Si ya has visto películas de terror como Muñeco diabólico de 1988 o Annabelle de 2014, llegarás a la conclusión de que las muñecas de aspecto espeluznante es algo que debe evitarse a toda costa. De hecho, cualquier muñeca que tenga rasgos vagamente realistas resulta inquietante.
Pero las películas no son el único lugar donde se les atribuye a las muñecas habilidades paranormales o «diabluras» en general. Históricamente se ha conocido una serie de estos juguetes que, según cuentan, se encuentran poseídos por el diablo. Aquí te presentamos una selección de algunos de estos espantajos.
Las muñecas más aterradoras del mundo
ANNABELLE
Famosa desde su aparición en la película The Conjuring, Annabelle no solo es una obra de ficción. Según lo informado por Ed y Lorraine Warren, los famosos investigadores estadounidenses de fenómenos paranormales, la verdadera Annabelle era una muñeca Raggedy Ann (una muñeca de trapo con hilos rojos como cabello y una nariz triangular) que fue entregada como regalo a una estudiante de enfermería en 1970.
Contenta con el regalo, lo primero que la estudiante hizo fue dejar a la muñeca sobre su cama como adorno. Annabelle entonces comenzó a moverse sola, a derramar sangre y a dejar notas escritas a mano aparentemente sin sentido como «Ayúdanos» o «¿Me echas de menos?».
Según Lorraine Warren, la estudiante y sus amigos descubrieron que una niña llamada Annabelle Higgins había muerto en ese lugar cuando tenía solo 7 años. Entonces, se creía que la muñeca estaba poseída por su espíritu, pero los Warren determinaron más tarde que la muñeca realmente era controlada por un espíritu maligno que pretendía poseer a la enfermera tras haberle dado permiso para que entrara en su vida.
Finalmente los esposos Warren optaron por llevar y alojar a Annabelle en su casa (donde disponen de un museo) en Connecticut. Allí permanece encerrada en una vitrina con una advertencia de «no tocar».
Se dice que un visitante del museo que ignoró las advertencias y se burló de la muñeca, murió en un accidente de motocicleta poco después de que le dijeran que abandonara el museo.
RENESMEE
Los fanáticos de Crepúsculo: la saga recordarán que la última película concluyó con el nacimiento de la descendencia de Bella y Edward. En la cuarta entrega: Amanecer (primera parte – 2011), su bebé, Renesmee, fue representada por cuestionables imágenes generadas por ordenador (CGI por sus siglas en inglés).
En el set, Renesmee estaba encarnada por una muñeca animatrónica de aspecto muy peculiar. Las personas que se encuentran cerca de la exhibición Forever Twilight en la Cámara de Comercio de Forks, Washington, el escenario de las películas de Crepúsculo, ahora señalan que este accesorio tiene «sensibilidad malévola».
Según Lissy Andros, Directora Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Forks:
Un día Renesmee puede estar de pie y, al siguiente cuando entras, está en una posición extraña. ¿Se está moviendo por ahí? no lo sabemos. Ella podría estar viva. No tenemos ni idea.
Por fortuna, Renesmee parece estar descomponiéndose como resultado de los frágiles materiales que se usaron para construirla, por lo que probablemente no estará presente para mortificar a la gente por mucho tiempo.
ROBERT EL MUÑECO
Esta aterradora figura rellena de paja, con ojos negros similares a los de un escualo, se puede ver en el Museo Fort East Martello en Cayo Hueso (Florida). El muñeco perteneció a Robert Eugene Otto, luego de que su abuelo lo comprara en Alemania y se lo entregara como regalo de cumpleaños en 1904.
Mientras vivía con Otto y con otro propietario después de la muerte de Otto en 1974, se dice que Robert aparecía en las ventanas, cambiaba sus expresiones faciales, emitía sonidos de carcajadas y jugaba en el ático de la propiedad.
En 1994, el muñeco fue donado al Museo Fort East Martello, donde se convirtió en una popular atracción turística. El muñeco está supuestamente maldito y para tomarle fotografías se le debe pedir permiso, se dice que de lo contrario, arroja una maldición.
Algunos visitantes del museo afirman que han caído en desgracia después de «faltarle el respeto» a Robert.
Incluso los suvenires no parecen estar a salvo de la influencia de su maldición: el músico Ozzy Osbourne en 2020 culpó de sus problemas de salud a una réplica de Robert que adquirió en el museo.
Robert fue la inspiración para la película Muñeco diabólico y también para Robert: El muñeco poseído, de 2015 y sus otras 4 películas.
OKIKU
A los visitantes del templo Mannenji en Hokkaido, Japón, se les da la bienvenida para que contemplen a la muñeca «encantada» Okiku, pero no para que le tomen fotografías.
Según cuenta la leyenda, la muñeca fue comprada originalmente en 1918 por Eikichi Suzuki para dársela a su hermana, Kikuko. La muñeca en ese momento tenía el pelo corto. Cuando Kikuko falleció trágicamente al año siguiente, el cabello de Okiku misteriosamente comenzó a crecer.
Cuando la familia se mudó en 1938, entregó a Okiku a los monjes del templo. Hoy, su cabello está casi hasta las rodillas. Algunas fuentes también afirman que un examen científico de la muñeca reveló que su cabello es el de un niño humano, aunque todavía no hay ninguna evidencia de eso.
Otros espectadores también han dicho que al mirar de cerca la boca de Okiku, se pueden ver sus dientes en crecimiento.
MANDY
En el Quesnel and District Museum, Columbia Británica, en Canadá, los visitantes pueden encontrarse cara a cara con Mandy, una muñeca que aterrorizó tanto a su dueña original que terminó donándola.
Según cuenta la historia, Lisa Sorensen recibió a Mereanda, o Mandy, como un regalo de su abuela. Desde entonces, el llanto de un bebé comenzó a despertar a la mujer por las noches.
Creyendo que la muñeca era siniestra, Sorensen la donó al museo en 1991.
Ahora se rumorea que Mandy sigue a los visitantes del museo con la mirada. También se le responsabiliza del mal funcionamiento de las cámaras cuando intentan hacerle un vídeo o fotografiarla.
LA ISLA DE LAS MUÑECAS
Los turistas aventureros cerca de la Ciudad de México pueden hacer una parada a 27 kilómetros al sur en La Isla de las Muñecas, un pequeño jardín flotante poblado principalmente por deteriorados y espeluznantes muñecos de todo tipo.
La tradición local dice que el cuidador de la isla, Don Julián Santana Barrera, una día se encontró con el cuerpo de una niña que se había ahogado (aunque algunos dicen que simplemente la imaginó), luego encontró una muñeca en el agua que creía que era propiedad de la niña.
Don Julián comenzó a experimentar situaciones inexplicables por lo que, aterrorizado, colocó muñecas que encontraba en la basura o en los canales de Xochimilco con la idea de que éstas ahuyentarían el alma de la joven.
El hombre falleció de un infarto en el mismo lugar en el año 2001.
La isla ha significado un amuleto para más de una persona, ya que las muñecas además de ser utilizadas para repeler a los malos espíritus, también se les considera de buen augurio para los cultivos.