Cambio climático y construcción: las ventanas de PVC como escudo contra los fenómenos meteorológicos extremos

DANAs, olas de calor y tormentas. Los fenómenos meteorológicos extremos ya no son una predicción científica, sino una realidad que muestra los dientes cada año, al menos una vez por año.





El recurso que cada vez más personas encuentran para capear el temporal son las ventanas de PVC resistentes al clima extremo, una solución que funciona como un escudo frente a las olas de calor, lluvias torrenciales e inviernos más severos.

España, octavo país más afectado por los fenómenos climáticos

El Índice de Riesgo Climático 2025, elaborado por la ONG alemana Germanwatch, pone a España como el octavo país más golpeado del mundo por fenómenos meteorológicos extremos entre 1993 y 2022 (incluso antes de los incendios recientes y la trágica DANA de 2024).

En ese periodo analizado por la ONG, las olas de calor, las inundaciones y los incendios forestales se cobraron la vida de 27.000 personas y provocaron daños por 25.000 millones de dólares.

A lo anterior se suman las sequías prolongadas, que tensionan la infraestructura energética y agrícola, y generan una presión creciente sobre los sistemas de salud. El informe sintetiza que los fenómenos ya no vienen en forma de advertencia futura, sino de titulares de periódico. De ahí la importancia de la preparación y protección meteorológica.

La construcción como respuesta y protección contra eventos climáticos

Los expertos coinciden en que el aislamiento de los edificios es una de las medidas más efectivas para aumentar la resiliencia de sus habitantes frente a las olas de frío o de calor, cada vez más comunes.

Dentro de la categoría, las ventanas de PVC resaltan por su durabilidad, su capacidad de aislamiento y su resistencia climática frente a la humedad, la radiación solar y los cambios bruscos de temperatura.

La tecnología aplicada en la carpintería de PVC y aluminio ha avanzado con rapidez y por eso, es frecuente encontrar ventanas con triple acristalamiento, que incorporan entre sus capas gases nobles y tratamientos metálicos que aumentan el efecto aislante y la durabilidad PVC.

Esta técnica, que ya es un estándar en las llamadas casas pasivas, reduce la transmitancia térmica y ofrece un mejor rendimiento tanto en verano, al frenar la entrada de calor, como en invierno, al minimizar las fugas de calefacción.

Ayudas a propietarios para el recambio de ventanas

Las reformas que permiten tener un hogar más eficiente suelen ser costosas para las familias, por eso en los últimos años se han puesto en marcha diversos programas de apoyo económico para fomentar el cambio de ventanas, puertas y fachadas.

Por ejemplo, existen subvenciones que cubren parte del coste de instalación y materiales, con un límite máximo fijado por cada comunidad autónoma.

Asimismo, algunas de estas actuaciones permiten acceder a deducciones fiscales. En tal caso, el gasto en la renovación de ventanas puede deducirse en la declaración del impuesto sobre la renta.

Uno de los programas más relevantes es el financiado a través de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, destinados a la rehabilitación energética de edificios y viviendas.

Estos últimos contemplan el recambio de ventanas, a la vez que buscan promover una modernización integral del parque inmobiliario, reduciendo el consumo energético y las emisiones de CO2.

Ahorro energético y menor consumo

El impacto de unas ventanas eficientes se refleja con claridad en las cifras de consumo energético y en las facturas de gas o de luz. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entre el 57% y el 58% del consumo de gas natural en los hogares españoles se destina a calefacción, lo que convierte a este uso en el más intensivo de todos.

El estudio SPAHOUSEC II del propio IDAE revela que una vivienda unifamiliar puede consumir casi el doble de energía que un piso en bloque debido a sus mayores pérdidas térmicas. De media, un hogar con calefacción individual a gas natural gasta cerca de 7.900 kWh al año, cifra que puede superar los 13.000 kWh en viviendas unifamiliares situadas en climas fríos.

Por eso, el consumo de gas se sitúa principalmente en la zona continental, donde los inviernos más severos obligan a un gasto considerable para mantener la temperatura interior de las casas.

En este contexto, el recambio de ventanas ineficientes por modelos que mejora la resistencia del PVC con doble o triple acristalamiento representa un ahorro tangible, dado que una desviación mínima en el valor de transmitancia térmica puede producir una diferencia notable en la factura de calefacción o aire acondicionado.

Un cambio presente con la mira puesta en el futuro

La ecuación es clara. Mejores cerramientos equivale a un menor consumo de gas y electricidad, lo cual tiene un doble beneficio. Por un lado, la reducción de emisiones contaminantes y el ahorro energético.

Por otro lado, la preparación frente a fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor y de frío, que ya forman parte del calendario. El informe de Germanwatch deja claro que incluso los países de ingresos altos, como España, deben reforzar su gestión del riesgo climático.

Top 5 ESTA SEMANA

Notas Relacionadas