El Proyecto Montauk podría considerarse el eje central de las teorías conspirativas menos conocidas. Viajar a través del tiempo, teletransportarse y controlar mentes son temas que hacen parte integral de la historia, a la vez que los contactos extraterrestres y la puesta en escena de los alunizajes del Apolo de dan un toque misterioso a una historia ya extraña.
Aun así, incluso después de todo eso y del hecho de ser la inspiración de la serie de Netflix Stranger Things, relativamente no son muchos los que han escuchado hablar de la historia del Proyecto Montauk.
Entonces, ¿por qué no ha sido tan popular el Proyecto Montauk, una teoría conspirativa que proclama la existencia de elementos sombríos del ejército estadounidense que convirtió una base militar ubicada en Long Island en un centro de investigación ilegal y aterrador con el fin de desarrollar experimentos «exóticos» y paranormales?.
Quizás sea porque el origen de la historia proviene de fuentes poco fiables, incluso para los estándares de las teorías conspirativas. Pero incluso si el Proyecto Montauk como tal fuese ficción (que seguramente lo es), la historia documentada de un proyecto extremadamente secreto del gobierno de Estados Unidos que supuestamente llevó a cabo experimentos inquietantes en Montauk seguirá causando intriga para los pocos que la conocen.
Y con la serie Stranger Things ya disparada en popularidad, no es de extrañar que el Proyecto Montauk comience a salir de la lista de las teorías conspirativas menos conocidas.
Los confusos orígenes de la historia del Proyecto Montauk
El relato del Proyecto Montauk surgió en serio en 1992, cuando apareció el primer libro de Preston B. Nichols y Peter Moon titulado The Montauk Project: Experiments in Time.
Desde la década de 1980, ya existían rumores sobre algunos experimentos de guerra psicológica llevados a cabo por el ejército estadounidense en la zona este de Long Island, por lo que el libro de Nichols lo que hizo fue exacerbar una inquietud ya existente.
Según los relatos, el centro de estas misteriosas investigaciones era un sitio conocido como Camp Hero, o Estación de la Fuerza Aérea de Montauk.
Nichols inicia contando que escribió el libro tras «recuperar» los recuerdos reprimidos de su participación como investigador del proyecto, pasando enseguida a describir detalladamente el interior de las instalaciones, los procedimientos que allí se efectuaban, las avanzadas tecnologías utilizadas y los múltiples incidentes paranormales de los que fue testigo.
Luego de la publicación del libro, surgieron más «testimonios» de personas que también afirmaban haber estado al tanto de las investigaciones ilícitas realizadas por el Proyecto Montauk, desatando así la circulación de información entre un gran número de personas, que es la base fundamental para conformar una teoría conspirativa.
Y ciertamente el libro de Nichols incorpora toda esa supuesta «realidad»: experimentos de control mental y telepatía, apertura de portales espacio-tiempo a otras dimensiones, contacto con vida extraterrestre y secuestro de niños fugitivos; todo bajo el control de un ejército estadounidense ejecutando un programa financiado inicialmente con oro nazi recuperado durante la Segunda Guerra Mundial.
Con tantas afirmaciones en cuestión, desenredarlo todo puede ser confuso. Por fortuna, al menos sabemos por dónde empezar.
La historia del Proyecto Montauk es descrita comúnmente como una extensión o continuación del Experimento Filadelfia, un supuesto experimento secreto llevado a cabo en 1943 por la Armada de los Estados Unidos en los astilleros navales de Filadelfia.
Las múltiples versiones de la historia se refieren a una exitosa técnica que los militares desarrollaron para que el destructor escolta de la Armada USS Eldridge, estacionado en un astillero naval en Filadelfia, fuera completamente invisible tanto para los radares como para el ojo humano. Como si fuera poco, la embarcación supuestamente fue teletransportada a través de un agujero en el espacio-tiempo a Norfolk (Virginia), a más de 400 kilómetros de distancia.
