Un solo pinchazo de una terapia génica experimental en fase de prueba podría ser todo lo que se necesita para frenar de manera permanente la capacidad reproductiva de una gata, según un reciente estudio piloto.
Se estima que un inmenso 80% de los más de 600 millones de gatos domésticos que viven en nuestro mundo son vagabundos, sin un dueño que los cuide ni un lugar al que llamar hogar.
Este enfoque innovador para la esterilización podría contribuir a manejar las poblaciones de gatos callejeros de manera más segura y eficaz que la eliminación quirúrgica de los ovarios o el útero de una gata, un proceso que implica capturar, castrar y soltar a las hembras.
En este caso, el tratamiento implica el uso de la hormona antimülleriana (AMH), que interactúa con los receptores en el ovario y juega un papel fundamental en la regulación de la ovulación.
Introducida a través de una inyección intramuscular, provoca que las células produzcan altos niveles de AMH, un método que se ha demostrado previamente que inhibe el desarrollo de folículos en el ovario de los ratones y provoca anticoncepción permanente.
Este estudio reciente involucró a nueve gatas, seis de las cuales (Betty, Dolly, Jacque, Abigail, Barbara y Mary) recibieron el tratamiento de terapia génica. Por propósitos comparativos, las otras tres (Michelle, Nancy y Rosalyn) no fueron tratadas.
Los nueve felinos participaron en dos pruebas de apareamiento de cuatro meses de duración, durante las cuales estuvieron alojados con un gato macho de lunes a viernes durante ocho horas seguidas. Se vigilaban para detectar interacciones reproductivas y se les realizaban ultrasonidos semanales para determinar si estaban gestando.
Las tres gatas de control quedaron preñadas después de su primer encuentro reproductivo y dieron a luz a camadas de dos a cuatro gatitos. Por otro lado, ninguna de las seis gatas que recibieron tratamiento quedó preñada.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que las inyecciones de esterilización resultaron seguras y efectivas para inhibir de forma permanente la ovulación en las seis gatas.
Aún mejor, dos años después de que las gatas recibieran sus inyecciones, ninguna mostró reacciones adversas.
Los niveles de AMH en su sangre disminuyeron ligeramente después del primer año, pero permanecieron por encima del nivel objetivo dos años después. Se necesitan más investigaciones para determinar cuánto tiempo podrían perdurar estos efectos.
Como explican los investigadores:
Nuestros hallazgos muestran que este anticonceptivo vectorizado previene la ovulación inducida por la reproducción, resultando en una infertilidad total y podría constituir una estrategia segura y prolongada para controlar la reproducción en gatos domésticos.
Además de actuar sobre los ovarios, el aumento de AMH también podría tener efectos en partes del cerebro del gato , potencialmente inhibiendo también el comportamiento sexual o reproductivo a través de las hormonas. Así lo informaron los autores del estudio:
Las tres hembras de control copularon repetidamente con ambos machos, mientras que cuatro de las seis hembras tratadas rechazaron todos los intentos de apareamiento por parte de los machos durante ambas pruebas de apareamiento.
Es necesario realizar más investigaciones para comprender cómo el tratamiento de terapia génica afecta la actividad neuronal en las partes del cerebro relacionadas con el comportamiento reproductivo.
No obstante, los primeros resultados indican que la terapia génica puede inhibir la ovulación sin comprometer las otras funciones que el ovario y el útero desempeñan en la salud animal.
Durante años, los funcionarios han estado esterilizando quirúrgicamente a los gatos callejeros para evitar su sacrificio, pero no está claro si esta política realmente ayuda a disminuir la cantidad de gatos callejeros o a preservar su vida en las calles.
Muchos de estos gatos abandonados y libres son responsables de matar a la fauna nativa o de propagar enfermedades y, conforme se reproducen, su número sigue creciendo.
De cada camada de gatitos que una gata callejera tiene, aproximadamente el 75% de las crías mueren antes de cumplir los seis meses. Pero no existen datos suficientemente precisos para decir si los programas de esterilización están contribuyendo a este porcentaje de muertes.
En lugares remotos, la práctica se vuelve aún más complicada. En Australia, millones de gatos en la naturaleza han sido eliminados con comida envenenada en lugar de ser esterilizados por esta misma razón, y la respuesta del público ha sido intensa.
Con el paso del tiempo, los científicos han estado buscando métodos más éticos para el control de gatos, incluyendo las píldoras anticonceptivas o los implantes.
Las inyecciones de terapia génica son otra alternativa que se está explorando.