El ritmo de vida moderno nos ha conducido a suprimir prácticas físicas que eran comunes en tiempos de nuestros ancestros, tales como las labores agrícolas. En su lugar, han surgido hábitos más pasivos como pasar horas frente al televisor, descansando en el sofá. Esta transformación ha desencadenado una situación alarmante en España: la prevalencia de padecimientos como la diabetes y el colesterol ha escalado, duplicándose en los últimos 30 años de acuerdo con la Encuesta Europea de Salud del 2020 .
La creciente incidencia de estas enfermedades nos insta a reconsiderar nuestro modo de vida y buscar alternativas accesibles que potencien nuestra salud. Una estrategia sencilla pero potente a nuestro alcance es la práctica regular de ejercicio físico.
Actualmente, se le atribuye al ejercicio un rol terapéutico , dada su capacidad para beneficiar un abanico de condiciones de salud, incluyendo la diabetes, patologías cardíacas y el cáncer. No obstante, no todo el mundo cuenta con el mismo nivel de vigor durante el día.
Algunas personas experimentan un incremento de energía en las primeras horas tras despertar, lo que las motiva a ejercitarse por la mañana. Por otro lado, hay quienes hallan en las horas vespertinas o nocturnas el momento ideal para dedicarse a sus sesiones de entrenamiento.
Esto nos lleva a cuestionarnos: ¿ofrece los mismos beneficios el ejercicio matutino que el vespertino? Esta duda ha despertado un notorio interés dentro de la esfera científica.
Para regular el nivel de glucosa y fortalecer el corazón, es preferible el ejercicio vespertino
Investigaciones recientes han comenzado a dilucidar las diferencias entre los beneficios del ejercicio realizado en la mañana y en la tarde. Un metanálisis que sintetizó los hallazgos de 9 estudios, con la participación de 450 individuos, indica que ejercitarse en horas de la tarde podría ser más ventajoso para la salud cardíaca.
Dicha conclusión emerge de un marcado descenso en los niveles de triglicéridos pos-ejercicio vespertino. Además, este mismo periodo del día parece ser el más óptimo para aliviar la presión arterial en personas con hipertensión. Asimismo, para individuos con diabetes tipo 2, realizar actividad física por la tarde favorece de manera más eficiente la regulación de la glucemia .
Es crucial subrayar que, aunque este campo de estudio es novedoso, es un hecho consolidado que la práctica deportiva es provechosa en cualquier momento del día. Aquellos cuya agenda no permite una elección libre del horario para ejercitarse, al hacerlo por la mañana, pueden aún disfrutar de beneficios adicionales como el incremento de la concentración, la memoria y las habilidades decisionales.
Recomendaciones para determinar el momento óptimo para el entrenamiento
Otros trabajos de investigación sugieren que el ejercicio tardío podría influir ligeramente más en la reducción de peso . Este efecto se complementa con una tendencia a la disminución del apetito posterior al ejercicio nocturno.
No obstante, es esencial reconocer que la actividad física por sí sola no constituye una estrategia integral para el adelgazamiento. Por ende, si la meta principal es reducir kilos, la actividad deportiva debe ser complementada con un plan de alimentación balanceado, sin importar el horario de ejecución.
Al planificar entrenamientos vespertinos, es prudente la selección adecuada de la intensidad. Se recomienda eludir prácticas intensas y levantamiento de pesas cerca de la hora de descanso para no perturbar la calidad del sueño.
Para promover un sueño profundo y restaurador, es aconsejable esperar al menos dos horas después de un entrenamiento intenso antes de irse a la cama. Esta pausa favorece un descanso nocturno más efectivo, particularmente para quienes les resulta difícil dormirse.