Cuando el USS Eldridge volvió a aparecer en el astillero de Filadelfia varios minutos después, algunos tripulantes se habían fusionado con los mamparos del barco habían quedado inmovilizados para posteriormente arder en llamas. El resto enloqueció por la desorientación experimentada mientras la nave estaba en la denominada «burbuja hiperespacial» que existía fuera del espacio-tiempo.
La mayoría de los detalles clave fueron refutados a través de obvias inconsistencias cronológicas y el quebrantamiento de leyes de la física ya comprobadas. Por otra parte, no existe dos recuentos iguales de la historia del Experimento de Filadelfia, y los tripulantes que realmente sirvieron en la embarcación en 1943 desmienten la historia por completo. Sin embargo, esta teoría conspirativa había estado circulando durante varias décadas antes de cruzarse con la historia del Proyecto Montauk.
Cómo el Experimento Filadelfia dio luz al Proyecto Montauk
En 1984, se hizo una película de ciencia ficción basada en el Experimento Filadelfia, convenientemente titulada El experimento Filadelfia. En 1988, cuando un hombre de 57 años llamado Alfred Bielek vio la película, aseguró experimentar una abrumadora sensación de déjà vu.
Por medio de terapias y prácticas modernas, Bielek, al igual que Nichols, dijo que pudo recuperar numerosos recuerdos reprimidos sobre su amplia participación no solo en el Experimento Filadelfia sino también en algo llamado Proyecto Montauk, asegurando que estos dos estaban entrelazados.
Así entonces, Bielek manifestó que su memoria había sido borrada con las técnicas MK Ultra de la CIA para que mantuviera en secreto el proyecto. Además, dijo que su nombre real era Edward Cameron, y que junto con su hermano Duncan Cameron formaron parte de la tripulación del USS Eldridge en 1943, cuando estaban en sus 20.
En 1990, la historia de Bielek fue contada por él mismo a los asistentes de la conferencia Mutual UFO Network, sosteniendo que no solo el Experimento Filadelfia era real, sino que él y su hermano se encontraban a bordo del barco cuando ocurrió. Aseguró que el propio Nikola Tesla había creado el «mecanismo» que llevó a la desaparición del USS Eldridge y que incluso provocó la apertura de un agujero de gusano (también conocido como puente de Einstein-Rosen), que dejó a los dos hermanos en el centro de Camp Hero de Montauk el 12 de agosto de 1983.
En este punto de la historia, el relato de Bielek comienza a enredarse. Pero su eje central radica en que él y su hermano se incorporaron al Proyecto Montauk, que emerge a raíz de la investigación electromagnética del Experimento Filadelfia. Según Bielek, él y Nichols se hicieron amigos en la década de 1970, de cuya relación surgió el desarrollo de la «Silla Montauk», un dispositivo para leer mentes supuestamente fundamental para su proyecto e investigación.
La Silla Montauk, el espionaje psíquico y los portales a través del tiempo y el espacio
En su libro, Preston Nichols describe en detalle su supuesto trabajo en la silla Montauk, señalando que empleó el electromagnetismo para originar los poderes psíquicos de quienquiera que se sentara en ella. El hermano de Bielek, Duncan Cameron — en un golpe de extraña coincidencia —, resultó poseer habilidades psíquicas especiales, incluida la capacidad de descubrir objetos con su mente usando el dispositivo.
Esto es algo con lo que suelen estar familiarizados los seguidores de Stranger Things, en donde el personaje ‘Once’, interpretado por la actriz británica Millie Bobby Brown, utiliza un dispositivo similar para abrir un portal a una dimensión alternativa llamada Upside Down (El otro lado). En la historia del Proyecto Montauk, los investigadores del proyecto habrían usado la Silla Montauk para abrir de manera similar portales a través del espacio-tiempo.
En su libro, Nichols describió otro experimento que, curiosamente, se asemeja mucho a la ‘ visión remota ‘: la capacidad psíquica de recibir información o impresiones de un evento, persona, objeto o lugar que se encuentren a gran distancia. Este fenómeno extrasensorial también puede verse en Stranger Things.
