¿Qué imaginas cuando piensas en guardar dinero en una hucha? Es muy probable que veas en tu imaginación a un cerdito rosa. ¿Nunca te has preguntado por qué tiene que ser un cerdo? Te contamos por qué utilizamos alcancías con forma de cerdo para guardar nuestros ahorros y desde cuándo.
El ahorro
La gente ha ahorrado dinero desde siempre, es una práctica que empezó mucho tiempo antes de que existieran las entidades bancarias. Durante siglos, las personas guardaban el dinero que ahorraban en su casa. Para ello utilizaban vasijas, frascos, cajas, botes o cualquier tipo de recipiente que tuvieran a mano. Más adelante comenzaron a ocultarlo bajo el colchón.
En muchas excavaciones llevadas a cabo en yacimientos arqueológicos romanos y griegos se han encontrado objetos que la gente empleaba para guardar sus monedas. Por lo general, estaban hechos con materiales baratos. Para recuperar el dinero, el recipiente se tenía que romper. Otra opción era extraer las monedas a través de la ranura de entrada, aunque eso requería paciencia.
La metodología no ha cambiado en las huchas con forma de cerdito actuales. No obstante, hay algunas que tienen un orificio mayor en la parte de abajo, con una tapa, para cuando se desee vaciarla. La pregunta es: ¿Por qué los frascos, vasijas y cajas que se usaban anteriormente adoptaron la forma de un cerdito? Hay cuatro teorías:
1. Nombres confusos
Durante la Edad Media y en la zona de Europa del este, la gente empleaba un material muy barato, que se parecía a una arcilla anaranjada, para fabricar ellos mismos un recipiente donde guardar sus ahorros.
Este material se llamó en inglés pygg, y los tarros o vasijas que se elaboraban con él eran los pygg jars (jarras pygg). Es evidente que existe una clara semejanza entre las palabras pig (cerdo) y pygg (el material).
Tal como comentó la bibliotecaria Megan Cohen en la página Liberty Street Economics, de la Reserva Federal de Nueva York, la expresión pygg jars se convirtió en piggy banks (que significa hucha en inglés) debido a la evolución natural de la lengua inglesa. De esta forma, con el paso del tiempo, el nombre del material se olvidó y pasó a ser el nombre del cerdito.
En Inglaterra, los alfareros que recibían encargos para fabricar huchas durante el siglo XIX, empezaron a darles la forma de cerdito debido a esta peculiar confusión con el idioma. Según cuentan en el portal The Financial Brand, el juego de palabras entre pygg jars y piggy banks llamó la atención de los clientes adultos y también de los niños.
2. Engorden al cerdo
No obstante, no todo el mundo está de acuerdo con la anterior teoría. Otra explicación consiste en que los cerdos eran literalmente las huchas de las personas con pocos recursos.
La gente pobre adquiría un cerdo con la llegada de la primavera y lo alimentaban y “rellenaban” con la comida que sobraba en casa durante unos seis meses. En invierno, cuando ya había engordado, lo sacrificaban y la familia subsistía gracias a él. Por lo tanto, los cerditos como alcancías también representan la necesidad de ahorrar (y de engordar al cerdo) que tenían las familias pobres.
3. Cerdos sagrados
La teoría número tres sostiene que las huchas que adoptaron la forma de un cerdo provienen de China. Se sitúa el origen en la dinastía Qing, dentro del período que abarca los siglos XVII al XX. En la cultura china, el cerdo está considerado como un animal sagrado y simboliza riqueza y abundancia.
El cerdo es uno de los animales que conforman el horóscopo chino. Según él, quienes nacen bajo su tutela tienen gustos caros y buenos modales. Por eso también se cree que la gente adoptó la forma del cerdito para diseñar sus huchas y tener a buen recaudo su dinero.
4. ¿Desde Indonesia?
Por último, la cuarta teoría hace referencia a que las huchas de cerdito provienen de Indonesia. De hecho, es significativo que algunas entidades bancarias de este país utilizan el símbolo del jabalí o cerdo salvaje.
En Indonesia hay diversos museos que exponen en sus vitrinas figuras imitando la forma de un cerdito (también las hay en otros museos del mundo). Normalmente son de arcilla y se remontan a los siglos XIV y XV. Debido a que siempre se tenían que romper para recuperar el dinero, son muchas las que se tuvieron que recomponer y así aparecen en el museo.
En aquel entonces, eran muy utilizadas las rutas para comerciar entre Europa, Indonesia y China, por lo que hay una alta probabilidad de que las alcancías que adoptaban la forma del cerdo fueran importadas por diversos pueblos.
No se sabe qué teoría debe ser la correcta, pero lo cierto es que se sigue practicando la costumbre de regalar a los niños una hucha de cerdito para que guarden en ella sus ahorros. Por otra parte, para los adultos es un símbolo que representa con claridad el concepto del ahorro.
Y a ti, ¿te regalaron alguna? ¿Aún la tienes en casa?