regulación del cuerpo… y destino
A estas alturas, es oportuno discutir abiertamente la perspectiva de Heinz von Foerster expresada en 1960 acerca de un posible apocalipsis racial para el año 2026. Su análisis señalaba hacia una preocupación central: el crecimiento descontrolado de la población humana, que persiste a pesar del aumento de la longevidad. Para él, la raíz del problema residía en la reproducción excesiva, un ciclo que perpetuaba la superpoblación. Como solución, von Foerster abogaba por una medida conocida desde entonces: el control de la natalidad.
Según von Foerster, la regulación de la producción de bebés era la mejor opción para la humanidad. Su enfoque no implicaba medidas tan extremas como la eugenesia , sino que se basaba en su experiencia previa en los «principios computacionales en organismos vivos». Von Foerster creía que el comportamiento humano no necesitaba depender de ningún «mecanismo externo» para determinar su futuro. Argumentaba que dado que el entorno humano estaba cada vez más influenciado por las fuerzas sociales en lugar de las naturales, los seres humanos tenían la capacidad de tomar el control de su propio destino.
Von Foerster también propuso la intervención estatal para controlar el crecimiento de la población humana. En lugar de adoptar políticas drásticas como la «política del hijo único» de China, sugirió la implementación de impuestos a las familias con más de dos hijos. Sin embargo, es evidente cómo esta medida afectaría principalmente a los más desfavorecidos. Si bien sus predicciones apocalípticas pueden no concretarse exactamente en 2026, sus ideas resaltan la necesidad de abordar los desafíos actuales y futuros derivados de una población en constante aumento.