Según Nichols:
El primer experimento se llamó ‘El ojo que ve’. Con un mechón del cabello de una persona u otro objeto apropiado en la mano, Duncan podía concentrarse en la persona y ver como si estuviera viendo a través de sus ojos, escuchando a través de sus oídos y sintiendo a través de su cuerpo. De hecho, podía ver a través de otras personas en cualquier parte del planeta.
Pero ni la visión remota o cualquiera de las tantas situaciones que describe Nichols causa tanto impacto como la del secuestro de niños, algunos aún muy pequeños de no más de cuatro años, que se usaron en los múltiples experimentos del Proyecto Montauk. El autor se refirió a estos infantes secuestrados como los «Montauk Boys» y dijo que habían sido retenidos en la calle o incluso extraidos de sus hogares.
Según Nichols, estos menores de edad estaban tan deteriorados psicológicamente por el Proyecto Montauk que la mayoría de ellos olvidaría toda su estadía en Camp Hero por el resto de sus vidas.
Y las historias de los Montauk Boys solo se hicieron más intrigantes cuando alguien comenzó a hablar de lo sucedido.
Al igual que Nichols y Bielek, al menos un hombre ha asegurado haber «recuperado» sus recuerdos traumáticos del Proyecto Montauk. Stewart Swerdlow, con 52 años y residente de Michigan, le dijo al diario The Sun en 2017 que él era uno de los Montauk Boys descritos por Nichols en su libro, y que con otros niños había sido víctima de terribles abusos:
Cuando comenzaron los experimentos, apuntaban a niños ‘prescindibles’ como huérfanos, fugitivos o hijos de drogadictos. El tipo de niños que nadie vendría a buscar.
El objetivo era fracturar tu mente para que pudieran programarte… cambiarían la temperatura de muy caliente a muy fría, te matarían de hambre y luego te sobrealimentarían. Recuerdo que me golpearon con un palo de madera.
Y les encantaba mantener tu cabeza bajo el agua hasta que casi te ahogas. Eso fue efectivo: hace que una persona escuche y obedezca a su ‘salvador’. También usaron LSD para poner nuestros cerebros en un estado alterado.
Swerdlow dijo además que vio al personal del proyecto abusando sexualmente de los niños con el fin de quebrantarlos. Incluso declaró que él y otros Montauk Boys fueron transportados a Marte y enviados a los tiempos bíblicos a través de los portales del proyecto.
En los primeros días, mientras perfeccionaban las coordenadas, muchos niños simplemente se perdían. Aún tengo pesadillas al respecto hoy. No estaba allí cuando se apagó la silla Montauk, pero lo sentí, como si me hubieran desconectado repentinamente de la electricidad.
El final del Proyecto Montauk y la «verdadera historia» detrás de Stranger Things
A comienzos de la década de 1980, concluyeron todos los experimentos del proyecto debido a que las cosas finalmente se salieron de control, según señala Nichols.
El autor indicó que cualquier cosa que alguien pudiera imaginar mientras estaba sentado en la Silla Montauk aparecería inicialmente en la pantalla de un transmisor, para luego manifestarse en el mundo real en forma sólida o transparente. El Proyecto Montauk fue cerrado luego de que Nichols y Duncan Cameron, junto con otros integrantes, se rebelaron contra el proyecto cuando se presentó algo especialmente siniestro:
Finalmente decidimos que ya habíamos tenido suficiente de todo el experimento. El programa de contingencia fue activado por alguien que se acercó a Duncan mientras estaba en la silla y simplemente susurró ‘El momento es ahora’. En este momento, soltó un monstruo de su subconsciente.
Y el transmisor en realidad mostraba un monstruo peludo. Era grande, peludo, hambriento y desagradable. Pero no apareció bajo tierra en el punto nulo. Apareció en algún lugar de la base. Se comería cualquier cosa que pudiera encontrar. Y destrozó todo a la vista.
