Muchas veces, al elegir los accesorios para pasear a nuestro perro, priorizamos aspectos estéticos, como el color que más nos gusta o el que pensamos que mejor le queda. Sin embargo, está cobrando relevancia una nueva tendencia que asigna a cada color un significado específico, con el fin de informar a las personas sobre cómo relacionarse adecuadamente con nuestra mascota.
Esta iniciativa comenzó hace años bajo el nombre de The Yellow Dog Project, que proponía utilizar el color amarillo como señal para indicar que el perro no debía ser abordado por razones concretas. A partir de ahí, se ha desarrollado un sistema más amplio de colores para comunicar de forma precisa las circunstancias de cada animal.
La historia detrás del proyecto Yellow Dog
El proyecto Yellow Dog nació en Suecia en el año 2012, impulsado por la entrenadora de perros Taryn Blyth. Su objetivo era concienciar sobre la importancia de respetar el espacio personal de algunos perros durante los paseos o en entornos públicos. La idea consistía en colocar un lazo, pañuelo o cinta amarilla en el collar o la correa del perro, señalando que necesitaba mayor distancia o que no debía interactuarse con él sin el consentimiento previo de su cuidador.
Las razones para requerir este espacio podían variar: desde ansiedad o miedo, hasta comportamientos agresivos, recuperación tras una lesión, o porque el perro estuviera en entrenamiento, ya sea para funciones específicas o como animal de asistencia. El propósito era educar a las personas y fomentar interacciones respetuosas, evitando situaciones incómodas o peligrosas tanto para los perros como para los humanos.
La propuesta tuvo buena acogida inicialmente, despertando debates sobre la necesidad de garantizar espacios seguros para perros que, por diferentes motivos, no disfrutan del contacto físico con extraños. Algunas organizaciones locales adoptaron esta iniciativa y fomentaron su uso, pero su implementación fuera de Suecia fue limitada, ya que no recibió suficiente promoción ni respaldo institucional.
A pesar de esto, el proyecto dejó una huella importante, y en los últimos años ha surgido la idea de establecer un código de colores más amplio que describa las necesidades específicas de los perros al interactuar con personas u otros animales. Aunque no es obligatorio, resulta útil conocer este sistema para actuar correctamente si nos encontramos con un perro que lleva una cinta de cierto color.
Un sistema de colores para cada circunstancia
Siguiendo el ejemplo del proyecto Yellow Dog, se propone asignar un lazo o cinta de un color determinado para indicar las limitaciones del perro al interactuar con otros animales o personas. Algunos sugieren incluso que la correa sea del mismo color para facilitar la identificación, aunque esto puede resultar complicado, ya que ciertos colores no son comunes en los accesorios para perros. Por esta razón, se recomienda colocar el lazo en un lugar visible, como en la correa o el arnés.
Los colores se dividen en tres categorías principales. Algunos alertan de que el perro es reactivo, lo que significa que podría mostrar una conducta agresiva si se enfrenta a situaciones que le provoquen estrés o miedo. Otros colores indican que el perro está desempeñando una función específica y no debe ser distraído. Finalmente, hay colores que advierten sobre problemas de salud del animal.
Esta propuesta busca principalmente prevenir conflictos en lugares públicos, sobre todo en contextos como el contacto con niños pequeños o situaciones en las que resulta difícil explicar verbalmente las necesidades del perro, como durante viajes internacionales.
Significados asociados a los colores
Colores que reflejan el carácter del perro:
- Rojo: El perro es reactivo con personas y otros animales desconocidos, lo que puede deberse a una falta de socialización o a experiencias traumáticas. Es recomendable no acercarse, especialmente si llevas otro perro contigo.
- Naranja: Este color indica que el perro es reactivo con otros perros, pero no con personas. Esto puede relacionarse con factores como un comportamiento dominante. Solo puedes acercarte si no llevas otros animales.
- Verde: Señala que el perro es sociable y disfruta interactuando tanto con personas como con otros animales.
Colores que indican que el perro necesita espacio:
- Amarillo: Muestra que el perro requiere distancia, ya sea por ansiedad, miedo o porque está en proceso de aprendizaje o entrenamiento. Aunque no es agresivo, no debe ser molestado.
- Azul: Identifica a un perro de servicio o asistencia que está trabajando, por lo que no debe ser interrumpido bajo ninguna circunstancia.
Colores asociados a problemas de salud:
- Morado: Este color advierte que el perro tiene alergias alimentarias, por lo que no debe recibir comida de extraños.
- Blanco: Señala que el perro tiene alguna discapacidad, como ceguera o sordera, o que está lesionado. En estos casos, es fundamental interactuar con extrema precaución y únicamente con el permiso del cuidador.