La fiebre de Lassa es una fiebre hemorrágica viral causada por el virus de Lassa , un virus de ARN monocatenario negativo .
La enfermedad es endémica en África Occidental y se transmite principalmente a los humanos a través del contacto con alimentos contaminados, artículos domésticos o fluidos corporales de roedores infectados, principalmente ratas Mastomys .
Principales síntomas de la fiebre de Lassa
Los síntomas principales pueden aparecer entre 6 y 21 días después de la exposición al virus, y pueden variar de leves a graves. Los síntomas comunes de la fiebre de Lassa incluyen:
- Fiebre: Este es el síntoma más común y puede durar varios días.
- Dolor de cabeza: esto puede ser severo y puede estar acompañado de hinchazón facial, dolores musculares y dolor en las articulaciones.
- Debilidad: La fatiga y la debilidad son síntomas comunes de la fiebre de Lassa.
- Vómitos y náuseas: estos síntomas pueden ocurrir en las primeras etapas de la enfermedad.
- Dolor de pecho y tos: Algunas personas pueden desarrollar dolor de pecho y tos, especialmente aquellas con casos más graves de fiebre de Lassa.
- Dolor de estómago y diarrea: Algunas personas con fiebre de Lassa pueden presentar dolor abdominal y diarrea.
- Ictericia: esta es una coloración amarillenta de la piel y los ojos que puede ocurrir en casos graves de fiebre de Lassa.
En casos severos, la fiebre de Lassa puede provocar complicaciones graves, como sangrado, presión arterial baja, insuficiencia orgánica e incluso la muerte. Es importante buscar atención médica si experimenta síntomas de la fiebre de Lassa, especialmente si ha viajado recientemente a un área donde la enfermedad es endémica o ha estado en contacto cercano con alguien a quien se le haya diagnosticado el virus.
El origen de la fiebre de Lassa
La historia de la fiebre de Lassa se remonta a finales de la década de 1960, cuando el virus se descubrió por primera vez en Nigeria. La enfermedad lleva el nombre de la ciudad de Lassa en Nigeria, donde ocurrió el primer brote conocido del virus. En los años siguientes, se informaron varios brotes de fiebre de Lassa en África occidental, incluidos Nigeria, Sierra Leona, Liberia y otros países.
A pesar de su prevalencia generalizada en África Occidental, la enfermedad permaneció en gran medida desconocida fuera de la región hasta finales de la década de 1970, cuando se informaron varios casos en Europa y Estados Unidos. Esto llevó a una mayor atención por parte de la comunidad científica y a una mayor financiación para la investigación del virus y sus efectos.
En los años siguientes, los investigadores lograron avances significativos en la comprensión del virus Lassa y sus efectos en el cuerpo humano. Esto condujo al desarrollo de pruebas de diagnóstico, tratamientos y medidas de prevención, incluido el uso de ribavirina, un medicamento antiviral de amplio espectro que ha demostrado ser eficaz contra la fiebre de Lassa.
Si bien existen avances, el riesgo de fiebre de Lassa sigue siendo motivo de preocupación , especialmente en África occidental, donde el virus es endémico. Los brotes de la enfermedad continúan ocurriendo regularmente en la región, y la propagación del virus se ve facilitada por factores como la mala higiene, las malas condiciones de vida y la proximidad de los humanos a los roedores infectados.
¿Cómo prevenir esta enfermedad?
Para reducir el riesgo de fiebre de Lassa, es importante practicar una buena higiene y evitar el contacto con alimentos contaminados, artículos del hogar y fluidos corporales de roedores infectados. Además, el diagnóstico temprano y la atención médica adecuada son fundamentales para reducir la gravedad de la enfermedad y mejorar los resultados para quienes están infectados con el virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones de salud están trabajando para mejorar la comprensión de la fiebre de Lassa y desarrollar tratamientos efectivos y medidas de prevención. Esto incluye la investigación en curso sobre el virus y sus efectos, así como el desarrollo de vacunas y tratamientos antivirales.
A pesar del progreso significativo en la comprensión del virus y sus efectos, el riesgo de esta enfermedad sigue siendo una preocupación y la necesidad de tratamientos y medidas de prevención eficaces continúa. A través de la investigación y la colaboración continuas, se espera que podamos mejorar nuestra comprensión del virus Lassa y desarrollar formas efectivas de prevenir y tratar la enfermedad en el futuro.
La fiebre de Lassa actualmente
Durante las tres primeras semanas de 2023, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Nigeria (NCDC) ha reportado un total de 244 casos confirmados de fiebre de Lassa en 16 estados del país, con 37 muertes y una tasa de letalidad del 15,1 %.
Se trata sin duda de una tendencia al alza sin precedentes en el número de casos confirmados notificados en comparación con años anteriores. A raíz de esta situación, se ha activado el nivel 2 del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia multisectorial para la fiebre de Lassa.
¿Puede un brote local convertirse en pandemia?
Experiencias recientes han demostrado que un brote local puede convertirse en una pandemia global .
En el caso de un brote grande y sostenido, el virus podría propagarse más allá de África occidental y convertirse en una preocupación mundial. Factores como la globalización, el aumento de los viajes y la migración, y la falta de inmunidad generalizada en las poblaciones fuera de África occidental podrían contribuir a la propagación de la fiebre de Lassa en caso de pandemia.
Para prevenir la propagación de esta enfermedad y reducir el riesgo de una pandemia, es importante mantener sistemas de salud pública sólidos e invertir en investigación para comprender mejor el virus y desarrollar tratamientos y medidas de prevención eficaces. Además, aumentar la conciencia sobre la enfermedad, mejorar la higiene y las condiciones de vida y reducir la proximidad de los humanos a los roedores infectados también puede ayudar a prevenir la propagación del virus.
En general, aunque la fiebre de Lassa tiene el potencial de convertirse en una pandemia, se considera un evento de baja probabilidad en este momento y se están realizando esfuerzos continuos para prevenir su propagación y reducir el riesgo de una pandemia.