Varias personas diferentes lo vieron, pero casi todos describieron una bestia diferente.
Nichols señaló que todo el equipo tenía que ser destruido para exterminar a esta criatura y así ponerla de regreso a su dimensión original, o algo por el estilo. Esto claramente es la inspiración para una escena parecida en Stranger Things, donde Once convoca a una monstruo que también causa estragos.
Según la revista Variety, Matt y Russ Duffer, los creadores de la serie, se sintieron tan inspirados por el Proyecto Montauk que su idea inicial era titular su éxito de Netflix simplemente como Montauk.
Luego de que el cineasta Charlie Kessler comenzara a tramitar una demanda contra los hermanos por presunto robo de propiedad intelectual, el nombre Montauk tuvo que ser modificado y el escenario original de Long Island se trasladó a los suburbios de Indiana. Sin embargo, independientemente de la disputa creativa con Kessler, la serie de Netflix claramente se basó en gran medida en el libro de Nichols.
La historia del Proyecto Montauk vs. realidad
Según Nichols, una vez destruido todo el equipo del proyecto, los niveles del sótano de Camp Hero fueron inundados con cemento, y sometieron a todos los involucrados a la aplicación de técnicas MK Ultra para suprimir todos sus recuerdos relacionados con el proyecto.
Aun así, el centro de investigación desmantelado en Camp Hero todavía está en pie, atrayendo actualmente a transeúntes curiosos y lugareños, independientemente de lo sucedido allí dentro.
La instalación de radar SAGE se ha convertido en un hito notable para los barcos que navegan alrededor de la bifurcación de Long Island, por lo que fue dejada en pie después de que la Fuerza Aérea concluyera la última de sus operaciones de control de tráfico aéreo en la instalación en 1984, dando al sitio un aspecto inquietante.
El ejército estadounidense, por su parte, ha desmentido cualquier hecho relacionado con el Proyecto Montauk. Pero estas negaciones suelen contribuir poco para disuadir a los entusiastas porque el gobierno de Estados Unidos también negó la existencia de una investigación sobre el control mental y la visión remota de manera tan contundente como niega la historia de Nichols, hasta cuando los documentos de investigación sobre MK Ultra y otros proyectos similares fueron desclasificados.
Y aunque la mayoría de los lugareños también creen que la historia del Proyecto Montauk solo es ficción, tampoco están enteramente convencidos por la insistencia de los militares en que las instalaciones de la estación de Camp Hero y la Fuerza Aérea estaban completamente en regla.
Como afirmó Paul Monte, presidente de la Cámara de Comercio local:
Sin duda las historias han sido embellecidas, pero no dudo que las cosas sucedieran allí en los años de la Guerra Fría. Incluso hoy en día, la base está patrullada y vigilada… Obviamente, no quieren gente allí ni siquiera ahora.
Incluso el cineasta Christopher Garetano, quien explora la historia en su documental Montauk Chronicles, considera que es importante tener en cuenta algunos precedentes antes de descartar por completo la historia:
Cuanto más investigaba, más empezaba a creer que no es tan ridículo. Sabemos que hubo interés militar en los fenómenos paranormales. El Proyecto Stargate, que comenzó en 1978 y luego fue desclasificado, analizó si los psíquicos podían realizar ‘visión remota’ y ‘ver’ eventos desde grandes distancias.
MK Ultra utilizó a personas vulnerables, como prisioneros. Entonces, ¿por qué es tan descabellado que los niños huérfanos o fugitivos sean el objetivo? Parecen exactamente el tipo de sujetos que serían fáciles de tomar. Y Montauk sería la instalación ideal. En invierno es como un pueblo fantasma.
Pese a lo escalofriantes que resultan estas ideas, el Proyecto Montauk y las excéntricas historias asociadas con él se ubican por completo en el campo de la ficción. Pero, ¿surgirá repentinamente alguna evidencia desde las profundidades de los archivos del gobierno en los próximos años o décadas? Tal vez solo el tiempo lo dirá.